Asturias

Leonor, un año en el extranjero, una carrera de nuevas tecnologías y sin «mili»

Su futuro al acabar el colegio ya está sobre la mesa. Zarzuela preparará a la nueva reina con unos planes de estudio que no serán un calco de los que siguió su padre –dicen los responsables de palacio–, para adaptarse a los tiempos que corren y dejar de lado clichés obsoletos.

Leonor, un año en el extranjero, una carrera de nuevas tecnologías y sin «mili»
Leonor, un año en el extranjero, una carrera de nuevas tecnologías y sin «mili»larazon

Su futuro al acabar el colegio ya está sobre la mesa. Zarzuela preparará a la nueva reina con unos planes de estudio que no serán un calco de los que siguió su padre –dicen los responsables de palacio–, para adaptarse a los tiempos que corren y dejar de lado clichés obsoletos.

La Princesa de Asturias ha traspasado esta semana la frontera de su infancia para entrar de lleno en el mundo que le corresponderá habitar a partir de ahora como heredera de la Corona española. La decisión de Felipe VI de imponerle el Toisón de Oro abre una nueva etapa en la que Zarzuela abordará aspectos determinantes en su formación, ya que dentro de un lustro abandonará el colegio. Los planes de estudios que seguirá en el futuro no tienen que ser un calco de los que siguió su padre, dicen los responsables actuales del Palacio de la Zarzuela. Y que así como al Monarca actual se le aconsejó que debía estudiar Derecho sin dejar de lado la Economía, ese esquema no tendría por qué repetirse en la formación académica de Leonor. Aseguran que, en los tiempos que corren, en los que las nuevas tecnologías están alcanzando tanta relevancia, habrá que ir adaptándose a las circunstancias y no mantener clichés que son ya obsoletos. Es decir, la carrera universitaria de la Princesa podría estar orientada hacia otras disciplinas, siguiendo sus propias preferencias.

Estudios en el extranjero

Aunque no está decidido aún por sus padres, o al menos eso es lo que transmite la Casa del Rey, sería lógico pensar que, al igual que hizo Don Felipe, Leonor se vaya al extranjero para estudiar un curso fuera de España cuando tenga 15 o 16 años. Ya se ha convertido en práctica habitual entre muchas familias el mandar a sus hijos para que se acostumbren a manejarse fuera del círculo familiar y conocer distintos tipos de ambientes. Para habitar ese mundo nuevo, y a veces difícil de comprender, la hija mayor de los Reyes se prepara desde que era muy pequeña de acuerdo con los planes diseñados por sus padres, que siempre han sido conscientes de que si para cualquier familia es difícil elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos, para ellos se complicaba más al ser una cuestión de Estado. La primera decisión fue que sus hijas comenzaran su vida escolar en la Escuela Infantil de la Guardia Real, un centro concertado del Ministerio de Defensa y la Comunidad de Madrid. A la guardería que fueron las Infantas asistían los hijos de los miembros de este cuerpo de seguridad, así como los de los integrantes del Cuarto Militar y de la Casa del Rey, fuera cual fuera su graduación.

El siguiente paso fue elegir colegio para las Infantas Leonor y Sofía, una decisión importante para cualquier familia y que, en el caso de los entonces Príncipes, era una resolución sensible: había que optar entre llevarlas a un colegio público, concertado o privado. La balanza se inclinó porque las niñas se educaran en el mismo colegio de su padre, el Santa María de los Rosales, un centro privado y laico cuyo ideario se inspira en los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Sus alumnos provienen de familias acomodadas cuyos padres ejercen profesiones liberales que les permiten afrontar las tasas anuales. En la toma de decisiones influyó, sin duda, la alta estima de Don Felipe por los profesores que tuvo en sus años escolares y el buen ambiente que reinaba del que él disfrutó durante su infancia y adolescencia.

En el colegio Los Rosales la educación que reciben en la actualidad es muy dinámica y la primogénita de los Reyes es una esponja que absorbe todo lo que le enseñan sus profesores. Además de las materias básicas, matemáticas, ciencias naturales, lengua, etcétera, los alumnos reciben clase de dramatización, en la que no solo aprenden a representar una obra teatral, sino que les enseñan a hablar y expresarse en público y, muy importante, a perder el miedo escénico a explicar cualquier tema y hacerlo con naturalidad y sencillez. Unos conocimientos que, en el caso de la Princesa Leonor, le serán de gran utilidad en el futuro. Otra de las asignaturas en las que se incide por parte de la dirección del colegio es la de tecnología. Prueba de ello es que a partir de 5º de Educación Primaria los alumnos usan el Ipad como herramienta de estudio. Los idiomas, tan importantes para el papel de la sucesora de Felipe VI, son también asunto de interés esencial en el centro escolar, aunque tanto ella como su hermana Sofía son totalmente bilingües desde muy niñas porque han tenido una «nanny» que les familiarizó con el inglés. Durante unos años, han asistido a clases de chino mandarín, que dejaron ya este curso, y se han centrado en el francés como segundo idioma extranjero. Estas asignaturas se complementan con la preparación en educación física, la enseñanza del ballet, al igual que practicó su madre, la Reina Letizia, y las clases de música en las que deben aprender un instrumento. En el caso de Leonor, eligió el violonchelo.

Otro punto importante que estudia la Casa del Rey es la decisión de que reciba algún tipo de instrucción militar o no. La realidad es que el Ejército español ahora es íntegramente profesional y el servicio militar dejó hace años de ser obligatorio. Lo que, hasta el momento, tiene más papeletas de producirse es que la Princesa de Asturias haga algunos cursos que la familiarizaran con los aspectos más importantes del mundo castrense, pero sin pasar un año en cada una de las tres Academias Militares, como sí hiciera Don Felipe.

La preparación de la sucesora del Jefe del Estado se va a intensificar con el paso de los años y ella es la primera que es consciente de que sus responsabilidades y deberes irán aumentando progresivamente, como le dijera su propio padre el pasado martes en el Palacio de Oriente tras imponerle el Toisón. Don Felipe le mostró sin ambages las numerosas normas que deberá observar tanto ahora como heredera de la Corona como el día que le toque asumir la Jefatura del Estado. La primera de ellas, la de guiarse permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola, así como ha hecho él mismo desde que le jurara fidelidad al alcanzar la mayoría de edad. Entre las recomendaciones de Don Felipe a su primogénita destacó la petición de que sirva a España «con humildad» y haciendo suyas «las preocupaciones de los españoles». Para no abrumarla, la arropó con la más cálida de las promesas: la de que tendrá el apoyo de muchas personas y que su familia estará siempre a su lado. Pero la sonrisa de la Princesa Leonor era más brillante y luminosa que nunca, lo que constata la ilusión con la que afronta la misión que se le encomendó desde su nacimiento y sobre la que la Casa del Rey ya trabaja.