Política

Elecciones en Pakistán

Pakistán desafía a los talibanes

Las elecciones dejan una alta participación pese a las amenazas y los atentados que dejan 17 muertos. El ex primer ministro Sharif, de línea conservadora, se autoproclama vencedor

Un grupo de mujeres aguarda pacientemente para votar ayer en Rawalpindi
Un grupo de mujeres aguarda pacientemente para votar ayer en Rawalpindilarazon

Pakistán votó ayer en unas elecciones históricas, no sólo por la transición hacia un gobierno civil, sino también por la valentía que han demostrado los paquistaníes al salir a votar después de la campaña de violencia que ha dejado más de 115 muertos, 17 de ellos en la jornada de ayer. El pueblo de Pakistán quiso decidir su futuro en las urnas, y votaron por el cambio democrático. Sin embargo, dos atentados contra las oficinas del Partido Nacional Awami (ANP) en Karachi y otro ataque contra un colegio electoral para mujeres en Peshawar les recordaron a los electores que los talibanes estaban dispuestos a cumplir sus amenazas. Pero en contra de las previsiones, las elecciones estuvieron marcadas por la alta participación.

En Alipur Fransh, una aldea de 25.000 habitantes, al norte de Islamabad, en la provincia de Punjab, los vecinos acudieron masivamente a las urnas. Los dos colegios públicos sirvieron de centro electoral bajo fuertes medidas de seguridad. Familias enteras acudieron a la cita electoral como si fuera un día de fiesta. Las mujeres guardaban pacientes las largas colas reservadas para ellas, mientras con el rabillo del ojo vigilaban a los pequeños que correteaban por el patio. Sarah, Fasha y Nourin son tres hermanas, y por primera vez en sus vidas han ido a votar. Sarah, la mediana, de 23 años, está casada y tiene un bebé. Se cubre el rostro con una larga dupata (pañuelo) porque es costumbre en las zonas rurales. «El país no está en buenas condiciones. Llevamos cinco años sufriendo la crisis energética, la crisis económica, la escasez de carburante, y la violencia talibán. Estamos hartos. Queremos un líder fuerte para dirigir el país», reclamó. Las dos hermanas la interrumpieron: «Sí, sí. A Nawas Sharif». Y cuando les preguntamos por qué es él el mejor candidato, las hermanas respondieron: «Porque es el candidato que ha elegido nuestro padre». Las áreas rurales se caracterizan por el voto familiar y los aldeanos le deben fidelidad al terrateniente local. La provincia de Punjab es tradicionalmente conservadora y fiel al clan Sharif. En esta provincia, la más grande del país, se decide quién será el nuevo primer ministro. Sin embargo, la clave de estos comicios es el electorado juvenil, que representa más de la mitad de los 80 millones de votantes inscritos. Si bien en las zonas rurales el voto fue para la formación de Sharif, La Liga Musulmana-N (PLM-N), en las ciudades los votantes menores de 35 años eligieron a la estrella del deporte Imran Khan.

En el centro electoral del emblemático parque Liaqat Bagh, en Rawalpindi, donde fue asesinada la ex primera ministra Benazir Bhutto, las medidas de seguridad eran extremas. «Este colegio está ubicado en una avenida principal y es una zona de riesgo de atentados», indicó un agente de las fuerzas especiales. «Es la primera vez que voto y quiero el cambio. En los gobiernos anteriores ni el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) ni el PLM-N han hecho nada por el pueblo. ¿Por qué voy a confiar en ellos otra vez?», insistió Muhamed Azam, estudiante de Ingeniería. El Gobierno saliente «ha cerrado 15.000 escuelas estatales, dejando a miles de niños sin la oportunidad de estudiar, pues sus padres no pueden pagar una matrícula privada. En estos últimos cinco años han muerto 40.000 personas en atentados o asesinatos selectivos. La Policía es corrupta y no podemos confiar en ella», denunció Azam. Pero Abdulá Hayiz, militar retirado, tiene una opinión diferente: «Estamos afrontando una crisis energética, escasean los suministros de gas, el terrorismo. Necesitamos un líder fuerte, con experiencia, para dirigir el país y no una estrella del deporte». Hayiz cree que quien tiene que tomar las riendas del país es el ex primer ministro. Por lo general, los jóvenes menores de 30 años, que suman 25 millones, dieron su voto ayer a Khan, que podría quitarle bastantes escaños a Sharif en la provincia de Punjab, donde ha gobernado en mayoría Quien gane en Punjab ganará las elecciones.

Para aligerar el recuento de votos, los partidos instalaron sus propias carpas para que votaran sus simpatizantes, lo que provocó riñas entre seguidores de uno y otro bando. Se vivieron escenas graciosas. Los acólitos de Sharif recorrían la calles con un gran tigre de peluche en el capó del coche, que es el símbolo de la Liga Musulmana-N. Los colegios cerraron a la hora prevista, y por la noche comenzó la batalla del recuento de votos. Al cierre de esta edición, Sharif, se autoproclamó el vencedor de las elecciones legislativas. «Todavía están llegando resultados, pero está confirmado que somos el partido mayoritario hasta el momento», aseguró Sharif.