¿Un vínculo obsoleto?

Frente a las dudas sobre el futuro de la OTAN, los socios abordan la lucha contra el terror y otras misiones.

Washington era testigo esta semana de la expectación creada entorno a la futura continuidad de la OTAN como alianza militar y las fuertes presiones sometidas por Estados Unidos durante meses para aumentar la inversión en defensa y alcanzar un reparto económico más comprometido por parte de sus 29 países miembros. Dicho y hecho. Donald Trump parece, una vez más, haberse salido con la suya. Al margen del famoso 2%, los principales temas que se trataron en la histórica cumbre de la Alianza Atlántica fueron los siguientes.

Retirada de Afganistán

La OTAN comenzó su misión en Afganistán en 2003 con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU y ha llegado a desplegar en el país 130.000 soldados de 50 países, entre miembros de la Alianza y de otras naciones. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya ha dejado claro que los aliados tomarán cualquier decisión sobre la reducción de las fuerzas militares en Afganistán «juntos», algo que dependerá del avance en las conversaciones de paz entre Estados Unidos y los talibán.

Lucha contra el terrorismo

Los aliados también abordarán la lucha contra el terrorismo y las operaciones de entrenamiento de la OTAN en Irak. Jens Stoltenberg puso en valor el entrenamiento de las fuerzas iraquíes por parte de la Alianza Atlántica para «ayudar a garantizar que el Estado Islámico no pueda volver nunca» a la región.

La amenaza china

Los aliados también tienen en el horizonte el auge de China y las posibles implicaciones de seguridad que tendría la participación de empresas chinas como la tecnológica Huawei en la infraestructura de las redes móviles 5G en Europa, algo que preocupa especialmente a Estados Unidos, que ha llegado a amenazar a Alemania con reducir su cooperación en Inteligencia. De hecho, la embajadora estadounidense ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, subrayó el lunes la preocupación de Washington por la obligación de Huawei de «compartir información» con los servicios de Inteligencia chinos y ha insistido en la necesidad garantizar la seguridad de las comunicaciones gubernamentales y militares.