Gastronomía
L’Indret se renueva y abre al gran público
El restaurante de Semon reabre sus puertas con una oferta que recupera platos de siempre con una firme vocación de suavizar su carácter exclusivo para abrirse a una nueva generación
El restaurante de Semon reabre sus puertas con una oferta que recupera platos de siempre con una firme vocación de suavizar su carácter exclusivo para abrirse a una nueva generación
El pasado 5 de octubre, L’Indret de Semon reabrió sus puertas con el difícil reto de recuperar el pretigio y carácter de un establecimiento que durante años fue referente por su buena gastronomía, por la calidad de su producto y por su excelente servicio. En este contexto, Pedro y Paulino Robles, los nuevos propietarios del negocio, han apostado por recuperar aquella cocina y aquellos platos que en su día hicieron al restaurante ganarse fama y respeto, pero a la vez no han renunciado a introducir cambios con el fin de renovar y adecuar la imagen y concepto del establecimiento.
«Nuestra oferta se basa en una cocina de producto, que ha de ser el mejor; nada sofisticada y natural; en la que en todo momento entiendes todo lo que comes, sin disfraces; una cocina muy mediterránea con referencia a los platos típicos, de toda la vida, de L’Indret», señala Paulino Robles, copropietario, quien pone de relieve que el restaurante ha ampliado su horario de atención al público así como su oferta para abarcar un abanico más amplio de clientes.
«Ahora abrimos los lunes, martes y miércoles de 9 de la mañana a nueve de la noche y los jueves, viernes y sábados hasta las 12 de la noche», explica Paulino, quien destalla que «por la mañana ofrecemos desayunos, basados en bollería, bocadillos y otros platos calientes como tortilla francesa o huevos fritos; a partir del mediodía servimos aperitivos, que consisten en conservas de alta gama y algunas denuestras elaboraciones como croquetas, delicias de brie, o dados de salón; a la hora de comer el comensal puede elegir entre nuestra carta o un menú, para el que se confeccionan diariamente platos específicos, el cual consiste en tres primeros a elegir, tres segundos y tres postres por 19 euros».
Por la tarde, el restaurante permanece abierto con un servicio de merienda-cena y tres días a la semana ofrece también cena a la carta para completar así un horario de cocina ininterrumpida pensado para «abrir L’Indret, para hacerlo más asequible a todos los públicos», comenta Paulino Robles, quien también menciona que a diario se ofrecen cuatro o cinco sugerencias de cocina de mercado fresca. «Queríamos acabar con esa imagen de privacidad y hemos potenciado el que venga más la juventud», señala el propietario, quien destaca que «en este sentido, hemos abierto las persianas que dan a la calle para que se pueda ver el interior y entre más luz». Además, también se ha optado por cambiar la ubicación de las mesas, de manera que ahora las redondas se encuentran al final de la sala y a la entrada se ha dejado espacio a una barra y mesas rectangulares donde desayunar, merendar o tomar el aperitivo.
Por último, el nuevo Indret ha apostado por el personal de siempre, por el que vio llegar al restaurante hasta lo más alto,y ha recuperado al equipo de entonces.
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