Eurogrupo

El plan de rearme de Von der Leyen divide a los países europeos

Berlín pide una mayor flexibilidad de las normas fiscales y Madrid subvenciones

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro han debatido ayer por primera vez el paquete de rearme presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen que persigue movilizar 800.000 millones de euros en los próximos años. A pesar de que los líderes europeos apoyaron la semana pasada el esbozo de este plan, el diablo está en los detalles. Aunque el Ejecutivo comunitario todavía no ha presentado propuestas legislativas concretas, ya comienzan las primeras discrepancias.

El plan de Von der Leyen prioriza, sobre todo, el gasto nacional. Bruselas permitirá a los Estados miembros acogerse a una cláusula nacional de escape dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que les autorizará a saltarse los límites de las reglas fiscales europeas si invierten en Defensa. Esto significa que los países europeos no se enfrentarán a sanciones, aunque los mercados financieros podrán penalizarles con mayores tipos de interés al intentar colocar su deuda. Esta cláusula será limitada y tendrá como tope el aumento 1,5% del PIB durante los próximos cuatro años. Alemania, sin embargo, ha dado en las últimas semanas un giro copernicano a su habitual postura pro austeridad y quiere que el periodo de cuatro años sea mucho más amplio y llegue hasta los diez. Considera que necesita más tiempo para poder hacer las inversiones necesarias.

Esto origina los primeros choques con Países Bajos, su habitual aliado en el pasado a la hora de defender la ortodoxia presupuestaria. La Haya no secunda el cambio de posición de Berlín. El ministro de Economía y Finanzas, Eelco Heinen, defiende que cualquier tipo de flexibilidad esté «limitada en el tiempo y en el ámbito».

No son las únicas desavenencias. Dentro del paquete que Von der Leyen presentó la semana pasada la propuesta más novedosa establece un nuevo instrumento de 150.0000 millones de euros en créditos blandos reembolsables para que los Estados europeos los gasten de manera conjunta en capacidades paneuropeas como misiles, munición, la defensa antiaérea, drones y otras necesidades como la ciberseguridad o la movilidad. Esto permitirá a los países europeos comprar de manera conjunta, evitando duplicidades, e incrementar su apoyo a Ucrania. Bruselas acudirá a los mercados financieros para movilizar recursos con el respaldo de presupuesto comunitario como aval, lo que le permitirá obtener este dinero a un precio más barato que al que se financian muchos de los países europeos con unas finanzas menos sólidas.

Alemania respalda esta propuesta de deuda común siempre y cuando el dinero se movilice para compras conjuntas europeas. Pero hay países como España, Francia o los países del Este que quieren ir más allá. España batalla para que este fondo incluya subvenciones a fondo perdido, como los fondos post pandemia Next Generation EU.

Así las cosas, todo apunta a que en las próximas semanas será la financiación del rearme europeo el asunto que debatan todos los estados miembros.