Refugiados

El país con más refugiados sirios del mundo

En ocho años de guerra ha pasado de recibir 252 personas a 3,6 millones

En el barrio de Altindag viven decenas de miles de refugiados sirios ©2019 European Union (Diego Cupolo)
En el barrio de Altindag viven decenas de miles de refugiados sirios ©2019 European Union (Diego Cupolo)larazon

En menos de ocho años, Turquía ha pasado de acoger a 252 sirios a más de 3,66 millones. Según datos actualizados de Acnur, en Turquía hay 3.663.863 personas sirias registradas. La guerra ha obligado a más de 5,64 millones de sirios a huir de su país y Turquía se ha convertido en su principal receptor. Es, de hecho, el país del mundo que más refugiados ha acogido. En un primer momento, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y la sociedad turca recibieron a los refugiados con los brazos abiertos. Tras el acuerdo con la Unión Europea de 2016, no les quedó más remedio.

Según un estudio de 2018 elaborado por la Universidad Bilgi, el 70% de los turcos cree que los sirios les están quitando sus trabajos. Más del 60% piensa que son los responsables de que aumente la criminalidad en el país. Desgraciadamente, episodios racistas similares se han repetido en Adana, Estambul o Ankara. Se acusa a un sirio falsamente de una violación y después una turba quema y saquea sus tiendas. Este año, Erdogan ha sufrido un castigo electoral en buena parte por los refugiados.

En el caso de Husein, de 74 años, no tiene ningún problema con los turcos. Ellos le regalaron todos los muebles de su humilde chamizo en Altindag, a las afueras de Ankara. Vino en 2013, abandonando Raqa, tras un bombardeo que destruyó su casa y mató a ocho familiares. Cruzó ilegalmente hasta Kilis. Pagó unas 500 liras a unos traficantes. Al preguntarle si se iría a una zona segura en Siria, Husein confiesa que «ya no conozco a nadie allí». Este antiguo conductor de camión de bomberos asevera que «si la situación sigue como hasta ahora, yo no podría sobrevivir». Aquí le ayudan la UE y sus hijos. Al igual que dos de sus vástagos, decenas de miles de sirios se han incorporado al mercado laboral turco y han echado raíces. Ya han nacido más de 450.000 bebés sirios en Turquía.

Husein vive con su mujer y gracias a un programa financiado por la UE, denominado «ESSN» (Red de Seguridad Social de Emergencia), él y su esposa reciben una ayuda de 120 liras al mes (menos de 40 euros). Es el mayor proyecto de ayuda humanitaria de la UE, que beneficia a casi 1,7 millones de sirios desde 2016. A través de una tarjeta electrónica roja, cada mes les ingresan menos de 20 euros para necesidades básicas. «Con esto pago el alquiler y los gastos de agua y luz», asegura Husein. No está contemplado que esta ayuda europea se dé en territorio sirio.

Nils Grede, director del Programa Mundial de Alimentos en Turquía, el principal socio de la Organización de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la UE (ECHO), recuerda a LA RAZÓN que a diferencia de otros países que acogen refugiados desde el inicio de la crisis, la gran mayoría de los sirios vive entre la población. Hoy, menos del 3% lo hace en campos de refugiados. «Para los hogares que cumplen con los criterios de vulnerabilidad, la ayuda es incondicional, pero ocho años es muchísimo tiempo», asevera Grede, quien reconoce que «el Gobierno turco estaba y sigue extremadamente comprometido con sus invitados». Sin embargo, «el ánimo ha cambiado entre una parte de la población debido a las tensiones sociales y la inflación». Hoy se habla mucho más de cómo y cuándo los refugiados pueden regresar a su país.

En el PMA hacen encaje de bolillos para ayudar a los sirios más vulnerables, pero sin ofender a los turcos, entre quienes también hay gente pobre o desempleada. Por ello, «a pesar de la devaluación de la moneda y la pérdida de poder adquisitivo de los refugiados, es complejo que se les aumente la ayuda para no generar inequidad real o percibida con la población anfitriona».

Grede añade que el Estado turco «ha invertido una cantidad de fondos significativa en darles servicios de salud, educación y municipales, pero los refugiados también contribuyen a la economía local. Desde diciembre de 2016, cuando se inició el programa de la UE, los refugiados han gastado más de mil millones de dólares con la tarjeta roja».