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Álex Lequio, el paciente que nunca se queja
El hijo de Ana Obregón evoluciona lenta pero positivamente tras cuatro meses de tratamiento contra el cáncer.
El hijo de Ana Obregón evoluciona lenta pero positivamente tras cuatro meses de tratamiento contra el cáncer.
Es un hombre coraje, incapaz de tirar la toalla aunque la enfermedad que padece le está haciendo pasar momentos muy duros. Álex Lequio, según una persona muy cercana a él, «le está ganando la batalla al cáncer, evoluciona lenta pero muy positivamente y su respuesta al tratamiento hace concebir grandes esperanzas de curación. Sus médicos le califican como un paciente ejemplar, nunca se queja y aguanta los dolores como un jabato...». Quizá por eso ha llegado el momento de enseñar una sonrisa y agradecer el apoyo que le han mostrado. Y así, el martes por la noche publicaba en Instagram la primera fotografía de sí mismo en meses y un mensaje para todos aquellos que le han enviado mensajes de aliento desde que se supo que estaba siendo tratado de su mal en un prestigioso hospital de Nueva York, el Memorial Sloan Cancer Center, que dirige el prestigioso oncólogo español Josep Baselga desde 2013.
En la instantánea, que aparece junto a sus padres, Ana Obregón y Alessandro Lequio, Álex, que tiene el pelo rapado, las cejas apenas visibles, el rostro sonriente y unos kilos de más, afirma que «he intentado agradeceros a todos los mensajes que me habéis mandado por privado, uno por uno, pero sois tantos que no soy capaz. Por eso aprovecho este momento para deciros que estoy muy agradecido y deseando volver. Muchos abrazos a todos».
El simple hecho de contemplar a Álex posando en Central Park ya supone un aliciente para creer que su evolución es buena, porque no ha tenido que ser internado permanentemente en una habitación de hospital, al contrario de lo que se dijo en un programa de televisión. Su madre sufre en silencio la enfermedad de su único hijo y se limita a contestar los mensajes de whatsapp con un simple, aunque significativo, «muchas gracias», al que acompaña un corazón latiendo.
Emotivas palabras
Ella también, a la par que su hijo y con la misma foto, ha roto su ostracismo con unas emotivas palabras: «Quiero pedir perdón por estos cuatro meses de silencio en los que, como madre, entenderéis lo que estoy pasando. No quería dejar pasar más tiempo sin agradecer de corazón a cada uno de vosotros por los mensajes de cariño, apoyo y respeto que nos han dado fuerzas para seguir luchando cada día. Sé que esta pesadilla acabará pronto. No vemos la hora de volver a España».
En todo ese tiempo Ana Obregón es la única persona que permanece las veinticuatro horas del día al lado de Álex. La novia de éste, Raquel Rodríguez, regresó a España para ocupar un puesto como médico residente en el hospital madrileño Doce de Octubre. Curiosamente, la joven ha estudiado la especialidad de oncología. Poco antes de su regreso, la pareja había roto una relación en la que ya se hablaba de boda. Fue Alessandro Lequio quien desveló la ruptura de la pareja cuando afirmó que «la única mujer que está al lado de mi hijo desde hace un par de meses es su madre». Entonces, su rostro demostraba preocupación, mientras que en la instantánea recién subida a la red por su hijo se le ve mucho más alegre. En la cara de Ana, por el contrario, se reflejan los meses de profundo sufrimiento, pero la realidad es esperanzadora y se rumorea que en septiembre, si no surgen contratiempos, veremos a Álex en Madrid.
Aquí le esperan sus compañeros de trabajo con los brazos abiertos y se duda de que la que parecía la mujer de su vida vaya a recibirle al aeropuerto. Dicen que el veinteañero lo ha pasado muy mal tras la separación, que a su preocupación por su salud se unió el fracaso emocional. A pesar de todo, sacó fuerzas de flaqueza y enfocó con optimismo su futuro. Su propia madre le define a sus íntimos como «un valiente», y un amigo asegura que «es Álex el que más anima a su familia porque nunca ha dudado de su curación».
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