Líbano

Siete años de cárcel y 600 latigazos para un bloguero saudí

Badawi, con sus tres hijos, en una imagen de Facebook
Badawi, con sus tres hijos, en una imagen de Facebooklarazon

Tener una página web para discutir abiertamente sobre el papel de la religión en Arabia Saudí le ha costado al bloguero Raif Badawi una sentencia de siete años de cárcel y 600 latigazos. Un tribunal de Jedda, localidad situada junto al Mar Rojo, al oeste del país, consideró que el activista había violado las leyes en materia de lucha contra el cibercrimen y que había atentado contra los valores del islam, tanto en su página web como en los comentarios que había hecho en televisión. Badawi conoció la sentencia en prisión, donde permanece arrestado desde junio de 2012, pero sus problemas con la Justicia de un país cuestionado por su escaso interés en la libertad de expresión comenzaron en 2008, poco después de fundar Free Saudi Liberals (Liberales saudíes libres), la web con la que buscaba promover un debate abierto sobre asuntos religiosos. El veredicto, conocido ayer, ha provocado la condena unánime de organizaciones defensoras de los derechos y las libertades públicas. «Esta sentencia increíblemente dura para un pacífico bloguero hace que las declaraciones de Arabia Saudí asegurando que apoya las reformas y el diálogo religioso parezcan una burla», denunció la organización Human Rights Watch (HRW). También desde el Departamento de Estado de Estados Unidos llegaron expresiones de preocupación. «Creemos que, cuando un discurso público se considera ofensivo, sea a través de los medios de comunicación u otras vías, lo mejor es abordarlo mediante el diálogo abierto y el debate honesto», señaló el portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, informa Reuters. También la esposa de Badawi, Ensaf Haidar, admitió estar «destrozada» por la noticia. «No sé qué hacer. Raif no hizo nada malo», dijo la mujer del bloguero rodeada de sus tres hijos desde Líbano, donde vive alejada de su familia, consciente de los obstáculos a los que tendría que enfrentarse si volviera a Arabia Saudí. «Te sientes como si todo el mundo estuviera acusándote. Como si todo el mundo estuviera en tu contra», relató, al borde de las lágrimas, durante una entrevista concedida el pasado mes de abril a la CNN. Los grupos defensores de los derechos humanos acusan a las autoridades saudíes de tener en su punto de mira a los activistas críticos con el régimen y de llevarlos ante los tribunales o prohibirles viajar. Muchos de estos grupos montaron en cólera cuando dos de los más prestigiosos abogados reformistas, Mohamed al Qahtani y Abdala al Hamid, fueron condenados el pasado marzo a diez años de prisión cada uno.

Amnistía Internacional llegó a considerar aquel tribunal como «una preocupante sucesión de casos judiciales tendentes a silenciar a los activistas defensores de los derechos humanos». Pero el Gobierno saudí niega las acusaciones de mano dura contra los disidentes. «En el Ministerio del Interior, nuestra área de responsabilidad es la seguridad», se defendió el portavoz del ministro en el pasado enero.

El abogado del bloguero, Walled Abu al Jair, informó de que el tribunal de Jedda enviará a su cliente una notificación por escrito de la sentencia el próximo 6 de agosto. Luego tendrá un plazo de 30 días para apelar.