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Un ex militar mata a 26 personas en una iglesia de Texas

El atacante irrumpe en medio de la liturgia y abre fuego contra los 50 feligreses, entre ellos niños. Los testigos aseguran que oyeron más de 20 disparos y cómo cargó el arma en varias ocasiones

Coches de policía en la zona del tiroteo
Coches de policía en la zona del tiroteolarazon

El atacante, un ex militar, irrumpió en medio de la liturgia y abre fuego contra los 50 feligreses, entre ellos niños. Los testigos aseguran que oyeron más de 20 disparos y cómo cargó el arma en varias ocasiones.

Cuando EE UU aún no se había recuperado del ataque terrorista que mató a ocho personas en Nueva York, se produjo ayer otro trágico episodio con múltiples víctimas mortales en el sur del país. 26 personas fallecieron y decenas resultaron heridas en un tiroteo en una iglesia baptista en Sutherland Springs (Texas). El portavoz del Departamento de Seguridad Pública del estado, Freeman Martin, ha indicado que las víctimas mortales tienen entre cinco y 72 años, según ha recogido la cadena de televisión CNN.

Fuentes oficiales citadas por el diario ‘The New York Times’ han identificado al atacante como Davin P. Kelley, de 26 años, quien ha sido hallado muerto en el interior de su vehículo. Por el momento se desconoce si fue tiroteado o si se suicidó. Martin ha agregado que el atacante entró en la iglesia y abrió fuego contra los presentes y que uno de ellos disparó contra él cuando se dio la vuelta para abandonar el edificio. Tras ello, el atacante tiró su arma y salió corriendo, llegando a su vehículo, con el que se estrelló poco después.

Tras el suceso, el gobernador de Texas ha descrito lo ocurrido como el peor incidente de este tipo en la historia del estado.

La portavoz de las Fuerzas Aéreas Ann Stefanek ha afirmado que Kelley fue miembro de un equipo logístico en la base aérea de Holloman, en Nuevo México, desde 2010 hasta que fue licenciado en 2014, agregando que compareció ante un tribunal militar en 2012 tras ser acusado de agredir a su esposa y su hijo.

Stefanek ha indicado que Kelley fue imputado por dos cargos de agresión según el Código de Uniforme de la Justicia Militar y condenado a doce meses de reclusión, así como degradado en su cargo.

En cualquier caso, la Policía descartó hoy que la matanza se debiera a motivos raciales, religiosos o terroristas y atribuyó la acción del tirador a causas personales.

"No contemplamos que la acción de ayer se deba a motivos raciales o religiosos; sí podemos decirles que había una serie de problemas domésticos en su familia", afirmó el portavoz del departamento de Seguridad Pública del estado, Freeman Martin, durante una rueda de prensa celebrada en la localidad donde tuvieron lugar los hechos.

Martin confirmó que la madrastra de Kelley era feligresa de la Primera Iglesia Baptista, congregación contra la que el sospechoso habría proferido una serie de amenazas por motivos que el funcionario dijo no poder detallar aún.

Las autoridades también confirmaron que todo apunta a que Kelley acabó suicidándose y añadieron que diez personas, de la veintena de heridos del tiroteo, siguen en estado grave o muy crítico. Los otros diez o se encuentran estables o ya han recibido el alta.

Respecto a las víctimas mortales, explicó Martin, la muerte de una de esas personas se produjo en el hospital, dos murieron fuera de la iglesia y 23 dentro del templo, donde asistían a la misa del domingo.

Una de las víctimas que estaba en el interior de la iglesia era Annabelle Pomeroy, de 14 años e hija del pastor de la congregación, Frank Pomeroy, quien ayer no estuvo en el servicio religioso por encontrarse de viaje junto con su mujer, Sherri Pomeroy, en el estado de Oklahoma.

"Por grande que haya sido la tragedia para nuestra familia, no queremos hacer sombra a las otras vidas perdidas ayer. Ayer perdimos más que a Belle, y una cosa que me da una pizca de consuelo es saber que Belle se encontraba rodeada por la familia de su iglesia", declaró Sherri. EFE

Varios testigos fueron entrevistados por la CNN al poco de producirse el tiroteo en el templo baptista. Una cajera de una gasolinera cercana relató que escuchó unos 20 disparos en rápidas ráfagas. La mujer confirmó que los feligreses estaban en plena misa, pues tuvo lugar sobre las 11:30 y la iglesia suele dar misas los domingos a las once. «Hemos ingresado a múltiples personas del tiroteo», indicó a Fox News Megan Posey, portavoz del Centro Médico Connally Memorial en Floresville, a unos 20 kilómetros del lugar de los hechos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, tuiteó poco después del tiroteo: «Nuestras oraciones están con todos aquellos que han resultado heridos en este acto atroz. Damos las gracias a las Fuerzas de Seguridad por su rápida respuesta. Se ofrecerán más detalles pronto».

Max Massey, periodista local en KSATnews para San Antonio, a 48 kilómetros de Sutherland Springs, informó de que los vecinos escucharon cómo recargaba varias veces su arma y que normalmente unas 50 personas asisten a misa a esa hora los domingos. Massey entrevistó a varios familiares que, entre lágrimas, se acercaban a la iglesia baptista para saber si sus parientes estaban sanos y salvos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de gira por Asia, también tuiteó ayer: «Que Dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las Fuerzas de Seguridad están en la escena. Estoy vigilando la situación desde Japón». La ahijada de Amanda Mosel, de 13 años, fue asesinada en el tiroteo. La joven de 34 años contó a «My San Antonio» que, «por lo que he escuchado, simplemente alguien entró y comenzó a disparar», dijo entre sollozos al periódico local. Normalmente suele ir a misa los domingos, «tristemente» ayer no acudió.

Carrie Matula dijo desde la gasolinera a la cadena Msnbc que escuchó el fuego disparado por una «semi automática» sobre las 11:30. «Eran tiros muy rápidos. Como boom, boom, boom», explicó Matula. En la pequeña localidad de Sutherland Springs viven alrededor de 400 personas. Por lo que la mayoría de los vecinos conocía a las víctimas de este nuevo tiroteo en EE UU y no entendía cómo la sinrazón había penetrado de esa forma tan violenta en la tranquila población. Poco después de que se diese alerta de lo ocurrido, agentes del FBI y policía local se desplazaron a la iglesia para investigar lo ocurrido. El policía del condado de Wilson (Texas), al que pertenece este pueblo, confirmó que «hay niños también entre las víctimas fallecidas».

Ocho de los heridos ingresaron en el Centro Médico Brooke Army y otros siete en otros hospitales de la zona. Un joven, a la salida del hospital con la cabeza y el brazo derecho vendado, dijo, a «MYSA» que su padre murió en el tiroteo. Su madre continuaba en otro hospital distinto, no quiso hablar más con el periodista, pero expresó que espera salir adelante con la ayuda de Dios. El propio pastor de la Primera Iglesia Baptista, Frank Pomeroy, relató a la cadena de Houston ABC13 que su hija de 14 años y todos los amigos más cercanos de la familia murieron.

El congresista de Texas Vicente González señaló a la cadena Msnbc que el tirador no era de la zona, era «de fuera de la comunidad». El congresista añadió que no creía que se tratara de un atentado terrorista, sino que «tiene relación con otro tipo de incidente, más relacionado con la iglesia o la comunidad». De hecho, González describió a Sutherland Springs como una comunidad rural y conservadora, «la mayoría granjeros y rancheros, gente que trabaja en el petróleo», es decir, un lugar «muy tranquilo».

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se encuentra de viaje en Japón, aseguró hoy que sigue desde allí la situación en la localidad de Sutherland Springs.

"Que Dios esté con el pueblo de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las agencias de la ley (seguridad) están sobre el terreno. Estoy siguiendo la situación desde Japón", escribe Trump en su cuenta oficial de la red social Twitter desde Tokio.