Terrorismo yihadista
Uzbekistán, el nido yihadista de Asia central
Desde su independencia en 1991, Uzbekistán sufre el azote Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIO), que nació en el valle de Ferghana, un territorio de unos 12 millones de habitantes en el este del país, pero que también engloba parte de Kirguistán y de Tayikistán
Desde su independencia en 1991, Uzbekistán sufre el azote Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIO), que nació en el valle de Ferghana, un territorio de unos 12 millones de habitantes en el este del país, pero que también engloba parte de Kirguistán y de Tayikistán.
Uzbekistán, de donde sería oriundo el autor del atentado del martes en Nueva York, vive desde los años 90 un auge del islamismo radical que ha llevado a varios uzbekos a estar implicados en atentados terroristas en todo el mundo. Esta ex república soviética, laica y de mayoría musulmana, estuvo dirigida con mano de hierro por Islam Karimov desde 1989 hasta su muerte en 2016. El actual presidente, Chavkat Mirzioiev, tomó las riendas del país prometiendo romper con el autoritarismo de su predecesor.
Desde su independencia en 1991, Uzbekistán sufre el azote Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIO), que nació en el valle de Ferghana, un territorio de unos 12 millones de habitantes en el este del país, pero que también engloba parte de Kirguistán y de Tayikistán. Entre 1992 y 1997, el MIO fue responsable de varios asesinatos en esta zona. La organización intentó declarar la ley islámica en este territorio y en el año 2000 incluso lanzó una ofensiva contra el sur del país.
El movimiento, duramente reprimido por Karimov, se unió primero a los talibanes y en 2015 juró lealtad a los yihadistas del Estado Islámico. Varios de sus líderes ocuparon además puestos de responsabilidad en Al Qaeda. El MIO también participó en junio del 2014 en el ataque contra el aeropuerto paquistaní de Karachi en el que murieron 37 personas.
Los islamistas uzbekos se han dado a conocer en el extranjero. Igual que los demás países de Asia central, la falta de perspectivas han llevado a miles de jóvenes al exilio, principalmente en Rusia. Algunos de ellos se han unido a grupos radicales. Según los Servicios de Seguridad rusos, entre 2.000 y 4.000 ciudadanos de Asia Central forman parte de organizaciones yihadistas en Irak y Siria. Y los uzbekos son el principal contingente dentro de este grupo. Aunque Uzbekistán nunca ha dado cifras, los expertos evalúan entre 500 y 1.500 los yihadistas uzbekos. Fue el caso de Akbarjon Djalilov, autor del atentado en el metro de San Petersburgo que dejó 14 muertos en abril. Pocos días antes, otro uzbeko fue detenido en Suecia tras lanzar un camión contra los peatones en el centro de Estocolmo.
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