Terremoto

Una presentadora de la CBS se refugia del terremoto metiéndose debajo de la mesa

“Este es un terremoto muy fuerte. Creo que deberíamos ponernos debajo de la mesa”, decía Donchey mientras su compañero en plató Juan Fernández decidió parar el informativo y anunció que volverían después de la pausa publicitaria

Informativo de las 9 de la CBS en Los Ángeles, cuando un terremoto irrumpe en pleno directo
Informativo de las 9 de la CBS en Los Ángeles, cuando un terremoto irrumpe en pleno directolarazon

“Este es un terremoto muy fuerte. Creo que deberíamos ponernos debajo de la mesa”, decía Donchey mientras su compañero en plató Juan Fernández decidió parar el informativo y anunció que volverían después de la pausa publicitaria

Un terremoto de magnitud 7,1 en la escala Richter fue registrado en el día de ayer en el sur del estado norteamericano de California, según ha informado el Centro Sismológico Euromediterráneo (EMSC). El epicentro del seísmo se ha localizado a 40 kilómetros de profundidad, a unos 218 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles y a 163 de Bakersfield, según el EMSC. El terremoto se produce después de que este pasado jueves se registrara otro seísmo de magnitud 6,4 en la misma zona y que se sintió desde Las Vegas hasta Long Beach.

El seísmo se hizo notar en muchas partes del estado, entre ellas en los estudios de la CBS en Los Ángeles. Mientras Juan Fernández y Sara Donchey se encontraban en directo, emitiendo el informativo de las 9, se produjo un terremoto de magnitud 7,1 en la escala Richter. La reacción de la presentadora fue refugiarse debajo de la mesa, sensiblemente asustada, como medida de seguridad por si algún objeto caía sobre sus cabezas.

“Este es un terremoto muy fuerte. Creo que deberíamos ponernos debajo de la mesa”, decía Donchey mientras se podía observar como temblaba todo el estudio. Fernández, también asustado por el temblor, decidió parar el informativo y anunció que volverían después de la pausa publicitaria. La reacción de los dos presentadores de la CBS de Los Ángeles ha sido muy distinta a la de los jugadores y aficionados de un partido de béisbol en Estados Unidos, quienes continuaron jugando a pesar del seísmo.