Derechos Humanos

El rancho del horror de Teuchitlán abre la herida de los 125.000 desaparecidos en México

Sheinbaum presenta este lunes una batería de medidas para acelerar la búsqueda de cuerpos tras el hallazgo del "Auschwitz mexicano"

El rancho del horror de Teuchitlán, el Auschwitz mexicano, podría ser el catalizador de las respuestas que buscan las familias de los más de 125.000 desaparecidos en México. Las imágenes de los cientos de zapatos apilados en el rancho Izaguirre descubierto por colectivos de las familias que buscan a sus allegados tienen conmocionada a la sociedad mexicana. La finca descubierta en el estado de Jalisco no es la primera y ni la única propiedad siniestra que existe en México pero sí tiene el potencial de ser un parteaguas en la resolución de las miles de desapariciones de personas a lo ancho de toda la geografía mexicana.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que está a punto de cumplir seis meses al frente del Gobierno, anunciará hoy lunes una batería de medidas que podrían ser el primer paso para combatir una histórica cuenta pendiente de la situación de seguridad en México. Las desapariciones deben tratarse «seriamente, con la verdad y sin esconder absolutamente nada», dijo Sheinbaum el pasado jueves en su mañanera, su encuentro diario con la prensa. De momento, son solo palabras pero ya es más de lo han dicho (o hecho) sus antecesores.

La reforma incluye un incremento presupuestario para la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), «lo que se requiera se les va a dar», dijo Sheinbaum sin especificar un monto. Además, según adelantó la presidenta, todos los meses se anunciarán las cifras del número de desapariciones en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se creará una base nacional única de información forense con datos de las 32 fiscalías estatales y la federal; se activará una plataforma nacional de identificación humana o se permitirá la búsqueda inmediata de personas sin necesidad de esperar 72 horas. Además, se equiparará el delito de desaparición al de secuestro; entre otras medidas.

Teuchitlán
TeuchitlánA. CruzLa Razón

«El compromiso es que estas modificaciones fortalecerán la búsqueda, endurecerán sanciones y permitirán la creación de una base de datos única en el país, que ayudará a atender el delito de desaparición y otros delitos», dijo Sheinbaum.

A raíz de la presión mediática y ciudadana, Sheinbaum ha calificado de «prioridad nacional» dar una solución a las desapariciones. Lejos de ser un tema novedoso o una crisis actual, las cifras de desaparecidos son un acumulado desde la década de 1960 cuando era el propio Estado el responsable de la sustracción de disidentes políticos. Lo realmente novedoso es el viraje narrativo de Sheinbaum que hasta la fecha no se ha reunido con los colectivos de familias buscadoras, ni como presidenta ni durante su campaña electoral como candidata de Morena.

Sheinbaum también se sabe observada con lupa por su vecino del norte, Donald Trump, que fiscaliza cada acción y medida para combatir a los narcos en México bajo la amenaza de los aranceles. «Una de las grandes diferencias entre el Gobierno de López Obrador y Sheinbaum radica en las condiciones bajo las que las fuerzas federales están teniendo un despliegue territorial más intenso. Están llevando a cabo muchas operaciones contra las drogas sintéticas como el fentanilo», explicó Javier Oliva Posada, politólogo y Coordinador del Seminario de Estudios de Defensa y Seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en conversación con LA RAZÓN.

Los gobiernos mexicanos, de uno y otro color, han desarrollado la habilidad de esquivar la resolución de las desapariciones. Es un pendiente de Estado. Una deuda histórica. Durante el mandato de Enrique Peña Nieto se produjo la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, todavía sin resolver más de 10 años después. El sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que pretendía aclarar casos, terminó en una gran desilusión para las familias.

La acumulación de desaparecidos hay que entenderla en un contexto más amplio de crisis de seguridad, donde los narcopactos están a la orden del día. Las desapariciones ayudan a disimular las estadísticas de muertos. «Mientras tengas este número de desaparecidos no puedes presumir de la bajada de muertos», señalaba a LA RAZÓN la periodista de investigación Anabel Hernández al inicio del sexenio de Sheinbaum.

Precisamente, el rancho del horror de Teuchitlán no fue descubierto por las familias buscadoras hasta el pasado 5 de marzo cuando salieron a la luz las primeras imágenes del horror y se empezó a dimensionar la envergadura de lo que podría haber ocurrido en el finca abandonada donde se encontraron más de 1.000 objetos y pertenencias personales.

El rancho Izaguirre ya había sido localizado por la Fiscalía General de Justicia de Jalisco (dependiente del gobierno Estatal) tras una operativo de la Guardia Nacional (entidad Federal) el pasado mes de septiembre.

Desde entonces, la finca había permanecido precintada hasta que la descubrieron los familiares. Seis meses donde cientos de pruebas y restos humanos permanecieron a la intemperie sin una investigación formal. El horror de Teuchitlán ya ha pasado a la Fiscalía General de la República, que continuará con la investigación del caso que ha conseguido despertar a la sociedad mexicana de su anestesia a la violencia que vive el país.