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Tailandia se obsesiona con las pieles blancas

El bombardeo de anuncios de productos blanqueadores alimenta la obsesión de los tailandeses por la piel pálida y un canon de belleza que, en ocasiones, roza el racismo en detrimento de las personas de tez morena.

Aunque miles de turistas inundan las playas de Tailandia para broncearse, a mayoría de los tailandeses suspiran por las pieles níveas de los actores y cantantes de estética coreana, tendencia que también se fomenta con la publicidad de cremas blanqueadoras hasta para las axilas o las partes íntimas.

Entre las campañas publicitarias más polémicas y reciente en el tiempo se encuentra el anuncio de una marca blanqueadora de la subsidiaria tailandesa de la multinacional Unilever, que posteriormente tuvo que pedir disculpas y retirar el reclamo.

En este anuncio televisivo, una universitaria de piel oscura no sabe responder cuando le preguntan cómo mostrarse más guapa en el uniforme universitario, de falda o pantalón azul oscuro y camisa blanca, lo que sí acierta otra estudiante de piel más clara al enunciar el eslogan de la marca del producto "Citra 3D".

El reclamo publicitario incluía una beca de 100.000 bat (unos 3.100 dólares o 2.300 euros) para la ganadora de un concurso en el que las universitarias tenían que enviar fotos sosteniendo una loción blanqueadora Citra.

"La campaña, desarrollada en Tailandia, no trataba de sugerir ninguna discriminación racial. Pedimos disculpas por cualquier malentendido. Citra mostrará mas sensibilidad en futuras campañas", señaló en un comunicado Unilever Thai Trading, según el diario "Bangkok Post".

Una piel más clara es un signo de estatus en muchas partes de Asia, donde la tez oscura se identifica muchas veces con las inclemencias del sol en los campos de arroz, tal como ocurría hace varias décadas en Europa.

El contraste es visible a la salida de la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok, donde el aspecto de muchos estudiantes refleja la mezcla con sangre china o incluso caucásica, mientras que los vendedores ambulantes exhiben el bronceado de los habitantes de las regiones rurales del noreste.

"Consigue una piel más clara en tus partes íntimas en cuatro semanas", rezaba el eslogan de una crema blanqueadora en un anuncio en el que garantizaba más éxito con el sexo opuesto a las mujeres con una piel más blanca en torno a la vagina.

En un "spot"lanzado el año pasado, Lactacyd White Intimate prometía una epidermis más "reluciente y translúcida", además de joven, en el anuncio en el que aparecía una mujer con unos pantalones cortos y muy entallados.

Esta tendencia no termina en los productos de belleza femeninos, sino que también hay cosméticos para hombres, bebidas que prometen pieles más claras e incluso resulta difícil encontrar una crema de protección solar que no sea blanqueadora.

La industria de los productos que alegan blanquear se ha convertido en un mercado millonario que crece una media del 10 o el 15 % anualmente, sobre todo en Asia Oriental o Oriente Medio, en ocasiones hasta niveles peligrosos para la salud.

Las autoridades tailandesas tienen problemas para controlar la venta ilegal de productos blanqueadores que contienen mercurio, que reduce la melanina y es potencialmente un veneno, o hydroquinona, que puede causar dermatitis, decoloración severa o esteroides.

El pasado julio, la firma japonesa Kanebo reconoció el temor de que un componente químico de sus cremas blanqueadoras provocaba manchas y decoloración agresiva en las usuarias y retiró 54 marcas de varios países, incluidos Tailandia, Taiwán, Corea del Sur y Malasia.

La obsesión por las pieles pálidas también se ha relacionado con el sesgo racista de algunos anuncios publicitarios, como uno ya antiguo de una pasta de dientes en el que un negro es retratado como un marginado social debido a su aspecto.

Otras polémicas han sido el retoque de una foto de Naomi Campbell en Vogue Tailandia para aclarar el tono de su tez o la cancelación de una campaña de Dunkin' Donuts porque utilizaba una modelo maquillada de negra que recordaba a los estereotipos raciales de la década de los años 50 del siglo pasado en Estados Unidos.

"Es absolutamente ridículo. ¿No se nos permite utilizar negro para promocionar nuestros donuts? No lo entiendo, ¿cuál es el problema? ¿Qué pasa si el producto es blanco y pinto a alguien de blanco? ¿Es eso racista?", se quejó Nadim Salhani, jefe ejecutivo de Dunkin' Donuts en Tailandia.

Salhani, que utilizó a su propia hija como modelo, achacó la polémica a la obsesión por lo políticamente correcto en Estados Unidos, desde donde la central de la marca decidió finalmente retirar el anuncio.