Rojo
La psicosis terrorista llega a la Vuelta
La estación de Nimes (Francia) fue clausurada y acordonada durante casi dos horas ante el aviso de la presencia de un hombre armado El arma resultó ser de fogueo y el sospechoso, un delincuente habitual, detenido
La llamada de un ciudadano alertó a las fuerzas del orden, que acudieron en manada para controlar la situación. Un hombre fue detenido casi de manera inmediata. El arma que llevaba resultó ser de fogueo.
«La gente ha salido corriendo, ha dejado los carritos de los niños allí. Dicen que ha habido un tiroteo», contaban varios testigos españoles, colaboradores de la Vuelta. Eran las 21:15 y la Policía francesa había cerrado la puertas de la estación de Nimes y acordonado la zona ante el aviso de la presencia de un hombre armado. La llamada de un ciudadano alertó a las fuerzas del orden, que acudieron en manada para controlar la situación. Un hombre fue detenido casi de manera inmediata. El arma que llevaba resultó ser de fogueo.
Hasta llegar ahí la información era confusa. Los rumores hablaban del tiroteo al que se referían los testigos y de dos hombres armados recorriendo la ciudad. La policía alertó al director general de la Vuelta, Javier Guillén, de que no saliera de su hotel porque había habido «un problema» en la estación. Algo parecido sucedió en la sala de prensa de la carrera, donde aún quedaban bastantes periodistas. La policía informó de un presunto ataque terrorista y avisó de que nadie abandonara el centro de prensa ni se asomara a las ventanas. Parecía una situación dramática. Lo cierto es que la ciudad vivía ajena a esa alarma.
A las puertas del hotel Ibis Style, justo enfrente de la estación, se amontonaba la gente pendiente del espectáculo y los rumores. Un trabajador del hotel avisaba a los clientes que salían de que no podían cruzar la estación porque estaba cerrada. «Un problema», volvía a ser la explicación. «¿Qué problema?». «No se sabe». La estación no podía cruzarse, pero sí rodearse. Para llegar hasta Las Arenas de Nimes, a cinco minutos de la estación, se podía atravesar un pasaje peatonal a menos de cincuenta metros de la estación. Los parques de alrededor mantenían la actividad normal. Había niños jugando, familias paseando con carritos de bebé, señores mayores y algún enviado especial de la Vuelta que pretendía encontrar algún sitio para cenar mientras muchos de sus compañeros se atrincheraban en los hoteles o en la sala de prensa.
Las calles de Nimes no se enteraron del pánico que se vivía en Madrid ante la presencia de un tiroteo que no fue. Las redes sociales, los mensajes de gente que no había visto siquiera la estación alertaban de la amenaza terrorista. Las llamadas eran incesantes y se solicitaba a los enviados especiales que no se les ocurriera pisar la calle. Aunque algunos advertían, sin que nadie les hiciera demasiado caso, de que las terrazas estaban llenas y de que la calle seguía viviendo.
De nuevo la gendarmería apareció en el hotel donde se hospedaba la dirección de la Vuelta y desmentía el tiroteo y confirmaba que se trataba de un simple «incidente ciudadano». Algo difícil de hacer entender a la gente que no pisaba las calles de Nimes. Era fácil pensar en un ataque que mezclara a España y a la Vuelta, uno de sus símbolos, con Francia, uno de los países más castigados por el terrorismo islámico. Era fácil que cualquiera reviviera las imágenes del atentado del jueves en Barcelona. Pero nada tenía que ver aquello con lo que vivía Nimes en la noche de ayer.
Poco a poco, los alrededores de la estación fueron recuperando la normalidad. A las 22:45 aproximadamente se permitía salir a los viajeros que continuaban retenidos en la estación. A las 23:00 la estación reabría sus puertas y recuperaba la normalidad. Sin rastros de tiroteos, sin sangre, sin nada que hiciera imaginar todo lo que se había imaginado desde fuera.
La Policía continuó rodeando la estación, pero ya sólo como medida de precaución. En el Ibis Styles, los periodistas que llegaban después de cruzar de nuevo la estación se encontraron con miembros del equipo Caja Rural-Seguros RGA y de Europcar que les invitaban a compartir las pizzas y las hamburguesas que habían comprado para cenar. Un empleado del hotel, en perfecto castellano, aseguraba que la Policía le había dicho que alguien había visto a un hombre montar un arma en la estación, lo que provocó el aviso a la Policía. Un testigo asegura que se oyeron disparos. El arma era de fogueo, pero el pánico que se había apoderado de las redes y de los medios, pero no de Nimes, era de verdad. «No tenemos miedo» es uno de los mensajes más difundidos a través de las redes sociales para luchar contra el terrorismo. ¿Seguro? El miedo es gratis.
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