Fútbol
Edurne y De Gea: El fin del sueño de Madrid
De Gea no jugará en el Madrid. Él y Edurne tendrán que convivir en Inglaterra con el acoso mediático de su relación de pareja tras el escándalo Torbe
De Gea no jugará en el Madrid. Él y Edurne tendrán que convivir en Inglaterra con el acoso mediático de su relación de pareja tras el escándalo Torbe
David de Gea no jugará en el Real Madrid, fichaje «cantado» hace un año pero finalmente frustrado. Un gatillazo futbolístico en toda regla que comenzó a aflojarse en agosto pasado con el famoso fax que llegó tarde de Manchester a las oficinas del club madridista, sin duda la mano negra de Louis Van Gaal, «siempre negatifo». Ya no está el ogro holandés, que le hizo la vida imposible durante aquellas largas semanas en las que el chico formado en el Atlético hizo todo lo posible por acabar vestido de blanco en el Bernabéu, y ha llegado José Mourinho para resucitar a los «diablos rojos». Y «Mou» cuenta con David, con el portero titular ya de la Selección española tras haber completado Del Bosque lo que dio en llamar «transición dulce» en el relevo de Íker Casillas.
Transición dulce en la Selección, tragos más amargos alrededor de la figura de un guardameta de enormes cualidades bajo palos y que adorna con una personalidad tranquila, reflexiva, pero atropellado mediáticamente estos días por el «caso Torbe». Él y su pareja, la cantante Edurne, que inició anoche en Torrejón su nueva gira, «Adrenalina 2016». Descartado el Real y el traslado a una vivienda en Madrid (ahora vamos con las claves), la polémica desatada alrededor de David e inevitablemente a su relación con la cantante tendrá que seguir en Inglaterra.
¿Qué ha pasado para que De Gea no haya cambiado el rojo diablo de Old Trafford por el blanco inmaculado del Madrid? Aquel fax fue el principio del fin, aunque el presidente madridista, Florentino Pérez, ha intentado hasta el final fichar al cancerbero y no sólo por evidentes argumentos deportivos de peso. De Gea ha sido elegido el mejor portero de la Premier los dos últimos años, está ya entre los cinco mejores del mundo y su juventud le convertía en una apuesta segura, en una joya para la corona del campeón de la Undécima Champions. Florentino, además, también se sentía en deuda moral con el chico y ese tipo de compromisos suele cumplirlos. Se encontró el presidente con dos deudas morales, con De Gea y con Navas, terrible duda hamletiana...
Decisivo en el desenlace del «no fichaje» ha sido la explosión de Keylor. La extraordinaria temporada del guardameta costarricense por fin ha logrado acabar con ese pesado lastre y el «guerracivilismo» en la grada del Bernabéu (y en las trincheras de las redes sociales) alrededor de la figura de Casillas estos últimos años. Keylor no sólo ha rendido en el campo sino que se ha ganado el cariño de los aficionados, el respeto del vestuario, el apoyo incondicional de Zidane y esa otra deuda sincera y personal de Florentino, encantado con la actitud del portero dentro y fuera del campo. Así que el técnico mandó el firme mensaje de evitar la apertura de otra grieta, de reabrir el debate ya enterrado en la portería blanca. Entre eso y el deseo de Mourinho de contar en el United con De Gea, blanco y en botella la releche, mejor «no meneallo», se dijo Zizou.
«Sé que soy capaz»
Quizá consciente de que al final el Madrid no iba a ejercer su opción de compra, amén de la seguridad de que con Mou seguirá triunfando en el United, David realizó fechas atrás unas declaraciones en «El Larguero» a De la Morena con sentimiento... rojiblanco: «Creo que el Atlético eliminó a rivales muy complicados, no tiene esa competición y posiblemente merecía la Champions más que el Madrid. No lloré, pero sí que sufrí». Frases que el verano pasado en pleno tsunami de su casi seguro fichaje por el Madrid nunca habría hecho.
Hasta aquí el proceso de la operación frustrada con el Real. El fútbol va a continuar para De Gea en el mítico Old Trafford, pero cuando acabe la Eurocopa David y Edurne serán objetivo indiscreto de la prensa, la roja de Manchester, la blanca de Madrid y barrunto que hasta alguna amarilla de los tabloides ingleses. Los dos se conocieron en las navidades de 2010 grabando un villancico solidario y desde entonces han mantenido una relación estable, más allá de las distancias que les han separado por sus respectivos compromisos profesionales. «Andaré por mí, andaré sin mirar atrás, sé que soy capaz. Nuevos horizontes», escribió Edurne antes de conocerse el asunto Torbe. ¿Premonitorio?
Torbellino mediático
Así que David de Gea seguirá cumpliendo sueños en Manchester, espero y deseo que junto a la bella Edurne, aunque en asuntos de pareja dios me libre a mí de entrar, salvo desear un «The End» feliz a los dos. Pero volvamos al fútbol, «que no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso», según sabia sentencia del mítico Bill Shankly. ¡Ah, Manchester!, esa ciudad que va a convertirse en la más mediática y pasional del planeta y en la que junto a David y los viajes de Edurne cohabitarán también como vecinos, juntos y revueltos, José Mourinho (en su empeño de devolver la gloria al United y recuperar crédito perdido este año) y Josep Guardiola (tras haber dilapidado en el Bayern de Múnich la herencia de Champions que le dejó Jupp Heynckes y no haber contribuido ahí a la independencia de Baviera, que con Pep ya se sabe...). No me negarán que todo un torbellino de pasiones... Adrenalina en Manchester.
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