Nueva York
Valentino, el rey de la pasarela Falciani
Si las cuentas de los bancos tuvieran un color, la «3326 CR» del HSBC suizo estaría pintada de rojo. De «rosso valentino». Entre los nombres que han salido a la luz por tener cuentas en este instituto bancario gracias a la «lista Falciani», desvelada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, se encuentra el del célebre estilista italiano. La revista «L’Espresso», encargada de gestionar esta información en Italia, asegura que durante el período 2006-2007 Valentino Garavani contaba con 108,3 millones de dólares (95,4 millones de euros) en el HSBC. El modisto es uno de los cerca de 7.500 italianos que habían confiado parte de su dinero a este banco suizo en 2007, donde tenían depositado alrededor 6.500 millones de euros. Otros clientes célebres del país transalpino son el piloto de Moto GP Valentino Rossi, el empresario Flavio Briatore, el estilista Roberto Cavalli y dos divas tan reconocidas como la cantante Ornella Vanoni y la actriz Stefania Sandrelli.
Reparto de fondos
Los clientes del HSBC se han apresurado a recordar que tener una cuenta en un banco suizo no es ningún crimen. Sólo habrían cometido un delito si no hubieran declarado a las autoridades financieras ese dinero. Aunque no está claro aún el origen de los fondos que tanto Valentino como los otros nombres de la «lista Falciani» tenían en el HSBC, los medios italianos consideran que al menos un parte habría acabado allí para escapar del fisco. Celoso defensor de su intimidad, Valentino ha mantenido su vida privada alejada de los focos que tantas veces ha seducido con sus creaciones de moda. Como desveló el documental «Valentino: el último emperador», dirigido por Matt Tyrnauer y estrenado en 2008, su compañero en la vida y en los negocios ha sido siempre Giancarlo Giammetti, hoy presidente de honor de Valentino Fashion Group. Buena parte del éxito del modisto se lo debe a Giammetti, quien se encargaba de toda la parte que no tenía que ver con la creación artística. Durante 40 años ha llevado las riendas de la empresa, hoy en manos del grupo de inversiones qatarí Mayhoola, controlada por la hija del emir del país árabe. En un artículo publicado en 2004 en «Vanity Fair», el estilista confesaba: «Giancarlo y yo nos entendemos el uno y el otro, pero su carácter es opuesto al mío. Sólo hay tres cosas que yo sé hacer: diseñar un traje, decorar una casa y recibir invitados». Valentino y Giammeti están unidos por la amistad y los negocios, aunque hubo un tiempo en que también fueron pareja sentimental: estuvieron 12 años juntos en los que vivieron con las madres de ambos. Hoy el modista, de 82 años, está emparejado con Bruce Hoeksema, un antiguo modelo estadounidense que no se separa de su lado desde hace 25 años, cuando comenzó a trabajar para él como asistente personal.
Tras la ruptura sentimental, Giammetti y Valentino siguieron manteniéndose juntos en el resto de sus intereses. «Ahora entre ambos hay un amor fraternal, una relación sin nada de sexual en ella, aunque se mantiene un gran amor», contaba el primero en 2004. El escándalo de la «lista Falciani» les salpica a ambos. Como publicaba «L’Espresso», los 108,3 millones de dólares que el estilista tenía en el HSBC estaban relacionados con la empresa Piles Finance Ltd., domiciliada en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal caribeño. Hay otras dos sociedades utilizadas por el modisto como pantalla para mover su dinero que han sido desveladas con el caso «swissleaks». Se llaman Dibag Fashion Development NV-Rub GG y Dibag Fashion Development NV-Rub VG. Las dos últimas letras, como resulta fácil adivinar, pertenecen a las iniciales de Giancarlo Giammetti y de Valentino Garavani, pues los dos socios eran los titulares. De acuerdo a la información publicada por el citado semanario italiano, los fondos con que contaban estas dos empresas fueron repartidos más adelante entre el célebre estilista y su hombre de confianza. Se especula que en esas cuentas acabó una parte sustancial de los alrededor de 250 millones de euros que recibieron cuando vendieron la compañía en 1998. De hecho, fueron abiertas en 2001 y clausuradas tres años después.
Cuadros de Picasso
Valentino lleva alejado de la primera línea del mundo de la moda desde 2007, cuando se despidió con una exposición en el Ara Pacis de Roma. Lo llenó de maniquíes con sus creaciones artísticas. Resultó memorable el contraste entre el rojo de sus trajes y el blanco marmóreo del altar con el que el emperador Augusto celebró la paz. Desde entonces vive repartiéndose entre el castillo que tiene a las afueras de París y las lujosas viviendas que posee en Roma, Londres y Nueva York, en alguna de las cuales tiene varios cuadros de Picasso. Todas ellas, como ocurre con su yate, están decoradas con gran gusto y sin reparar en gastos por el propio diseñador.
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