Londres

El laboratorio de una nueva educación

La nueva ley incluye medidas probadas con éxito en la capital, como la formación dual o el rango de «autoridad pública» de los profesores

Bilingüismo en las aulas: En 318 colegios y en 90 institutos ya se habla inglés
Bilingüismo en las aulas: En 318 colegios y en 90 institutos ya se habla ingléslarazon

La nueva ley incluye medidas probadas con éxito en la capital, como la formación dual o el rango de «autoridad pública» de los profesores

Lo acaba de reconocer el informe PISA: si Madrid fuera un país, estaría en el «top ten» de los mejores en rendimiento educativo. Dentro de España, sus estudiantes de 15 años también han demostrado ir un paso por delante. Son los mejores en Lectura, los segundos en Ciencias y los cuartos en Matemáticas. Unos buenos resultados que han llevado al equipo del ministro Wert a incorporar a la Lomce algunas de las iniciativas estrella del modelo madrileño.

Cuando hace poco más de un año Esperanza Aguirre presentó por sorpresa su dimisión, aseguró que si tuviera que elegir una sola de las medidas aprobadas de sus nueve años como presidenta regional se quedaría sin dudarlo con la entrada del bilingüismo en las aulas. En el curso 2004-2005 arrancó este programa en 26 colegios públicos de Infantil y Primaria. El reto planteado desde el Ejecutivo autonómico no era sencillo: debían impartir entre el 30 y el 50% de las materias en inglés, cualquiera que no fuera Lengua y Matemáticas y siendo obligatorio incluir en ese porcentaje Conocimiento del Medio. Ha pasado una década desde entonces y ya hay 318 colegios y 90 institutos bilingües, convirtiéndose éstos en la opción preferida por los padres. La contratación de profesores nativos, la inclusión de auxiliares de conversación en las clases y las evaluaciones externas a las que se someten los alumnos por parte del Trinity College de Londres y la Universidad de Cambridge han permitido el perfeccionamiento del modelo con el paso de los años.

La implantación de la Formación Profesional Dual también ha tenido en Madrid su particular campo de pruebas. Aunque el origen real de estos estudios hay que buscarlo en Alemania, en estados como el de Hesse con el que Madrid ha suscrito un convenio de intercambio para la movilidad de jóvenes especialistas entre ambas regiones. Su espíritu es adecuar los ciclos de FP a las necesidades reales del mercado laboral. Sus alumnos combinan desde el primer curso la formación con el trabajo en una empresa, de la que perciben además una beca salario de alrededor de 300 euros. Tras sólo dos años de rodaje, la FP Dual es cursada por más de mil alumnos, en 17 ciclos formativos, nueve centros públicos y con la colaboración de 180 empresas.

También fue pionera la Comunidad de Madrid en otorgar rango de «autoridad pública» a los profesores. Lo hizo en 2010 a través de una ley que establece que el maestro deberá gozar del «respeto y consideración por parte de los alumnos, los padres y los demás profesores», de una «protección jurídica adecuada a sus funciones docentes» así como de la «potestad para tomar decisiones rápidas, proporcionadas y eficaces». Desde niños, los estudiantes madrileños están obligados por ley a, por ejemplo, reparar los daños que causen, de forma intencionada o por negligencia, a las instalaciones, los materiales del centro y las pertenencias de otros miembros de la comunidad educativa, o a hacerse cargo del coste económico de su reparación.

También de fuera de nuestras fronteras tomó prestado el departamento dirigido por la consejera Lucía Figar el compromiso de profundizar en la autonomía de los centros escolares a la hora de decidir los contenidos. Si cinco de los estados con un mayor reconocimiento internacional en materia educativa –Finlandia, Japón, Canadá, Nueva Zelanda y Corea del Sur– presumen de que el 88% de sus alumnos asisten a centros en los que los profesores fijan los contenidos, la idea no podía salir mal. Y en ello trabaja Madrid. Actualmente, las comunidades pueden decidir sobre el 35% de las materias de los planes de estudio, porcentaje que Madrid ha aprovechado para que, desde el curso pasado, se hayan autorizado cerca de 200 proyectos propios en Primaria y Secundaria. Se trata, en su mayoría, de apuestas educativas que buscan reforzar áreas como las matemáticas o las lenguas extranjeras, pero también orientadas al fomento de la especialización deportiva, científica y musical.

El pasado mes de septiembre, el Ejecutivo madrileño pudo por fin poner en marcha uno de sus proyectos más deseados, también incluido en la redacción de la Lomce: la libertad total de las familias para la elección de centro escolar. Se puso de esta forma en marcha la zona única en la región con un balance más que satisfactorio, ya que el 92% de los padres pudo matricular a sus hijos en el centro educativo que querían.