Dos años de invasión
¿Puede realmente Ucrania ganar la guerra a Rusia? Esto es lo que necesita
El ejército de Putin ha perdido unos 3.000 tanques y ha desempolvado 2.000 carros de combate antiguos de sus arsenales. Rusia ha sufrido en estos dos años, pero tiene una resistencia económica mayor de lo esperado
A los tres días de comenzar la guerra, LA RAZÓN afirmaba en uno de sus artículos que Rusia sólo podía ganar la guerra si esta era de corta duración. ¿Se ha convertido para Moscú la guerra de Ucrania en un nuevo Afganistán o en un Vietnam como le ocurrió a EE UU? Es pronto para decirlo, aunque es cierto que Ucrania tiene frontera con Rusia y para muchos rusos es una parte irrenunciable de su nación, lo que da a este conflicto un carácter distinto a los antes citados.
Rusia, según el IISS (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos), ha perdido alrededor de 3.000 carros de combate durante su ofensiva en Ucrania, casi tantos como los que tenía en su inventario activo antes de lanzar la invasión en febrero de 2022. Moscú ha sacado 2.000 carros de combate antiguos de sus arsenales. Ucrania ha perdido el 50% de sus vehículos al igual que Rusia, con la diferencia que Moscú comenzaba la guerra con casi cuatro veces más vehículos que Kyiv.
El sueño de una rápida victoria, gracias a sus poderosos medios acorazados, es cosa del pasado. La llegada masiva de armamento desde Occidente, en una clara posición de No Beligerancia de los miembros de la OTAN y sus aliados, a Ucrania ha logrado impedir la derrota de los ucranianos aunque no ha podido impedir la conquista por parte rusa de la mayor parte de los territorios que Moscú reclamaba como suyos al comienzo de la guerra.
Es sabido que el primer muerto en una guerra es la verdad. Desconocemos con certeza los muertos y heridos de cada uno de los bandos. Las cifras de bajas rusas en Ucrania, según el Ministerio de Defensa ucraniano, están hinchadas por motivos propagandísticos. Kyiv afirma haber contabilizado 324.830 combatientes rusos muertos o heridos en suelo ucraniano entre el 24 de febrero de 2022 y el 26 de noviembre de 2023, cifras que desglosadas pueden dar unos números al día de hoy que se aproximan bastante a la realidad: 130.000 muertos rusos y por encima de 200.000 heridos. Moscú guardan silencio sobre sus bajas militares. En agosto el diario «The New York Times» informaba que el Ejército ucraniano, compuesto por aproximadamente 850.000 hombres, tenía 70.000 muertos y 120.000 heridos en combate.
Para seguir enfrentándose al Ejército ruso, Ucrania necesita aumentar sus efectivos. La Rada, el Parlamento ucraniano, afronta la necesidad de llamar nuevas quintas para su ejército. El 19 de diciembre, el presidente Volodímir Zelenski anunció que el Ejército ucraniano solicitaba la movilización de «450.000 a 500.000 soldados más para hacer frente a los aproximadamente 600.000 soldados rusos a los que se enfrenta». Dominique Trinquand, general y especialista en relaciones internacionales, ha afirmando: «Las pérdidas humanas son significativas, aunque difíciles de estimar. Del lado ucraniano, es necesario removilizar para obtener las fuerzas que el Ejército necesita simplemente para mantener sus posiciones». La nueva movilización de los ucranianos va a reducir la edad de movilización de 27 a 25 años. El tiempo en filas se va a poner en 36 meses frente al actual sin límite.
El 1 de diciembre de 2022, el presidente Putin firmó un decreto ordenando el aumento del número de soldados en su Ejército en un 15%, lo que equivale a cerca de 170.000 soldados más. Por razones demográficas, los rusos cuentan con una mayor reserva de reclutas en comparación con los ucranianos. Rusia tiene una población actualmente por encima de 144 millones de habitantes frente a los 41 de Ucrania.
Napoleón afirmó que para ganar una guerra sólo se necesitaba tres cosas, dinero, dinero y dinero. Ucrania está arruinada, con gran parte de su tejido industrial e infraestructuras muy dañadas por la guerra. La guerra no ha golpeado a Rusia en su territorio. Los ucranianos sólo resisten gracias al apoyo de sus hasta ahora generosos amigos occidentales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha destacado la fortaleza de la economía rusa. Ha mejorado su previsión de crecimiento del 1,1% al 2,6%. Según las cifras del FMI, la economía rusa creció más rápido que todo el G-7 el año pasado y volverá a hacerlo en 2024. Putin ha afirmado con alegría que Rusia es la economía de más rápido crecimiento en Europa.
El mando supremo ucraniano ya ha reconocido que su situación es extremadamente compleja y tensa, por no decir crítica. «Los ocupantes rusos siguen incrementando sus esfuerzos y tienen ventaja numérica en personal», ha escrito el comandante en jefe de la fuerzas armadas ucranianas, Oleksander Syrskyi.
Rusia ha cambiado su forma de hacer la guerra. Quiere, mediante el uso de la aviación, el lanzamiento desde el aire de bombas guiadas y un enorme despliegue de artillería contra las posiciones ucranianas, terminar con la capacidad de resistencia ucraniana. Ucrania sólo puede resistir el tiempo que dure la ayuda masiva que le llega de sus cada días más casados amigos occidentales. Europa se está rearmando. Se han disparado los gastos militares. ¡Veremos cuánto de este nuevo armamento sigue saliendo rumbo a Ucrania y cuánto pueden resistir los ucranianos!
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