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Asia

"Pepito", el supertifón que amenaza con devastar Filipinas

Este poderoso ciclón ha forzado la evacuación de más de 100.000 personas en varias zonas vulnerables del país

Las autoridades filipinas han elevado la tormenta Man-yi, conocida localmente como “Pepito”, a la categoría de supertifón. Este sexto ciclón en apenas un mes amenaza con fuertes vientos y lluvias torrenciales, lo que ha forzado la evacuación de más de 100.000 personas en varias zonas vulnerables del país.

La Agencia de Meteorología de Filipinas (PAGASA) anunció este sábado por la mañana que Man-yi ha alcanzado la categoría de supertifón mientras se dirige hacia la península de Bicol, ubicada en el extremo sureste de la isla de Luzón, la más grande de Filipinas. Según PAGASA, se prevé que el tifón sobrevolará la costa de Catanduanes, en Bicol, durante la noche del sábado o la madrugada del domingo, con vientos sostenidos de hasta 195 km/h.

En respuesta a la intensidad de la tormenta, las autoridades de la región de Bicol han comenzado la evacuación masiva de residentes. Hasta el momento, más de 177.000 personas han sido evacuadas preventivamente para protegerlas del riesgo de inundaciones y aludes. Varios municipios de la región ya están bajo el agua debido a las intensas lluvias provocadas por la proximidad de Man-yi, que se espera siga avanzando hacia el noroeste, alcanzando la región de Ilocos.

Además de las evacuaciones, se ha ordenado que todos los barcos regresen a tierra en las zonas costeras afectadas, y el transporte aéreo y marítimo en la región ha sido suspendido para prevenir posibles accidentes.

Un fenómeno "inusual" en el Pacífico

El tifón Man-yi es el sexto ciclón que golpea Filipinas en las últimas semanas, lo cual ha sido catalogado como “inusual” por el Observatorio de la NASA. Aunque es común que el archipiélago sufra al menos una veintena de ciclones al año, la rápida sucesión de tormentas en tan corto tiempo ha provocado una crisis nacional, cobrando la vida de más de 160 personas y desplazando a decenas de miles.

El pasado 11 de noviembre, el satélite de la NASA captó la "inusual vista" de cuatro tormentas activas en el océano Pacífico al mismo tiempo: Yinxing, Toraji, Usagi (que ya había tocado tierra en el norte de Filipinas el jueves anterior), y Man-yi. Según la Agencia Meteorológica de Japón, es la primera vez desde 1951 que se observa tanta actividad ciclónica simultánea en el Pacífico durante el mes de noviembre.

Además de las tormentas actuales, los tifones Trami y Kong-rey golpearon Filipinas a finales de octubre, causando una gran devastación. Entre ambos ciclones, se reportaron 162 fallecidos, y sus efectos devastadores han dejado una estela de destrucción en áreas rurales y urbanas. La acumulación de ciclones en tan poco tiempo ha creado condiciones extremadamente peligrosas para la población y ha puesto a prueba los recursos de emergencia del país.

Impacto en el clima y los recursos

La intensificación de estos fenómenos meteorológicos en Filipinas se relaciona con el cambio climático, que ha generado un aumento en la frecuencia e intensidad de tormentas tropicales y tifones en el sudeste asiático. Las autoridades advierten que este tipo de fenómenos podrían volverse más frecuentes, y es probable que Filipinas, un archipiélago expuesto a las tormentas del Pacífico, deba fortalecer sus sistemas de respuesta y evacuación para poder lidiar con futuras emergencias.

La situación ha provocado una gran preocupación a nivel nacional, especialmente porque muchas de las áreas afectadas ya están lidiando con los daños causados por ciclones anteriores. Las infraestructuras dañadas, junto con la saturación de los refugios de emergencia, están dificultando la respuesta a la crisis. La ayuda humanitaria se ha movilizado rápidamente, pero las necesidades siguen creciendo conforme el supertifón se desplaza hacia el interior del país.

El paso de Man-yi, junto con los recientes tifones, refleja los desafíos continuos a los que se enfrenta Filipinas en términos de vulnerabilidad climática. La ubicación geográfica del país lo convierte en un blanco constante de ciclones y otros fenómenos naturales, lo que ha puesto a prueba la capacidad de adaptación y resiliencia de su población y sus sistemas de emergencia.

El gobierno filipino ha intensificado sus esfuerzos en la implementación de programas de adaptación climática y en el fortalecimiento de infraestructuras, especialmente en áreas de alta vulnerabilidad. Sin embargo, la rápida sucesión de tormentas sigue siendo un reto inmenso para la nación.

Ante el inminente impacto de Man-yi, la comunidad internacional ha expresado su solidaridad con Filipinas y varias organizaciones de ayuda humanitaria están trabajando para proporcionar asistencia. Los esfuerzos se centran en suministrar alimentos, agua potable, y materiales de refugio a los desplazados, además de ofrecer apoyo médico y psicológico a los afectados.

Para muchos filipinos, el paso de estos ciclones es un recordatorio constante de la necesidad de mejorar las infraestructuras, fortalecer los sistemas de alerta temprana y promover la educación sobre la preparación ante desastres. Aunque el país enfrenta grandes desafíos, el espíritu de resiliencia y solidaridad ha permitido a las comunidades afectadas encontrar esperanza y apoyo en medio de la adversidad.

La llegada del supertifón Man-yi a Filipinas destaca la urgencia de tomar medidas frente al cambio climático y la necesidad de apoyo internacional para ayudar a las naciones vulnerables en tiempos de crisis.