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Trump quiere devolver a Rusia al club del G8

Italia se suma a su propuesta de que Moscú regrese a las cumbres de los países más ricos contra el criterio del resto de potencias, que expulsaron a Putin por Crimea.

Policías antidisturbios intervienen durante una protesta por la celebración de la Cumbre del G7 en Québec (Canadá). Foto:Efe
Policías antidisturbios intervienen durante una protesta por la celebración de la Cumbre del G7 en Québec (Canadá). Foto:Efelarazon

Italia se suma a su propuesta de que Moscú regrese a las cumbres de los países más ricos contra el criterio del resto de potencias, que expulsaron a Putin por Crimea.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue el último en llegar el viernes a mediodía a la reunión anual del G7, que este año se celebra en la región canadiense de Charlevoix (Quebec) y será el primero en marcharse hoy por la mañana. «Estoy deseando enderezar los injustos acuerdos comerciales con los países del G7. Y si no sucede, ¡saldremos aún mejor parados!», escribió en Twitter poco antes de subir al avión.

Todo indica que tiene más prisa por reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un en Singapur que debatir en la mesa con sus colegas aliados (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá). Volará al país asiático directamente desde suelo canadiense, así que debido a su agenda, y según el programa establecido para la cumbre, Trump sólo asistirá a las reuniones previstas para discutir asuntos económicos y de seguridad; y se perderá las relativas a cambio climático, medioambiente e igualdad de género.

Cuando la falta de sintonía entre los aliados y EE UU rozaba límites nunca antes imaginados, el magnate de EE UU calentó el ambiente al reclamar la vuelta de Rusia al G7. «Deberíamos tener a Rusia en la mesa de negociaciones y ser de nuevo el G8», propuso. «Soy la peor pesadilla de Rusia. Pero dicho esto, Rusia debería estar en esta reunión», afirmó poco antes de despegar rumbo a Canadá. Rápidamente, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, rechazó su propuesta –que contó con el inesperado apoyo del recién estrenado gobierno populista italiano–. «Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura», afirmó .

Si un día antes, el presidente francés, Emmanuel Macron, planteó dejar fuera del G7 a los Estados Unidos de Trump, ayer fue el propio magnate quien, en un nuevo desafío a la UE, sugirió devolver a Rusia a estas reuniones. Moscú fue expulsada del G8 por anexionarse Crimea en 2014.

Con todo, el tema más candente en la primera sesión fueron los aranceles que Estados Unidos impuso a finales de mayo a Canadá, la Unión Europea y México y que implican un impuesto del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio procedente de estas zonas. Un movimiento que la UE ha tildado de «proteccionismo, simple y llanamente».

Todo apunta que va a ser difícil cambiar la mentalidad del inquilino de la Casa Blanca y llegar a un acuerdo. Dado que EE UU importa más de lo que exporta, Trump considera que su país siempre pierde en temas comerciales y lo achaca todo a malas decisiones de pasadas administraciones.

Ayer confirmaba su postura a través de Twitter en un mensaje al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y al presidente Macron, afirmando que son ellos quienes «están cobrando los aranceles masivos de Estados Unidos y creando barreras no monetarias. El superávit comercial de la Unión Europea con Estados Unidos es de 151.000 millones de dólares y Canadá mantiene alejados a nuestros agricultores». El presidente añadía después: «¿No ha dicho que nos cobra el 300% en productos lácteos?», en referencia a Canadá.

Por su parte, Trudeau dijo que esta medida sólo va a perjudicar a los trabajadores tanto canadienses como estadounidenses y que va a hacer todo lo posible para «defender nuestra industria y a nuestros trabajadores». Pese a su postura tajante sobre la actitud de Estados Unidos, Macron reconoció que se trata de un país «aliado histórico y le necesitamos».

De momento, las posiciones más conciliadoras en el tema de los aranceles son la del recién estrenado primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que dijo que quiere promover posturas «moderadas», si bien se sumó a la propuesta de Trump de que Rusia regrese como miembro a las cumbres del G7. Conte, que debuta internacionalmente en esta cita, trata de dar a conocer sus posturas tras el el bloqueo en su país.

También las declaraciones de la primera ministra británica fueron en la misma línea. Theresa May afirmó que la UE debe actuar con «restricción y proporción» en las represalias a EE UU.

Finalmente, la canciller alemna, Angela Merkel, propuso establecer un mecanismo para resolver las diferencias comerciales y evitar futuros choques. Su propuesta, todavía sin concretar, sumó el fuerte respaldo de otros líderes, según fuentes francesas.

Otro de los puntos álgidos fue la seguridad global y la posible injerencia de otros países en los procesos electorales. Respecto a este asunto, las naciones más poderosas del planeta han acordado compartir información entre ellas y trabajar con proveedores de servicios de internet y compañías de redes sociales para evitar la intromisión extranjera en las elecciones en sus países, según un borrador del compromiso de la cumbre, al que ha tenido acceso Reuters. El texto parecía ser una referencia poco velada a las acusaciones de Estados Unidos y gobiernos de algunos países de la Unión Europea de que Rusia interfirió en sus elecciones. Moscú ha negado las acusaciones.

Por otro lado, hace tan solo unas semanas, el presidente estadounidense decidió derogar el acuerdo nuclear con Irán y amenazó con sancionar a las compañías que sigan haciendo negocios con ese país. Macron reconoció que en este aspecto «tenemos que actuar de manera que evitemos una escalada de tensión», aunque admitió que no es una tarea fácil.

Las cuestiones de cambio climático también fueron peliagudas, tras la decisión de Trump el año pasado de sacar a EE UU del Acuerdo Climático de París. Los funcionarios trabajan contrarreloj para lograr una declaración conjunta aceptable por todos.