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Mark Wahlberg educa a sus hijos para que no repitan su pasado

Ha enterrado definitivamente en el pasado aquellos encontronazos con la autoridad que protagonizó en su adolescencia y en los primeros años de su juventud

Mark Wahlberg educa a sus hijos para que no repitan su pasado
Mark Wahlberg educa a sus hijos para que no repitan su pasadolarazon

“Es bastante curioso comprobar cómo en Estados Unidos alguien puede dar un giro de 180 grados a su vida”, ha dicho.

El actor Mark Wahlberg se ha destacado en sus años de madurez no solo por su prolífica carrera interpretativa, sino también por haber enterrado definitivamente en el pasado aquellos encontronazos con la autoridad que protagonizó en su adolescencia y en los primeros años de su juventud, incidentes entre los que destaca la agresión al dueño de una tienda de ultramarinos que le llevó a cumplir una condena de 45 días en prisión con solo 16 años de edad.

Ahora que es un ciudadano modélico y comprometido con la tarea de construir un mundo más justo, el intérprete no ha dejado de inculcar a sus cuatro hijos -Ella (13), Michael (9), Brendan (7) y Grace (6), fruto de su matrimonio con Rhea Durham- aquellos valores de los que él hace gala a día de hoy en su vida cotidiana, además de recordarles que el éxito personal depende fundamentalmente de la generosidad que exhiban ante los demás.

“Quiero que aprendan que si eres buena persona y tratas de hacer el bien con los que están a tu alrededor, es más probable que te ocurran cosas buenas a ti. Cuando mientes y te metes en problemas, y luego tratas de cubrirte las espaldas a base de mentiras, acabarás recibiendo lo que te mereces. Tienes que ser responsable, hablar con respeto a los demás, y encargarte de tus responsabilidades. Cuando sean un poco más mayores, les hablaré de mi pasado para que no lo repitan y luego tengan que superar las dificultades que yo tuve que afrontar”, reflexionó en las páginas de ES Magazine.

Una de las razones que explican el conflictivo carácter que definía al intérprete en esos primeros años de su vida -protagonizó diversos actos de vandalismo y empezó a coquetear con el alcohol a los 13 años- reside en la precaria situación económica que vivía su familia, siendo Mark el pequeño de una familia de nueve hermanos, en un humilde barrio de Boston.

Sin embargo, ahora que su familia disfruta de todo tipo de comodidades debido al éxito del que goza en la industria del cine, el intérprete está igualmente preocupado de que su privilegiada situación acaba ejerciendo una negativa influencia en sus pequeños.

“Es bastante curioso comprobar cómo en Estados Unidos alguien puede dar un giro de 180 grados a su vida, pasar de no tener nada a temer que sus hijos acaben siendo unos malcriados porque tienen de todo. Por el momento no tengo de qué preocuparme porque son unos niños sencillos que tienen los pies en la tierra. Pero no paro de recordarles que vengo de una familia pobre y que hay que esforzarse para salir adelante”, reveló.