Galicia
«Historias auténticas», tributo a la buena mesa
Botín, famoso por su excelso cochinillo, inauguró en 1975 y por situarse desde entonces en el mismo enclave sin cerrar ni un sólo día y llamarse de la misma manera, figura en el «Libro Guiness de los Récords» como el más antiguo del mundo. La mismísima Ava Gardner bailó sobre una de sus mesas, Hemingway se atrevió a preparar una paella y Galdós, entre otros, lo mencionó en «Fortunata y Jacinta». Incluso la colombiana Ingrid Betancourt celebró en uno de sus salones y con un cochinillo delante su libertad, al igual que el soldado que la liberó. Esta es una de las «Historias Auténticas», que nos narró José González, propietario del establecimiento, durante la presentación del libro, que así se titula. Editado por Viña Pomal, sus páginas desvelan cien anécdotas curiosas al tiempo que rinden tributo a los restaurantes de la capital. Asimismo, Margarita Kearney Taylor, propietaria de Embassy poseía en el mismo establecimiento su vivienda y una agencia de viajes clandestina. Gracias a ella, miles de judíos pudieron partir hacia Portugal escapando del control de los funcionarios de la Embajada alemana que, a pocos metros, conversaban con colegas de otros países.
Y si Cervantes, Lope de Vega y Quevedo eran clientes habituales de Casa González, un emblemático colmado y restaurante, situado en el barrio de las Letras por sus buenos vinos y mejores quesos, tampoco puede privarse de ellos Julio Medem y Viggo Mortensen, ni Tom Cruise cuando hace parada y fonda en Madrid. Fue en Landó donde Al Pacino y Robert de Niro se pegaron un homenaje como Dios manda. Pidieron jamón ibérico con su pan con tomate, sus imprescindibles huevos estrellados y solomillo. Después, el protagonista de «El Encargo» se pidió un Sol y Sombra, un trago castizo que, por desgracia, ha desaparecido de nuestras costumbres culinarias. Aunque para estrellas, las que se han confesado adictos a los huevos de Casa Lucio, entre ellas, Elle McPherson, Eva Longoria, Gwyneth Paltrow y Pierce Bronsnan. Un punto y aparte para mencionar a Don Juan Carlos, otro apasionado de semejante manjar que, según el gran Lucio Blázquez, le ha traído más estrellas al local que la Michelin. Por si no lo sabe, éstos los ponen unas gallinas criadas en libertad en la sierra de Ávila, las patatas proceden de Galicia y el aceite, de Jaén. Y cuidado, porque como seguro que los ha intentado hacer en casa y no le han salido ni parecidos, sepa que el huevo se asa, no se fríe.
Y, ¿sabía que a Joaquín Sabina le fascinan las lentejas que prepara Iñaki Camba en Arce? Tanto, que si es su hija quien acude al local, el chef le prepara un tupper para que se las lleve. ¿O que a Rosendo y a Miguel Ríos le fascinan las alubias blancas con riñón de pato confitado del Mesón Tío Aquilino? Por último, el libro termina con seis historias de Bodegas Bilbaínas que bucean en la identidad, carácter y origen de ésta, que desde hace cien años elabora Viña Pomal en Haro.
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