Casas reales
Unas bodas de titanio en la intimidad
Hoy se cumplen 70 años del enlace de la reina Isabel II con el duque de Edimburgo. No están previstos grandes fastos, pero sí una cena íntima
Hoy se cumplen 70 años del enlace de la reina Isabel II con el duque de Edimburgo. No están previstos grandes fastos, pero sí una cena íntima.
A sus 91 años, Isabel II ha marcado muchas fechas históricas en el calendario. Aunque siempre ha sido reacia a las grandes celebraciones. Cuando se convirtió en la soberana más longeva de la monarquía británica y le preguntaron si haría algo especial contestó: «Una vida larga puede superar muchos hitos: la mía no es la excepción». Pero hoy hay un aniversario especial para ella que va más allá de su figura como jefa de Estado. El 20 de noviembre, Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo, de 96 años, celebransu 70º aniversario de bodas. No todo el mundo celebra las «bodas de titanio».
Hace una década, durante su aniversario de bodas de oro, se celebró un almuerzo para 300 invitados en Banqueting House. Y en aquella ocasión quiso tener unas palabras hacia su consorte: «No acepta fácilmente elogios, pero ha sido mi apoyo durante todos estos años. Yo, toda su familia, este y muchos otros países le debemos una deuda mayor de lo que jamás reclamaría o sabremos alguna vez».
Para hoy, sin embargo, no se esperan discursos porque la pareja ha decidido celebrar su día en la más estricta intimidad con una cena en el castillo de Windsord a la que acudirán la familia y solo los amigos más cercanos. Para la ocasión se ha elaborado una moneda, pero desde Buckingham aseguran que no habrá actos públicos. Eso sí, ayer la casa real británica difundió un posado del matrimonio para conmemorar una fecha tan importante. Entre los invitados pueden estar Lady Pamela Hicks, hija de Earl Mountbatten de Birmania, que fue dama de honor en su boda, y Lady Penn, una buena amiga de la reina con la que celebró su 90 cumpleaños en el barrio de Mayfair.
En cualquier caso, será algo discreto, alejado de los focos de los fotógrafos. La decisión sigue de alguna manera con la evolución misma de la pareja que, poco a poco, se ha ido alejando de la vida pública. En el caso del duque de Edimburgo, protagonizó su último acto en solitario el pasado 2 de agosto, pasando revista durante un desfile de la Royal Navy en el Palacio de Buckingham. La edad va haciendo mella. También para la monarca que se resiste abdicar, pero cada vez va dando más espacio al heredero al trono, el príncipe Carlos. Fue su primogénito quien el día 11 de noviembre tomó por primera vez todo el protagonismo en el homenaje a los caídos de la I Guerra Mundial. Por primera vez en 65 años fue Carlos y no la reina quien depositó una corona de flores junto al monumento de Whitehall.
«Más unidos que nunca»
«Me parece un gesto de gran solidaridad emocional el hecho de que ella eligiera dar un paso atrás al mismo tiempo que su esposo» para tal ocasión, donde, por primera vez, él acudía como «jubilado» a un acto militar tan significativo para su carrera, asegura a «The Times» el biógrafo real Robert Lacey. Ahora que el duque de Edimburgo no tiene agenda oficial pasa parte de su tiempo en Wood Farm. Si la reina tiene que quedarse sola en Windsor o Buckingham, dicen desde el palacio que «le echa mucho de menos». Según Lacey, aunque a menudo han pasado tiempo separados, «ahora están más unidos que nunca».
Isabel y Felipe se casaron el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster. Aquel año, él adquirió la nacionalidad británica renunciado a sus títulos griegos. Antes del enlace, adquirió los títulos de duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón Greenwich. Cuando cumplió 95 años, Isabel II le concedió el que venía ostentando ella desde 1964, el de lord gran almirante del Reino Unido, en recompensa a sus seis décadas como consorte.
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