Cuidado facial
6 errores que cometemos con nuestra piel en verano y no lo sabemos
Todos los consejos más sabios para tener una dermis radiante y jugosa de la mano de una experta en dermatología
Aunque oficialmente este sábado se inaugurará el verano, desde hace semanas sentimos que ya nos hemos adentrado en él. Además del calor repentino, nos encanta disfrutar del buen tiempo con una charla de amigas en una terraza, conseguir el bronceado más natural o hacer senderismo como cita favorita de fin de semana. Pero, este ajetreo de planes conlleva a que la piel se ponga en riesgo a través de los rayos del sol. Por ello, cuando cambiamos de estación, es de vital importancia acompañarla con una rutina facial adecuada.
Si pensabas seguir con los mismos productos de belleza de hace meses, sentimos decirte que estarías cometiendo un grave error. Además de sufrir la exposición directa al sol, también padecemos las consecuencias del cloro de la piscina, la sal de las playas o el mismísimo sudor del día a día. Porque spoiler: ante esta problemática que perjudica a la dermis, debemos poner remedio que va mucho más allá de utilizar protectores solares.
Errores que cometemos en nuestra piel en verano
Como editoras de belleza, hemos observado a lo largo de los últimos años varios errores en el cuidado de la piel en verano y que solemos cometer sin darnos cuenta o directamente no teniendo la información correcta. Entre ellas, encontramos no reaplicar los fotoprotectores entre dos o cuatro horas, no hidratar adecuadamente la piel o exfoliar de manera abusiva con la intención de ponernos más morenos. Pues bien, hemos recurrido a los consejos de la dermatóloga Elena Martínez Lorenzo con el objetivo de saber qué estamos haciendo mal y cómo poner solución.
1. No reaplicar el protector solar
Tenemos la falsa idea de que con solamente utilizar una vez los protectores solares basta. Pero, no, puesto que se recomienda reaplicarlos entre dos o cuatro horas y, sobre todo, si estamos expuestos directamente al sol, como podría ser en la playa, o tras nadar, sudar o secarse con la toalla. También, debemos hacer énfasis cuando salimos de casa en nuestro día a día. Y es que tenemos diferentes formatos de utilizarlos incluso sobre el maquillaje en cualquier momento y en cualquier lugar. "Tiene como consecuencia una falsa sensación de protección y así quemaduras, manchas, fotoenvejecimiento y riesgo de cáncer de piel", comenta la experta.
2. Usar productos agresivos sin protección adecuada
Este tipo de productos podrían ser retinoides o ácidos. Bien es cierto que se pueden seguir utilizando exfoliantes químicos potentes, pero debemos adaptar la rutina al sol, ya que pueden producir fotosensibilidad, irritación o aparición de manchas, como bien comenta Martínez Lorenzo.
3. Cambiar a cremas muy densas sin necesidad
"Se tiende a hacer recurso de texturas muy oclusivas que la piel no necesita en climas cálidos y húmedos. Se tiene la falsa creencia de que la piel en verano se seca, por lo que tendemos a usar cremas más untuosas y no es así", declara la dermatóloga. Lo cierto que las este tipo de texturas pueden ocasionar poros obstruidos, más grasa o aparición de acné. Como consejo para evitarlo, podemos utilizar otras fórmulas más ligeras, como tipo gel o emulsión, así como revisar los ingredientes comedogénicos.
4. Ducharse con agua muy caliente varias veces al día
El hecho de limpiarnos el rostro con agua caliente podría deshidratarla o eliminar los aceites naturales, así como aumentar la sensibilidad o irritación. E, incluso acelera el envejecimiento prematuro. Por ello, es mejor hacer duchas cortas (entre 5 o 10 minutos máximo) con agua templada y evitando esponjas o exfoliantes agresivos. En el caso de la rutina facial, opta por limpiadores suaves.
5. Descuidar zonas olvidadas
Esta es una lección que debemos tener en cuenta durante los 365 días del año, pero todavía más durante las épocas con más exposición al sol. "Protege también tus orejas, piernas o dorso de manos e hidrata los pies, puesto que con las sandalias los pies se secan mucho", comenta Elena Martínez.
6. No hidratarse correctamente por dentro y por fuera
Sobre todo, debemos beber mucha agua en verano para tener una piel jugosa y radiante. Durante estos meses perdemos más agua de lo habitual a causa del calor o sudor y, aunque utilicemos los mejores productos de belleza en cremas o sérums, hidratarse por dentro nos ayudará a tener una dermis más firme y elástica, así como a favorecer la barrera cutánea.
Como en cada etapa de nuestra vida, no es lo mismo cómo nos cuidamos la piel a los 25 años que a los 50. Exactamente ocurre lo mismo con las estaciones del año, puesto que en verano debemos hacer mucho más hincapié, así como ser más constante, junto con buenos hábitos y una exquisita selección de las fórmulas.