Estado Islámico
Soldados del Califato, la «marca» del Estado Islámico en Argelia
El grupo yihadista "Yund al Jilafa"o "Soldados del Califato", que decapitó hoy al rehén francés Pierre Hervé Gourdel, es la aparente nueva "marca"en Argelia del Estado Islámico (EI), a su vez una escisión de Al Qaeda.
El grupo yihadista, que secuestró al ciudadano francés el pasado 21 de septiembre en la región montañosa de la Cabilia, está dirigido por el autoproclamado "emir"Abdelmalek Guri, conocido como Jaled Abu Salman, de 36 años y originario de la ciudad de Bumerdés.
Abu Salman había anunciado diez días antes del secuestro su alianza con el EI y su obediencia a su líder, Abubaker al Bagdadi, con lo que ponía al servicio del EI la "experiencia acumulada"durante años en la región por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI, la filial magrebí de Al Qaeda) en la comisión de atentados, secuestros y extorsiones.
El EI, que controla amplias zonas de Siria e Irak, ha anunciado en diversos foros de su muy cuidada red de propaganda su intención de expandirse por el Magreb, y aunque se suponía que Túnez sería su prioridad, han elegido Argelia para salir a la luz.
Abu Salmán se unió a Al Qaeda a fines de los años 90, antes de que la policía argelina lo detuviera y encarcelara.
Tras cumplir su pena, en 2001 salió en libertad y tardó muy poco en regresar a las filas de AQMI, poniéndose a las órdenes de Abdelmalek Drukdel, el escurridizo líder de la organización que aún sigue en libertad y que teóricamente obedece a Al Qaeda y no al EI.
Los grupos terroristas han encontrado uno de sus principales refugios en las montañas boscosas de la Cabilia, la conflictiva región argelina llena de grutas donde fue secuestrado el guía francés.
El turista francés de 55 años, experto montañero, había sido invitado por un grupo de argelinos y albergado desde su llegada a Argelia, sólo un día antes, en un chalet cerca del complejo de Tikeyda, situada en la provincia de Buira, también en la Cabilia.
Los terroristas de Yund al Jilafa sorprendieron al grupo de Gourdel, en el que había varios montañeros argelinos, pero no mostraron el menor interés por estos últimos, a los que dejaron libres, y solo se llevaron a Gourdel, al que llevaron hacia un destino desconocido.
El Ministerio argelino de Defensa aseguró al día siguiente del secuestro que las fuerzas de seguridad buscaban activamente a Gourdel en la región de Tizi Uzu.
La captura de Gourdel pone en entredicho la eficacia de las fuerzas argelinas para doblegar al terrorismo, como quedó también de manifiesto en la toma de la planta gasística de In Amenas en enero de 2013.
Aquel secuestro, que duró varios días y terminó con la irrupción del ejército argelino en las instalaciones, se saldó con 38 trabajadores de la planta muertos (37 de ellos extranjeros), además de 29 asaltantes.
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