Política

Unión Europea

Salvini lanza su alianza soberanista sin Le Pen ni Vox

Matteo Salvini, junto a Olli Kotro, de Verdaderos Finlandeses; Joerg Meuthen, de Alternativa para Alemania, y Anders Vistisen, del Partido Popular Danés
Matteo Salvini, junto a Olli Kotro, de Verdaderos Finlandeses; Joerg Meuthen, de Alternativa para Alemania, y Anders Vistisen, del Partido Popular Danéslarazon

La primera intentona de Matteo Salvini por abanderar una gran alianza soberanista terminó con un paso en falso. El vicepresidente y ministro del Interior italiano había convocado en Milán un acto para aunar a todos sus posibles socios, que se fue desinflando a medida que estos le fueron dando calabazas. Finalmente ayer, junto a Salvini, posaron representantes de Alternativa para Alemania (AfD), Verdaderos Finlandeses y el Partido Popular Danés. Solo segundas espadas y muchas ausencias, como la de Marine Le Pen, Viktor Orban o representantes de Vox, que ignoraron la invitación. La fiesta titulada «Hacia la Europa del sentido común, el pueblo levanta la cabeza» quedó en una sesión de mañana en «petit comité».

En pleno auge de popularidad tras su llegada al Gobierno y una política migratoria de mano dura, el ultraderechista italiano anunció que el próximo objetivo era crear una «Liga de ligas». Es decir, extrapolar su modelo a nivel comunitario. Durante meses se ha reunido con potenciales aliados como Jaroslaw Kaczynski, del partido polaco Ley y Justicia, o los citados Le Pen u Orban. Incluso Salvini se vio agasajado por quienes le pidieron que se presentara como presidente de la Comisión Europea. Pero la intención del ministro del Interior italiano para agrupar a toda la extrema derecha europea está encontrando resistencias.

La disyuntiva para muchos partidos está entre permanecer en el seno del Grupo Popular Europeo o crear un movimiento soberanista con Salvini como alma máter. Actualmente, la Liga forma parte de la Europa de las Naciones y la Libertad, junto a AfD o Reagrupación Nacional de Le Pen. Pese a la buena sintonía entre ambos, el húngaro Orban parece inclinarse por mantenerse fieles a los populares. Mientras que otros, como el holandés Geert Wilders o Le Pen, verían con mayor entusiasmo la propuesta.

Steve Bannon, otrora asesor de Donald Trump, lleva meses metiéndole en la cabeza a Salvini la idea de la internacional soberanista. Pero sus postulados de momento solo han encontrado escepticismo en el resto de países europeos, donde su influencia es reducida. En todo caso, nadie quiere mostrar sus cartas antes de tiempo. No habrá una lista unificada, sino que cada partido se presentará de forma independiente y después de las elecciones se negociarán las alianzas.

En cuanto al discurso de Milán, sonó a un disco ya escuchado. «El objetivo es convertirnos en el primer grupo europeo, el más numeroso. Tenemos el objetivo de cambiar Europa», dijo Salvini. El paradigma ya no debería ser la clásica división entre izquierda y derecha, que él caricaturiza como «fascistas contra comunistas», sino plantear una moción de censura a los «todos los objetivos traicionados por las burocracias europeas». Esto se traduce en una ruptura del reparto de fuerzas clásico entre socialdemócratas y conservadores, con una propuesta que viene a romper con la unilateralidad de la UE y que daría mayor autonomía a los países en la toma de decisiones. En Italia, Silvio Berlusconi, candidato y miembro del PPE, ya ha dicho que es necesario pactar con los populistas, aunque de sus declaraciones se extrae un intento desesperado para volver al poder en su país aliándose con la Liga de Salvini.