Relaciones Rusia-Turquía

Rusia emerge ante los titubeos de EE UU

Moscú ha reforzado su alianza con Irán, Asad e Hizbulá. Sin embargo, Washington no ha logrado la lealtad de los aliados suníes

La Razón
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–¿Se ha convertido Rusia en el actor clave para solucionar el conflicto sirio?

–Sin duda. Rusia tiene un papel decisivo y con su estrategia en el país va a conseguir una posición militar clave para influir en el futuro de Oriente Medio. Ahora podemos observar el fortalecimiento de su alianza con Irán, Hizbulá y el régimen de Asad. Está logrando sus objetivos militares para aplastar a los rebeldes. Rusia está enviando un mensaje muy claro y contundente a los «patrones» de los rebeldes, que son Arabia Saudí y Turquía, lo que deriva en una situación muy peligrosa, pues no podemos calibrar la respuesta que estén orquestando desde Ankara y los países árabes del Golfo.

–En sólo unos meses, Rusia ha tomado el control de la guerra siria, frente a la estrategia de Estados Unidos, que en más un año no ha conseguido obtener resultados visibles...

–A diferencia de Obama, Putin ha demostrado su capacidad para lograr sus objetivos e intereses. Además, mantiene una relación estrecha, firme y sólida con sus aliados. Confía en ellos y estos le respetan. En el caso de Obama, ha ocurrido lo contrario. Desde 2011 podemos ver una política exterior estadounidense muy débil, sin principios ni estrategia clara. La retirada militar del Irak y la falta de voluntad para implementar su propia «línea roja» en relación al uso de armas químicas enviaron un mensaje muy débil a los actores principales de la región. Nadie confía desde entonces en EE UU para solucionar los problemas de Oriente Medio. Putin les ha tomado la delantera.

–¿Es posible una colaboración entre Putin y Obama en Oriente Medio?

–Rusia tiene un plan coherente en Siria y aliados muy fuertes. Tiene la voluntad de usar el poder militar para lograr sus objetivos. Obama no tiene confianza en una solución militar, quiere evitar una intervención en Oriente Medio al estilo de Rusia. Limita el uso de la fuerza para destruir el Estado Islámico. Obama no quiere gastar ni arriesgar mucho y tampoco ha sabido forjar aliados firmes. Los turcos y los países árabes del Golfo quieren derrocar Asad y combatir la influencia de Irán. Para ellos, la lucha contra el Estado Islámico no es una prioridad. El poder militar de Estados Unidos es inmenso, pero no existe voluntad para usarlo.

–¿Se llegará a implementar el alto el fuego pactado entre Moscú y Washington?

–Moscú tiene varios intereses en el país a los cuales no renunciará. En primer lugar, tiene un gran interés en posicionarse como un país clave en Oriente Medio y así influir en todos los acontecimientos regionales de forma decisiva. Con esta estrategia pretende debilitar el papel de Estados Unidos en la región. Además, con su ofensiva, ha conseguido mantener sus bases militares, que hace meses estaban en peligro. Su puerto militar de Latakia ya está asegurado. Con esta capacidad puede competir con las fuerzas armadas de OTAN en el Mediterráneo. Nadie confía en que se lleve a cabo el alto el fuego. Putin lo hace de cara a la galería para demostrar su «buena voluntad». Pero al mismo tiempo, Asad insiste en que seguirá la ofensiva hasta recuperar toda Siria. Es todo una broma triste y cruel.

*Profesor del Departamento de Estudios sobre Seguridad y Justicia Criminal en la Universidad de San Angelo en Texas