Política

Adiós a Mandela

Una figura deseada por el cine

El negocio de una biografía excepcional

El cine ya rindió homenajes a Mandela a lo largo de su vida. Los título más recientes, una película con temática deportiva, «Invictus», y la premiada «Grita Libertad»
El cine ya rindió homenajes a Mandela a lo largo de su vida. Los título más recientes, una película con temática deportiva, «Invictus», y la premiada «Grita Libertad»larazon

Resulta difícil encontrar figuras de la altura moral y política del Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela. Gandhi, sin duda, si olvidamos algunos borrones en su biografía que han acabado por empañar su figura pacifista, casi lindante con la santidad. Una santidad que solamente es reconocible en Teresa de Calcuta, cuya imagen de bondad y desprendimiento sí podría parangonarse con la del bondadoso Mandela de la reconciliación en Suráfrica.

Es improbable que su descomunal figura pública pueda agrandarse más tras su muerte, porque, en vida, gozó de todos los plácemes y simpatías, sin distinción de credo o nacionalidad. Su encarcelamiento durante 27 años y su paciente empeño desde la cárcel de Robben Island, apelando a la paz y la concordia entre surafricanos, lo convirtieron en un personaje admirado y muy querido, que parecía contagiar a cuantos lo visitaban su misma aura. El mayor mérito de Mandela fue conseguir la reconciliación étnica entre «afrikáners» y negros y procurar la educación y la igualdad para ambas razas.

Su figura ha sido recurrente motivo en el cine. Está todavía pendiente de estreno el filme «Mandela. Long Walk to Freedom» (2013), basado en su autobiografía publicada en 1995. En ella narra su vida, desde su adolescencia en Thembu, como miembro de la realeza thembu, a sus estudios de Derecho en la Universidad de Fort Hare. La segunda parte se centra en su compromiso político y su lucha con tácticas de guerrillas contra el «apartheid». En 1961 es acusado de sabotaje y condenado de por vida en la prisión de Robben Island y, posteriormente, en Pollsmoor, donde acabó de cumplir la pena de 27 años vividos bajo un régimen de crueldad de los guardias «afrikáner». Está dirigida por Justin Chadwick, creador de la serie televisiva «Gente de barrio», y a Mandela lo interpreta Idris Elba.

«Adiós Bafana» (2007), interpretada por Dennis Haysbert, se basa en la autobiografía del carcelero James Gregory: «Goodbye Bafana: Nelson Mandela, My Prisoner, My Friend», en la que cuenta su relación amistosa con Mandela quien fue durante años el censor de la correspondencia del líder surafricano en prisión. La dirigió Bille August y está interpretada por Joseph Fiennes como el carcelero y Dennis Haysbert como Mandela.

«Bopha»(1986) es una obra teatral que llevó a la televisión Percy Mtwa, narrada por el actor Sidney Poitier. En 1993, Morgan Freeman hizo su debut con la adaptación de esta misma pieza para el cine con Danny Clover y Malcolm McDowell y producida por Lori McCreary, futura productora de «Invictus». Fue por entonces cuando se le preguntó a Nelson Mandela qué actor le gustaría que lo interpretara y éste respondió que Morgan Freeman.

Danny Clover ya había interpretado a Nelson Mandela en el «telemovie» «Mandela» (1987) y Sidney Poitier, en «Mandela and De Klerk» (1997), en un mano a mano con Michael Caine en el papel del presidente F. W. De Klerk, quien en 1990 puso fin a la segregación racial exigiendo la excarcelación de Nelson Mandela, tras 27 años en la prisión y la legalización de Congreso Nacional Africano, que llevaría a Mandela a la presidencia cuatro años después.

Son todos ellos «biopics» más bien complacientes con la visión tópica de líder que consiguió la proeza de restaurar una auténtica democracia en aquel régimen de «apartheid». Hasta que Clint Eastwood rodó «Invictus» (2009), con el grandísimo y oscarizado actor Morgan Freeman encarnando de forma magistral a Nelson Mandela, ningún otro filme había reflejado con rigor la figura del dignatario. Morgan Freeman era una opción doblemente pertinente: por su parecido físico –ambos tenían una edad similar cuando se rodó el filme- y la capacidad del actor para representar vigorosamente la forma de hablar, de moverse e imponer de forma cautivadora su táctica política para lograr la reconciliación de todos los surafricanos después de treinta años de racismo.

La estratagema que Mandela propone al capitán del equipo de rugby François Pienaar es convertir el equipo nacional de rugby «Springboks», símbolo de la represión «afrikáner», en el orgullo de la nación, todavía dividida y conquistar la Copa Mundial de rugby. La historia está basada en un hecho real y parte del libro de John Carlin «Playing the enemy», que obtuvo un reconocido éxito y fue nominada a dos Oscar de Hollywood.