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Guerra comercial

Trump suspende "90 días" los aranceles a todos los países excepto China, que los eleva al 125%

El presidente de EE UU cree que Pekín "ha mostrado una falta de respeto a los mercados"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cede a la presión de los mercados y da un cambio de timón en su política comercial. El mandatario anunció el miércoles una pausa de 90 días en la aplicación total de sus nuevos aranceles recíprocos para al menos algunos países.

En una publicación en redes sociales, Trump también dijo que “redujo sustancialmente el Arancel Recíproco durante este período, al 10%, con efecto inmediato.”

Sin embargo, este “favor” va en línea con un ataque directo a su principal competidor, China. El republicano afirmó que estaba aumentando los aranceles impuestos a las importaciones desde el gigante asiático al 125% “con efecto inmediato” debido a la “falta de respeto que China ha mostrado a los mercados mundiales.”

En su publicación en Truth Social, Trump atribuyó su decisión de pausar la implementación total de los aranceles al hecho de que “más de 75 países” se han puesto en contacto con funcionarios estadounidenses “para negociar una solución” a los problemas comerciales que él planteó al imponer los nuevos gravámenes.

“El mundo está listo para trabajar con el presidente Trump para arreglar el comercio global, y China ha elegido el camino opuesto”, escribió tras la publicación el secretario de Comercio, Howard Lutnick.

La medida contra China se da después de que la Casa Blanca había confirmado antes que los aranceles de EE. UU. sobre estas importaciones aumentarían hasta un 104%, lo que provocó una airada respuesta del gigante asiático, que a su vez informó que aumentaba los aranceles de represalia sobre las importaciones estadounidenses del 34% al 84%.

El giro de Trump también llega luego de una lluvia de críticas porque el mandatario se burló en las últimas horas de los líderes mundiales que buscan alcanzar un acuerdo comercial con su país tras la desatada guerra arancelaria que inició Washington. El mandatario aseguró que “estos países nos están llamando, besándome el trasero”.

“Por favor, por favor señor, hagamos un trato. Haré lo que sea. Haré lo que sea, señor”, dijo, imitando a los líderes. Trump hizo estas declaraciones durante una gala de recaudación de fondos para los republicanos de la Cámara de Representantes el martes 8 de abril por la noche.

Luego, se burló de los republicanos disidentes que sugieren que el Congreso debería encargarse de las negociaciones. “Déjenme decirles, ustedes no negocian como yo negocio”, afirmó Trump.

Los aranceles sin precedentes del presidente Trump sobre las importaciones globales que ingresan a Estados Unidos habían entrado en vigor el miércoles, reconfigurando un orden económico global que se ha mantenido en gran medida durante generaciones, y provocando, como era de esperarse, estas nuevas represalias por parte de China y Europa.

Tanto los consumidores como los inversionistas comenzaron a evaluar el impacto real en la economía estadounidense a medida que el costo de los impuestos a las importaciones se traslade a las cadenas de suministro y, posteriormente, a los negocios y los presupuestos de los hogares.

A primera hora del miércoles, empresas como Walmart y Delta Air Lines retiraron sus previsiones de ganancias debido a la incertidumbre generada por el esquema de Trump, mientras que el CEO de JPMorgan Chase dijo en una entrevista que una recesión en EE. UU. ahora era probable.

El arancel promedio que enfrentarían las decenas de países afectados por Trump es del 29%, y muchos llegan hasta el 40%. La Casa Blanca había publicado la lista completa en su sitio web.

Trump busca a la larga reconfigurar el orden económico mundial reduciendo la dependencia de Estados Unidos de las importaciones extranjeras. En medio del debate sobre cómo se calcularon los aranceles por país, Trump ha reconocido que su objetivo desde el principio fue eliminar o incluso revertir el déficit comercial estadounidense, algo que la mayoría de los economistas considera innecesario y potencialmente generador de precios más altos y un crecimiento económico más lento.

Los aranceles no son algo nuevo, y muchos líderes empresariales han argumentado durante mucho tiempo que Estados Unidos debe hacer más para evitar que ciertos productos de bajo costo, especialmente de China, inunden sus mercados, pero lo que se critica es la agresividad y el fin último de las medidas.

Trump ha sorprendido al mundo con su intento de traer de regreso a Estados Unidos la producción de una vasta gama de bienes que, en la mayoría de los casos, se producen de forma más asequible en el extranjero, lo que mantiene a muchos pequeños empresarios en el país en vilo.