Análisis

¿Ha logrado Israel destruir o retrasar el proyecto de bomba nuclear de Irán con este ataque?

El despliegue israelí no fue una mera exhibición de fuerza, sino un meticuloso ejercicio de debilitamiento de las capacidades iraníes, tanto nucleares como militares

Ramat Gan (Israel), 14/06/2025.- An Israeli flag placed over a damaged car after a ballistic missile strike in a residential area in Ramat Gan, near Tel Aviv, Israel, 14 June 2025. Israel's military said Iran launched dozens of missiles and drones toward Israel, with some intercepted. Magen David Adom (MDA), Israel's national emergency services, reported at least three killed and dozens of injured, including some in critical condition, in the retaliatory attacks. Israel launched strikes on Ir...
Iran launches wave of retaliatory strikes against IsraelABIR SULTANAgencia EFE

La "Operación León Ascendente" es de una audacia y una complejidad estratégica extraordinarias. La pregunta que flota en el aire es si Israel ha logrado, o no, destruir o retrasar las ambiciones nucleares del régimen de los ayatolás.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó que Irán había acumulado suficiente uranio enriquecido para fabricar quince armas nucleares (uranio enriquecido a más de 90%) y que estaba a escasos meses de fabricar un artefacto plenamente funcional.

Doscientos cazas israelíes atacaron más de un centenar de objetivos. La operación no se limitó a bombardeos aéreos; los comandos del Mossad habrían operado en las sombras dentro de territorio iraní, allanando el camino y marcando los objetivos para los cazabombarderos para así poder golpear objetivos estratégicos con una precisión quirúrgica.

La anatomía de un ataque: Más allá de los misiles

El despliegue israelí no fue una mera exhibición de fuerza, sino un meticuloso ejercicio de debilitamiento de las capacidades iraníes, tanto nucleares como militares. El golpe a la cúpula militar iraní habría podido descabezarla, aunque sólo sea temporalmente.

Israel fijó sus prioridades en la cadena de mando del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y las Fuerzas Armadas iraníes. Entre las bajas confirmadas figuran nombres de peso: Hossein Salami, el todopoderoso comandante en jefe de la Guardia Republicana (IRGC); Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor del Ejército; Gholan Ali Rashid, comandante del Cuartel General Central Khatam al-Anbiya y Amir Ali Hajizadeh, el estratega principal detrás de los programas de misiles balísticos iraníes.

Fuentes regionales sugieren que hasta veinte militares de alto rango fueron eliminados. Este golpe, sin duda, busca desestabilizar la estructura de mando, especialmente en el IRGC, que es epicentro de los programas nucleares y de misiles. La desaparición de Hajizadeh, en particular, podría significar un considerable revés para el desarrollo de misiles balísticos iraníes. Sin embargo, la República Islámica es experta en la rápida reposición de cuadros, aunque la experiencia y el liderazgo no se improvisan.

Instalaciones militares

Los ataques también se dirigieron a infraestructuras militares de vital importancia. La propia sede del IRGC en Teherán fue alcanzada directamente. La base militar de Khojir, un complejo subterráneo crucial para la producción de combustible sólido de misiles balísticos sufrió daños significativos, como lo atestiguan las imágenes satelitales.

La base de Parchin, tristemente célebre por su vinculación al programa de armas nucleares hasta 2003, fue arrasada en su sección Taleghan 2, donde se sospecha que se diseñaban detonadores nucleares. La destrucción de estas bases podría, a corto plazo, limitar la producción de misiles, pero la naturaleza subterránea y blindada de algunas instalaciones sugiere que el daño real podría ser sido más limitado de lo que se ha dicho.

La Defensa Aérea Iraní aniquilada

Para garantizar el éxito de los ataques aéreos, Israel dio prioridad a la anulación de las defensas antiaéreas iraníes. Decenas de radares y lanzamisiles tierra-aire fueron pulverizados. Los sistemas S-300 rusos, encargados de proteger bastiones nucleares como Natanz e Isfahán, ya habían sido destruidos en ataques previos en octubre de 2024.

Esta acción ha dejado a Irán en una posición de vulnerabilidad, expuesto a futuras incursiones aéreas. La reposición de estos sistemas, presumiblemente con la ayuda de aliados como Rusia, implicaría un costo considerable de tiempo y recursos.

Las fábricas de misiles balísticos: el esqueleto de la ofensiva

El arsenal de misiles balísticos de Irán, estimado en más de 3.000 unidades, constituye la columna vertebral de su capacidad ofensiva. Las fábricas de misiles en Khojir, y otras dispersas por el oeste y centro de Irán, fueron blanco de la ofensiva. Si bien estos ataques podrían ralentizar la producción, la dispersión de las instalaciones iraníes y su probada pericia en la fabricación de misiles sugieren que los efectos a largo plazo podrían ser limitados.

La obsesión israelí, el corazón del programa nuclear

La verdadera piedra angular de la Operación León Ascendente residió en los golpes a las instalaciones nucleares iraníes, especialmente a las instalaciones de enriquecimiento de uranio.

Natanz y Fordow han sido el epicentro de las ambiciones atómicas del régimen de los ayatolás. Natanz, el principal centro de enriquecimiento de uranio, sufrió, según el portavoz militar israelí Effie Defrin, "daños significativos". Aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) no detectó aumentos en los niveles de radiación, lo que sugiere daños limitados a infraestructuras no radiactivas, el impacto es innegable. Fordow, el sitio de enriquecimiento subterráneo y fortificado cerca de Qom, no fue tocado en esta ocasión, aunque su importancia estratégica lo convierte en un objetivo casi ineludible en futuras operaciones.

La destrucción de Parchin (Taleghan 2), un sitio históricamente vinculado a la investigación de armas nucleares es una señal inequívoca de la determinación israelí por desmantelar cualquier atisbo de programa nuclear encubierto. La IAEA, en mayo de 2025, había confirmado que Irán estaba enriqueciendo uranio al 60% en Natanz y Fordow, peligrosamente cerca del 90% necesario para una bomba, y había señalado actividades no declaradas en sitios como Lavisan-Shian, Turquzabad y Varamin.

Los ataques, en el mejor de los escenarios, podrían retrasar el programa nuclear iraní unos meses, quizás un año, pero lamentablemente el conocimiento técnico, permanece intacto.

Reactores nucleares: un respiro condicionado

Sorprendentemente, el único reactor nuclear operativo de Irán en Bushehr, y el Reactor de Investigación de Teherán, no fueron atacados. Esta decisión, lejos de ser un descuido, sugiere una estrategia deliberada por parte de Israel de concentrarse en instalaciones directamente relacionadas con el enriquecimiento y la investigación de armas, evitando sitios con fines civiles que podrían desencadenar una condena internacional más rotunda. Lo que parece ser un ejercicio de contención en medio de la furia.

La sombra sobre los científicos nucleares: el factor humano

Medios iraníes han reportado la muerte de seis científicos nucleares, si bien sin nombres específicos ni confirmación. Se especula con que la cifra podría ascender a diez. Israel tiene un historial de asesinatos selectivos de científicos nucleares iraníes, siendo el caso de Mohsen Fakhrizadeh en 2020 el más notorio.

La eliminación de científicos busca minar la capacidad técnica de Irán, aunque la historia nos enseña que la ciencia no se detiene ante la ausencia de una figura. Es posible la búsqueda de expertos externos por parte de Irán, como ha ocurrido con otras potencias que importaron talento extranjero.

La gran ecuación: eficacia, riesgos y diplomacia

Los ataques israelíes han logrado objetivos simbólicos importantes: la eliminación de comandantes clave, la devastación de infraestructuras de misiles y daños considerables en Natanz y Parchin. Sin embargo, ¿tendrán efectos estratégicos o meramente tácticos? La dispersión geográfica y la fortificación del programa nuclear iraní, sumado a su acervo de conocimiento técnico, limitan el impacto a largo plazo. Expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) ya habían advertido que los ataques a las instalaciones nucleares iraníes solo podrían retrasar el programa unos meses, o a lo sumo un año, dada la capacidad de Teherán para reconstituir rápidamente sus centrifugadoras.

El riesgo de una escalada regional es la sombra más ominosa que se cierne sobre el horizonte. Irán, aunque debilitado, conserva un arsenal de miles de misiles balísticos y la capacidad de orquestar represalias a través de sus proxies. La retórica del Líder Supremo, Ali Jamenei, que insta a no "exagerar ni minimizar" los ataques, sugiere una respuesta calibrada, pero las presiones internas podrían forzar una escalada, el nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria habla de “abrir las puertas del infierno”.

Además, los ataques habrían podido dinamitar las ya frágiles negociaciones nucleares entre Washington y Teherán. Sin embargo, el presidente Trump manifestó a AXIOS que estos ataque podrían dar impulso a las negociaciones.

Finalmente, estos ataques no hacen sino reforzar la Doctrina Begin de Israel, que postula la prevención de la adquisición de armas nucleares por parte de estados hostiles mediante ataques preventivos, como los perpetrados contra Irak (1981) y Siria (2007). La política de opacidad nuclear de Israel, que jamás confirma ni desmiente la existencia de su propio arsenal (estimado entre 90 y 400 ojivas), le permite mantener una ventaja estratégica.

Epílogo: el incierto mañana

La "Operación León Ascendente" ha demostrado la capacidad de Israel para golpear el corazón de las instalaciones nucleares y militares iraníes. Ha logrado éxitos tácticos innegables al eliminar comandantes clave, dañar instalaciones nucleares y destruir infraestructuras de misiles. Sin embargo, la resiliencia del programa iraní, su dispersión y su conocimiento técnico, sugieren que los efectos serán, a lo sumo, temporales sin una campaña militar sostenida o, lo que es aún más deseable, un acuerdo diplomático capitaneado por los EEUU que ponga fin a la proliferación. Alan Pinkas, exasesor de los primeros ministros Shimon Peres y Ehud Olmert declaró en la BBC que los líderes militares y científicos eliminados, ”si bien justificado moralmente tiene poca trascendencia práctica”.

De lo que no cabe duda es que, frente a los que, de manera ingenua o peor aún falsaria, afirmaban que Irán había renunciado a su programa nuclear militar se equivocaron dramáticamente. Los primeros de manera culposa los segundos de manera dolosa. Baste como ejemplo las declaraciones de uno de los negociadores del fracasado acuerdo JCPOA, Alan EYRE (2010-2015) que dijo en Al Jazeera que en efecto Irán había enriquecido uranio a más del 60% (algo que algunos analistas han negado en los medios españoles) para mantener viva su capacidad de lograr en poco tiempo cuando se lo requiriese el Líder de la Revolución, el arma nuclear. Hoy sabemos que tiene material fisible enriquecido a más del 90% suficiente para construir armas nucleares.

Son particularmente chocantes los análisis sesgados y sin fundamento de la responsable de Oriente Medio en el European Council on Foreign Relations, Ellie Geranmayeh. Son igualmente increíbles los análisis de algunos expertos que han sido incapaces de incorporar a la evaluación geoestratégica el hecho de que Irán no tiene la misma capacidad de proyección de fuerza contra Israel, con buena parte de sus proxis como Hamas diezmado, Hizbollah descabezado y sin su aliado esencial el régimen de Bashar Al-Assad. Sólo le quedan los Huthis y sus propias capacidades.

Por mucho que se rasguen las vestiduras los agoreros, Irán tiene mucho menos capacidad de empezar una guerra abierta contra Israel que hace un año, año y medio, y sus propias capacidades se están seriamente limitadas. Esto no quiere decir que una escalada provocada por Irán no sea posible, simplemente no podrán sostenerla en el tiempo. Prestigiosos analistas como David E. Sanger del New York Times dicen que si el régimen de los Ayatolás no puede responder con la contundencia que ha prometido, recurrirá, sin duda, al terrorismo.