Exhibición de fuerza
La OTAN ensaya con 10.000 soldados y 250 aviones cómo defender el este de Alemania ante una invasión rusa
25 países participan en los ejercicios “Air Defender 2023” bajo el liderazgo alemán
"Es una demostración impresionante de la capacidad de defensa de la alianza", aseguró el inspector general de las Fuerzas Aéreas alemanas, teniente general Ingo Gerhartz, poco antes de comenzar unas operaciones cuyo principal objetivo es entrenar, mejorar y ampliar la cooperación entre las naciones participantes y sus fuerzas armadas. En 2018, cuando la maniobra fue diseñada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos -como parte de la respuesta a la anexión rusa de Crimea en 2014-, la invasión rusa a Ucrania era todavía algo difícil de imaginar aunque en el contexto actual, muchos socios europeos ven en el escenario del ejercicio algo que no dista mucho de ser realista.
Según la descripción inicial de la Bundeswehr -el ejército federal-, el ejercicio se desarrolla bajo una hipotética invasión del este de Alemania por una formación de tropas de una alianza militar oriental, lo que obliga al país a activar el artículo 5 de la OTAN que permite a los gobiernos miembros tomar las acciones que consideren pertinentes, “incluido el uso de la fuerza armada para restaurar y mantener la seguridad”.
Aunque el ejercicio es puramente defensivo, como enfatizan todas las naciones participantes y no está expresamente dirigido contra Rusia, Amy Gutmann -embajadora estadounidense Alemania-, indicó que durante las maniobras se tendrá en cuenta el cambio de situación en Europa tras la invasión rusa: "Me sorprendería si un líder mundial no toma nota de lo que esto demuestra en términos del espíritu de esta alianza, la fuerza de esta alianza, y eso incluye al señor Putin", declaró la diplomática. "Al sincronizarnos, multiplicamos nuestra fuerza", señaló dejando claro que los Estados Unidos están fuertemente representados en estas maniobras: no se están retirando de Europa, al contrario.
El ejercicio a gran escala afectará a gran parte del espacio aéreo alemán: además de los municipios de Jagel y Hohn en el estado Schleswig-Holstein, los aviones despegarán desde Wunstorf, en la Baja Sajonia, Spangdahlem (Renania-Palatinado) y Lechfeld en el estado de Baviera. Especialmente alrededor de Rostock, en la costa del Báltico, podría ser ruidoso. Aquí se va a simular un ataque al puerto y se planean vuelos de bajo nivel hasta una altura de 330 metros.
Volkel en los Países Bajos y Caslav en la República Checa serán las otras bases fuera de las fronteras alemanas. Para minimizar la carga sobre la aviación civil, la maniobra se programó entre el final de las vacaciones de Pentecostés y el comienzo de las vacaciones de verano. El ejército federal y el control alemán del tráfico aéreo llevan meses simulando posibles restricciones a la maniobra y aunque no se esperan cancelaciones de vuelos domésticos, se estiman algunos retrasos.
Durante las maniobras, se entrenará el reabastecimiento de combustible aéreo, habrá ejercicios de intercepción o se practicará el traslado de aeronaves, por ejemplo, de Estados Unidos a Alemania. Además, se harán simulaciones de combates aéreos aunque se evitarán vuelos en dirección a Kaliningrado, que limita con los Estados bálticos y pertenece a Rusia, como subrayó Gerhartz.
Unas maniobras que también han levantado suspicacias entre la población y preguntas como: ¿Cuánto cuesta esta megamaniobra? La Bundeswehr ha guardado silencio y señala que solo puedes decir eso después. También resuena la pregunta de qué huella climática dejará el ejercicio en el cielo alemán con ese enorme consumo de queroseno. "La seguridad no es gratis", fue la respuesta de la Fuerza Aérea. Y luego también está la cuestión de si no es una provocación hacia Rusia, y un paso más hacia la escalada. Hay una respuesta muy clara a esto: difícilmente puede haber una mayor escalada que un ataque a un país vecino, como es el ataque de Rusia a Ucrania.
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