Política

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Venezuela: Torturas en el piso 10 del Sebin

La muerte en extrañas circunstancias del concejal de Primero Justicia en las instalaciones de la policia política venezolana eleva la tensión en el país. El régimen se contradice en la versión de los hechos y la ONU exige investigar el fallecimiento

Miembros del partido de Fernando Albán se abrazan ayer a las puertas de la sede del Sebin en Caracas
Miembros del partido de Fernando Albán se abrazan ayer a las puertas de la sede del Sebin en Caracaslarazon

La muerte en extrañas circunstancias del concejal de Primero Justicia en las instalaciones de la policia política venezolana eleva la tensión en el país. El régimen se contradice en la versión de los hechos y la ONU exige investigar el fallecimiento.

Lo poco que se sabe de las instalaciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la policía política del régimen de Nicolás Maduro, viene por relatos de quienes han estado presos en sus entrañas. En el piso 10 queda la dirección general del organismo. Allí subieron a Fernando Albán, un concejal opositor del partido Primero Justicia, el lunes por la mañana. Poco después murió.

El anunció lo dio el fiscal general, Tarek William Saab, al afirmar que se suicidó. «Se lanzó al vacío», dijo en declaración a la Prensa. Albán habría pedido permiso para ir al baño, y luego habría saltado por la ventana. Esa versión contradice la del ministro del Interior, Néstor Reverol, quien afirmó que el opositor estaba en una sala de espera con ventanas. Ibeyise Pacheco, investigadora del sector militar, afirma que el piso 10 del Sebin es un área administrativa. «Entrando por las escaleras a la derecha hay un único baño muy pequeño adonde los funcionarios van con el preso. El cubículo con inodoro no tiene ventana. Del lado izquierdo del pasillo hay oficinas. Una de ellas de (Gustavo) González López», el director del Sebin.

Julio Borges, diputado en el exilio y cabeza de Primero Justicia, agrega que en el lugar también queda el despacho del almirante Aldo Gregorio Lostracco Lucena, director de Inteligencia del Sebin. Dice que a esa oficina llevaron a Albán antes de su muerte.

Otras voces afirman que Albán murió a manos de funcionarios y se busca encubrir su homicidio. Es la tesis que suscribe el concejal Jesús Armas, su compañero de bancada en el cabildo municipal de Caracas. El analista Jesús Seguías, en un breve informe, se preguntó si quizá producto de una paliza le fracturaron una costilla que le perforó el corazón. «Obvio, un suicidio con una soga en el cuello no eliminaría las evidencias de la tortura. Solo una caída con alto impacto corporal podía camuflar los signos de la flagelación y la crueldad». El acta de la autopsia, realizada en la Morgue de Bello Monte de Caracas, sede de Medicatura y Ciencia Forense, determina que el deceso ocurrió por «politraumatismo craneoencefálico severo», «traumatismo tocaroabdominal cerrado» y «shock hipovolémico» por una «caída de altura».

Cuando Albán murió, su abogado Joel García lo esperaba en los tribunales para su audiencia. Ahora desestima la versión oficial. «El fiscal da una versión a priori, sin investigar». El defensor ha atendido a otros presos políticos y reafirma que «en el baño del piso 10 no hay ventanas, pero sí en una sala donde yo dudo mucho que cualquier preso pueda pararse, abrir una ventana y demás, sin que nadie se percate o lo impida. Nadie deja solo a un preso». Por eso, exigen al Sebin mostrar las grabaciones de las cámaras de seguridad.

Albán llegó a Venezuela desde Nueva York el viernes 5 de octubre. Fue apresado en el mismo aeropuerto e incomunicado hasta el día siguiente. Fue acusado de haber participado en el «atentado» contra Nicolás Maduro del pasado 4 de agosto. El domingo, su abogado pudo verlo y hablar con él. «Él estaba sereno, tranquilo. Era profundamente católico. Ese día nos dijo que lo tenían en el piso 10, el lugar donde otros presos políticos han testimoniado torturas y tratos crueles». Joel García relata que «también nos comentó que no lo habían tocado, pero sí lo habían presionado para que grabara un vídeo implicando a Julio Borges en un magnicidio. Agregó que si estar preso contribuye a la libertad de Venezuela prefería quedarse ahí. Dudo que alguien que diga eso se suicide al día siguiente».

La organización de derechos humanos Provea considera que la muerte de Albán es producto de «terrorismo de Estado» y recuerda «el asesinato por torturas de Fabricio Ojeda en 1966 y Jorge Rodríguez en 1976. Ambos casos fueron presentados como suicidios y posteriormente se demostró que fallecieron a consecuencia de torturas». Rodríguez es el padre de la vicepresidenta y del ministro de Información venezolanos. El cadáver de Albán fue velado en la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. Luego sería enterrado por orden de su familia, que se negó a la cremación, como les fue sugerido por las autoridades.

Al cierre de esta edición, Maduro aún no se pronunciaba. Pero sí el senador norteamericano Bob Corker, de visita en Caracas. El republicano escribió en Twitter: «Esto es inquietante». La ONU pidió ayer abrir una investigación imparcial desde el Consejo de Derechos Humanos para cumplir con el compromiso adquirido en septiembre de esclarecer los abusos en Venezuela.