Abismo fiscal
Europa tiembla ante la parálisis de EE UU
Obama alerta de una «reacción adversa» de los mercados si no se logra un acuerdo que evite el «abismo fiscal»
Veinticuatro horas para salvar al mundo. Este es el tiempo que los congresistas norteamericanos tenían ayer para lograr un pacto antes de la aplicación automática de una subida de impuestos generalizada y un recorte masivo en el gasto público que sumiría al país en una probable recesión, al pasar de un crecimiento superior al 3% actual a uno negativo del 0,5%, según el FMI. Semejante escenario, el conocido «abismo fiscal», haría temblar los mercados financieros de todo el mundo y agravaría la crisis económica de la Unión Europea, cuyas exportaciones a EE UU –el mayor mercado–, caerían irremediablemente. España no escaparía a los efectos del tsunami económico que se extendería por el mundo. Nuestras exportaciones disminurían y la recesión podría ser mayor.
Nuevos escollos surgieron durante la negociación entre ambos partidos ayer. Según la web «Politico», los republicanos exigieron cambios en el cálculo para acceder al cobro de las pensiones, lo que implicaría un recorte que afectaría a las personas mayores. Con ese ahorro, los republicanos pretenden que se financie el mantenimiento de los subsidios por desempleo, una demanda irrenunciable para los democrátas.
Tampoco hubo acuerdo sobre los impuestos al patrimonio. Los demócratas quieren regresar a los niveles del 45 % de 2009, con exenciones de 3,5 millones, mientras que los republicanos quieren que se mantenga en el 35% actual con exenciones hasta los 5,2 millones.
Hasta ahora, el gran escollo ha sido la subida de impuestos para las rentas superiores a 250.000 euros anuales, algo defendido por Obama y rechazado por los republicanos. En los últimos días, los demócratas habrían aceptado subir el techo a los 400.000 dólares, un avance que tampoco habría calmado a las voces más críticas del Partido Republicano.
El presidente Obama lanzó ayer un nuevo mensaje a la desesperada en una entrevista televisiva en la que advertía de la «reacción adversa» de los mercados si se ejecuta el «abismo fiscal», al tiempo que instaba a los republicanos a anteponer los intereses del país a los de su partido. «Dicen que su mayor prioridad es asegurar que respondemos al déficit con seriedad, pero se comportan de tal manera que su única prioridad es asegurar que se protejan los recortes tributarios para los estadounidenses más ricos. Parece que ésta es la cuestión única y más importante», señaló Obama en la NBC.
El presidente, que se describió como un «optimista innato», dijo que «ahora la presión está en el Congreso» y utilizó toda su artillería dialéctica para desmontar las razones de sus adversarios: «Mi argumento es que se mantengan los recortes tributarios para el 98% de los estadounidenses, y no creo que haya nadie que lo considere izquierdista». El bando demócrata ha cedido en la medida en que ha ofrecido «cambios importantes» en los programas de subsidios para reducir el déficit, explicó Obama, quien añadió que «las ofertas que les he hecho han sido tan justas que muchos demócratas se han enfadado conmigo».
El mandatario apuntó las tres vías de salida del atolladero en el que ayer se encontraba sumido Washington y que pasan por un acuerdo entre los dos partidos, una votación de la propuesta demócrata en el Senado y una tercera –por si las dos primeras fracasan– que consistiría en reabrir las negociaciones a partir del 4 de enero, cuando se renuevan el Senado y la Cámara de Representantes como consecuencia del resultado electoral del pasado 6 de noviembre.
No sólo Obama es «moderadamente optimista» ante un posible pacto que impida el descalabro económico del país. El senador republicano Lindsey Graham tildó ayer de «extraordinariamente buenas» las perspectivas sobre un acuerdo y no dudó en otorgar al inquilino de la Casa Blanca la «victoria» en esta batalla que está dañando la credibilidad del país. «Este acuerdo no afectará a la situación de la deuda, será una victoria política para Obama. Me quito el sombrero», admitió Graham. El senador demócrata Charles Schumer abundó en este sentido al admitir que probabilidades de un compromiso son «un poco mejores» que los días previos.
La respuesta al ataque de Obama vino de John Boehner, jefe de los republicanos en la Cámara de Representantes: «Los estadounidenses eligieron al presidente para que lidere, no para que eche culpas. Los comentarios de hoy del presidente son irónicos, ya que un tema recurrente en nuestras negociaciones es su falta de voluntad de aceptar cualquier cosa que le exija enfrentarse a su propio partido».
Prohibir las armas de asalto
Barack Obama insistió ayer en la necesidad de cambiar en 2013 la ley para prohibir las armas de asalto con el fin de reducir la violencia en Estados Unidos. En este sentido, el presidente dijo en una entrevista en la NBC que presentará una propuesta específica en base a las recomendaciones que está elaborando el grupo de trabajo liderado por el vicepresidente Joe Biden. Asimismo, se mostró pesimista ante la idea expresada por la Asociación Nacional del Rifle de que los colegios de todo el país contraten a guardas armados tras la matanza de 27 personas en Newtown.
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