Italia

Por qué muchos pueblos de Italia comen macarrones los 25 de julio: el origen está en la lucha contra Mussolini

La tradición nació en 1943, cuando Alcide Cervi desafió la prohibición fascista cocinando macarrones tras la caída de Mussolini

Macarrones al horno al estilo Martín Berasategui
La tradición nació en 1943, cuando Alcide Cervi desafió la prohibición fascista cocinando macarrones tras la caída de MussoliniLa Razón

Cada 25 de julio, pueblos y ciudades de toda Italia sirven macarrones no solo como plato tradicional, sino como un legado vivo de resistencia frente a la opresión. Esta costumbre con tintes políticos tiene su origen en 1943, cuando Alcide Cervi, campesino de Reggio Emilia, celebró la caída de Benito Mussolini cocinando macarrones para su comunidad. Lo que comenzó como una comida colectiva entre vecinos se transformó en una declaración de principios: un acto desafiante contra el régimen fascista que había estigmatizado la pasta como símbolo de decadencia burguesa.

Durante la dictadura, el gobierno fascista promovió el consumo de arroz como alimento patriótico, intentando redibujar incluso la dieta nacional para moldear una nueva identidad italiana. En ese contexto, la decisión de la familia Cervi de preparar macarrones fue mucho más que una elección gastronómica: fue una reivindicación cultural, una afirmación de libertad en un momento de esperanza tras años de represión.

Sin embargo, el gesto tuvo consecuencias dolorosas. Meses después del banquete, los siete hijos de Alcide Cervi, todos implicados activamente en movimientos de resistencia, fueron arrestados y posteriormente ejecutados por el régimen reinstaurado. El plato que había unido a una comunidad se convirtió en símbolo de sacrificio, dolor y dignidad.

Con el paso de las décadas, aquella receta sencilla pasó a representar mucho más que una tradición regional. En Emilia-Romaña, la “Festa dell’Unità” rinde tributo cada año al legado de los Cervi, sirviendo macarrones como homenaje colectivo a quienes defendieron la libertad con valentía. El gesto se ha internacionalizado, y hoy se celebra en otros lugares como Madrid.