Galicia
Feijóo, el soltero de oro, será padre
El actual presidente de la Xunta de Galicia, de 55 años, se prepara para una campaña electoral que tendrá un toque familiar por el embarazo de su pareja, Eva Cárdenas, directora de Zara Home
El actual presidente de la Xunta de Galicia, de 55 años, se prepara para una campaña electoral que tendrá un toque familiar por el embarazo de su pareja, Eva Cárdenas, directora de Zara Home
«Si alguna vez soy padre será tarde y responsable». Es la confesión que hace tiempo había hecho llegar Alberto Núñez Feijóo, político gallego perteneciente al Partido Popular, a su círculo de amigos íntimos, toda vez que su relación con Eva María Cárdenas Botas iba viento en popa. Se conocieron en una cena en Puentedeume, en un local a caballo entre La Coruña y El Ferrol, donde nació la actual directora de Zara Home, el imperio de tiendas de hogar de Amancio Ortega. El presidente de la Xunta de Galicia y aspirante a revalidar el cargo había dejado su anterior relación con la periodista Carmen Gámir, «Chinny». Muchos años de discreta pareja hasta que la cosa se enfrió y ella vino a Madrid como jefa de prensa de la Secretaria de Estado de Presupuestos, la también gallega Marta Fernández Currás. Según su entorno, Eva María Cárdenas, alta ejecutiva del imperio Inditex, mano derecha de Amancio Ortega, divorciada y madre de una hija, llegó en el momento y lugar oportunos. «Un flechazo de adultos», aseguran amigos de la pareja.
Eva María es una gallega en toda regla, según quienes bien la conocen. Estudió en La Coruña, viajó por medio mundo hasta licenciarse en Económicas y Diseño Industrial, y llegó a su cargo directivo en Inditex a través de Pablo Isla, el hombre fuerte del grupo empresarial. Su familia, arraigada en Puentedeume, tenía amistad con Amancio Ortega y le dieron una esmerada educación. Casada y después divorciada de un ingeniero, es también madre una hija, al igual que «Chinny», la anterior pareja de Alberto. «Le gustan las mujeres inteligentes y maduras, frivolidades ni una», dice un amigo del líder gallego, a quien esta decisión de ser padre le viene tras un periodo de «mucha reflexión».
- Delgada, sobria y tímida
Eva es una mujer inteligente e independiente, algo que Alberto valora mucho. Delgada, sobria y tímida, aunque enérgica en su trabajo. Así la definen las personas de su entorno cercano. «Los dos tienen su espacio», comentan amigos cercanos como prueba de que a ninguno les gustan las ataduras. Hasta ahora, se han dejado ver muy poco en público, la última vez fue hace ya meses en el Pazo coruñés de Anceis para la fiesta de cumpleaños de Marta Ortega, la hija del dueño de Zara, con quien Feijóo mantiene buena amistad y quien le ofreció trabajo si decidía dejar la política. Para Alberto, de 55 años, su paternidad es primeriza. Para Eva María, de 51, ya madre de una hija que ahora estudia en Londres, la segunda. Para Feijóo, un hombre que siempre se ha resistido al matrimonio, ha sido un paso muy meditado. «La herencia del terruño es importante», afirma un amigo cercano como prueba de que el carácter gallego es emigrante, universal, allende los mares, pero gusta de tener raíces en la tierra. Por el momento, de planes de matrimonio la pareja ni habla. Alberto está volcado en una campaña electoral decisiva, y Eva María trabaja estos días en la apertura de nuevas tiendas de Zara Home en China, uno de los puntos estratégicos del gigante empresarial de Amancio Ortega.
Le horroriza la Prensa rosa y ser «carne de corazón», según su entorno. Pero nadie puede negar que este niño, primer vástago de Alberto Núñez Feijóo, viene al mundo con el pan bajo el brazo de una campaña electoral de aúpa. Y aún pensando que el matrimonio «es poco democrático», ha decidido dar el paso de una paternidad, como él mismo dice, tardía, meditada y responsable. De momento, ambos mantienen sus agendas de trabajo: Alberto, entregado a una campaña en la que se juega mucho y Eva en la expansión de Zara Home en el continente asiático. El tiempo dirá si suenan campanas de boda, aunque por ahora sólo lo hacen, casi a escondidas, bajo las imponentes de la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela.
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