Política

Parlamento Europeo

Temor a un bloqueo en la UE por la batalla de los cargos

El presidente acude a una cena de formato reducido con jefes de Gobierno y líderes de los grandes partidos.

Pedro Sánchez, junto al primer ministro belga, Charles Michel, anfitrión de la cena en Bruselas
Pedro Sánchez, junto al primer ministro belga, Charles Michel, anfitrión de la cena en Bruselaslarazon

El presidente acude a una cena de formato reducido con jefes de Gobierno y líderes de los grandes partidos.

La fragmentación del poder político tras las elecciones a la Eurocámara el 26 de mayo ha sacudido el «statu quo» europeo. Por primera vez desde los primeros comicios en 1979, populares y socialistas no han sido capaces de conseguir la mitad de los escaños y la nueva dinámica de alianzas ha puesto en marcha formatos inéditos en las negociaciones de los altos cargos europeos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participó ayer en una cena en la capital comunitaria auspiciada por el primer ministro belga, Charles Michel, y a la que fueron invitados los dos líderes elegidos por cada una de las tres principales fuerzas políticas europeas como muñidores de acuerdos. Dentro de la familia popular, Arturs Karins, primer ministro de Letonia, y Adrej Plenkovic, de Croacia. En representación socialista, el portugués Antonio Costa, además del propio Sánchez, y en la bancada de los liberales el holandés Mark Rutte, que se suma al anfitrión.

Ayer no se esperaban resultados definitivos. Ni vetos ni grandes giros en el guión, pero a veces el medio es el mensaje. Nunca hasta el momento las capitales habían elegido a coordinadores dentro de los partidos políticos y la lógica nacional se había impuesto en muchos momentos a los equilibrios ideológicos. Pero todo ha cambiado. Fuentes diplomáticas reconocen la necesidad de no ignorar a la Eurocámara ante el peligro de un bloqueo político en los nombramientos. La fragmentación del hemiciclo también hace al nuevo Parlamento Europeo mucho menos proclive a someterse a las presiones de las capitales.

La hegemonía del Partido Popular Europeo (PPE) puede tocar a su fin (actualmente conserva ocho gobiernos europeos en casi empate con las otras dos fuerzas), aunque nadie duda de que ningún acuerdo puede ser definitivo, si no cuenta con su beneplácito y la luz verde expresa de la canciller Angela Merkel.

Por el momento, las posturas parecen inamovibles, aunque este atrincheramiento en las posiciones puede ser tan solo una estrategia. El PPE volvió expresar esta pasada semana su apoyo al alemán Manfred Weber, jefe de filas de los populares en el hemiciclo y candidato oficial dentro del sistema «spitzenkandidat» (aspirante del partido más votado en las elecciones europeas). Su candidatura se ha debilitado en los últimos días, pero no ha recibido el golpe definitivo. «No hay que infravalorar al PPE, lleva muchos años mandando. Tampoco al 'spitzenkandidat'», asegura un cargo diplomático de un Gobierno liberal.

Por su parte, los socialistas – con Sánchez a la cabeza– siguen defendiendo a Frans Timmermans, su candidato oficial, y los liberales parecen dispuestos a jugar sus bazas. La candidatura de la danesa Margrethe Vestager, actual comisaria de Competencia, ha subido enteros en los últimos días, aunque necesitará el apoyo expreso de Emmanuel Macron. El presidente francés boicotea sin descanso el método del «spitzenkandidat», pero Vestager ha sabido jugar con presteza con dos barajas. Si bien los liberales presentaron una lista con varios nombres y no un único candidato, en la recta final la política danesa participó en los debates dentro de este formato, lo que le ha permitido beneficiarse del mismo sistema que ha criticado. Esta ambigüedad le puede permitir que su candidatura no sea boicoteada por la Eurocámara.