Política

Matanza en Newtown

Una niña sobrevive al fingir que estaba muerta

La Razón
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Adam Lanza abrió fuego contra una clase entera de primero. Ni la directora, ni la psicóloga ni las profesoras pudieron evitar que Lanza, de 20 años, acribillara a balazos a los niños. Su rifle de asalto, de calibre 223, fue la herramienta con la que disparó entre tres y once balas a cada cuerpo inocente. En pleno tiroteo, una pequeña logró salvar su vida. Es la única de la clase que ha sobrevivido. Sus 15 compañeros han fallecido. Así se lo dijo al correr hacia su madre: «Mami, estoy bien, pero todos mis amigos están muertos». Ayer, su madre pidió consejo a Jim Solomon, pastor de Newtown (Connecticut), pues en sus palabras sentía la «culpabilidad del superviviente». Su hija, al ver a «un hombre enfadado que ella sintió que estaba muy cabreado» actuó como si estuviera ya fallecida. Parece que Lanza no la vio entre los cuerpos de sus compañeros. En cuanto el asesino salió de la clase, la pequeña –de la que el pastor no ha facilitado su nombre por respeto a la familia– echó a correr y fue la primera en salir de la escuela Sandy Hook. Bañada en sangre «de pies a cabeza», se abrazó con su madre. Para Solomon, el acto de valentía de la niña no se puede explicar «sin intervención divina», pues la menor tiene «una sabiduría más allá de su edad». El pastor reconoció que la familia estaba «todo lo bien que se puede esperar» después de una tragedia como ésta al tener a su hija en casa, aunque muchos de sus amigos han perdido a sus pequeños. Además, aunque se haya salvado, a la niña le quedarán duras secuelas.

Los padres han puesto un cartel en casa para que nadie llame al timbre, pues ahora tiene miedo de que pueda ser «el hombre malo» que intenta venir a por ella. Otros niños que se escondieron en el baño del colegio ahora ven con temor la hora de ir al servicio y ya no quieren ir solos.