Estados Unidos
Obama, una vez más en campaña por su ley de restricción de armas
El alcalde de Nueva York Michael Bloomberg empieza su propia estrategia mientras la Asociación Nacional del Rifle contrarresta al político multimillonario neoyorquino.
Como hace siempre cada vez que el Congreso rechaza alguna de sus propuestas, el presidente Barack Obama ha programado una serie de actos al estilo de sus mítines de campaña. Pero, esta vez en favor de la ley de prohibición de armas. Este debate de coló en su agenda de segunda legislatura después de la tragedia de Newtown (Connecticut) del pasado mes de diciembre. Entonces, murieron 20 niños de entre 6 y 7 años después de que Adam Lanza cogiese un rifle automático y varias pistolas y la emprendiese a tiros en un colegio.
Inmediatamente después de lo sucedido, Obama comenzó su gesta contra las armas. Entonces, nombró una comisión en la que colocó al frente a su vicepresidente Joe Biden, con el objetivo de identificar qué medidas se pueden tomar para intentar reducir el número de víctimas por armas en Estados Unidos. Pero, parece que la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), en contra de esta ley, ha ganado al menos el primer asalto.
La semana pasada el líder de la mayoría demócrata del Senado Harry Reid indicó que ni siquiera va a presentar ante su cámara la propuesta de su compañera de partido Dianne Feinstein, representante de California en el Senado, de prohibir las armas de asalto, los cañones de veinte balas y los controles a los posibles compradores, entre otros. Reid justificó que sencillamente no ha conseguido los apoyos necesarios dentro de su propio partido.
Precisamente, la ley que se había propuesto era la renovación de la prohibición de las armas de asalto, la cual expiró en 2004. Entonces, los demócratas, que representaban distritos con una gran tradición en la cultura de armas, optaron por dejarla expirar ante el elevado coste político que tendrían que haber pagado. De nuevo, se repite el mismo escenario. La semana pasada Reid reconoció que sólo tenía 40 votos a favor de la campaña en contra de las armas. Incluso, el propio líder de la mayoría demócrata se encuentra en una situación comprometida ante esta cuestión. Reid, que ha recibido grandes donaciones de la Asociación Nacional del Rifle, tendrá que lidiar con una dura relección en 2016 después de vencer por la mínima en 2010 a la candidata republicana del "Tea Party".
Todavía así, el multimillonario Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, no se ha dado por vencido. Ayer lanzó una campaña de anuncios, le han costado 12 millones de dólares, para verse en los estados de los políticos demócratas que han decido no respaldar al presidente Obama por miedo a perder votos. "Creo que mi dinero será bien ´gastado", explicó el alcalde en referencia a costear esta iniciativa de su propio bolsillo.
De momento, el presidente de la Asociación Nacional del Rifle ya ha decido darle respuesta. El domingo dio cuenta de que plantará cara al multimillonario neoyorquino con una campaña de recaudación de fondos con la que espera contrarrestar los anuncios de Bloomberg. De momento, en febrero acumuló más de un millón de dólares después de que los miembros de la Asociación Nacional del Rifle se hayan sentido acosados por la iniciativa de los demócratas.
En Guantánamo, 28 detenidos en huelga de hambre
Ayer aumentaron a 28 las personas que están en huelga de hambre después de que supuestamente un grupo de guardias efectuase un registro de coranes en Campo 6. Este centro es el que cuenta con más población de las 166 personas que todavía quedan en la base cubana. Sin embargo, no es el que concentra a los detenidos más peligrosos, alojados en Campo 7 en un lugar desconocido de la base, del que sólo los altos mandos conocen su real ubicación.
Inmediatamente después de llegar a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama rubricó una orden ejecutiva con el cierre de la prisión a la que durante su primera campaña electoral tachó de "la cárcel de la vergüenza". Pero, una vez en el despacho oval descubrió que la comunidad internacional le dio la espalda en la tarea de acoger a detenidos en sus respectivos países. Mientras, dentro de las fronteras de Estados Unidos, los republicanos se negaron a autorizar el gasto necesario para clausurar el campo de detenidos de la base naval.
Tampoco ha funcionado la idea de juzgar a los cinco conspiradores del 11 de septiembre, que están en Campo 7, en tribunales civiles en Nueva York. La opinión pública y los políticos conservadores se echaron encima del presidente Barack Obama poco después de que el fiscal general Eric Holder anunciase la decisión de trasladarlos a Manhattan para que encontrasen justicia cerca del lugar donde habían causado tanto dolor. Así las cosas, pocos se atreven a tratar el tema de Guantánamo en la Casa Blanca ante la imposibilidad de cerrar el centro de detenciones de la base. Al mismo, llegaron los primeros presos en enero de 2002. Fueron alojados al principio en Campo Rayos X utilizado para separar a la población de inmigrantes que había cometido robos y abusos del resto. Los mismos llegaron de Haití en los 90.
Marta Torres Ruiz
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