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Sánchez y su «Obama way of live»

Para impulsar su imagen pública, el presidente del Gobierno copia la fórmula de éxito que llevó al ex mandatario estadounidense a la Casa Blanca

Arriba, el presidente español, Pedro Sánchez, a bordo del avión oficial «Falcon». Abajo, el expresidente de EE UU Barack Obama, en el «Air Force One»
Arriba, el presidente español, Pedro Sánchez, a bordo del avión oficial «Falcon». Abajo, el expresidente de EE UU Barack Obama, en el «Air Force One»larazon

Para impulsar su imagen pública, el presidente del Gobierno copia la fórmula de éxito que llevó al ex mandatario estadounidense a la Casa Blanca.

Pedro Sánchez siempre se miró en Barack Obama para llegar a La Moncloa y ahora que lo ha logrado, mantiene viva esa inspiración. Esa impronta yanqui quedó de manifiesto en las imágenes distribuidas por Presidencia del Gobierno a principios de esta semana, donde se podía ver al presidente corriendo por los jardines del Palacio y jugando con su perra Turca antes de empezar un día de trabajo y reuniones.

No es la primera vez que Sánchez recurre a técnicas de comunicación americanas para impulsar su imagen política, aunque el hecho de que su actual jefe de Gabinete en La Moncloa, Iván Redondo, sea un experto en estas lides ha hecho que recupere esta tendencia. Una tendencia que ya quedó de manifiesto en su puesta de largo como candidato a la presidencia en 2015, en la que con una gran bandera de España como telón de fondo y acompañado de su mujer, Begoña Gómez, como si de la primera dama se tratase, Sánchez lanzó su primer «speech» presidencial. Aquella escenografía en el Circo Price de Madrid recordó demasiado al discurso de la Unión de Obama en el Congreso de Estados Unidos. Y es que el secretario general socialista estaba aplicando una fórmula de éxito para repetir la hazaña que llevó al senador de Illinois a la Casa Blanca. Antes de llegar al poder (en lo que llamó su «Gobierno en la sombra»), Sánchez fichó a Rafael Bengoa, asesor –experto en sanidad pública– de Obama .

Aunque ahora Begoña Gómez haya optado por seguir el ejemplo de Viri Fernández, mujer de Mariano Rajoy, y pasar a un segundo plano, no siempre fue así. En su etapa como consorte de Sánchez en la oposición, Begoña era una habitual de los actos del partido, en los que en ocasiones también le acompañaban sus hijas, y no dudaba en subir al escenario junto a su marido o intervenir en programas de televisión, en los que se intentaba trasladar una imagen más humana del candidato. «Demos una calurosa bienvenida a Begoña Gómez y al próximo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez», jaleó el «speaker» en un acto electoral del partido, donde se presentó a la pareja en tándem. Una situación sin precedentes en el PSOE, no exenta de críticas internas, y que daba idea del aire aperturista que el líder socialista quería imponer a su proyecto.

Sobreexposición mediática

Sánchez también abrió la espita de la incursión de los candidatos en formatos televisivos que excedían lo meramente político. Con ello, buscaba superar el que hasta entonces era su principal hándicap, su escasa tasa de conocimiento entre el electorado. Una debilidad que también suplió aplicando el modelo americano. El nuevo líder se coló en la vida de los españoles de todas las formas y a través de todos los soportes posibles.

Su omnipresencia en las redes sociales, le permitió introducir los mensajes de calado político en un formato más desenfadado que logró llegar a la gente joven. Su participación en programas de entretenimiento en «prime time», como «El Hormiguero» o «Planeta Calleja», al más puro estilo internacional y en la que luego le siguieron otros políticos como Albert Rivera o Soraya Sáenz de Santamaría, le valió para ser el precursor de un modelo que humaniza la figura del político y que se ha extendido ahora a todos los partidos, incluso a los que criticaron su sobrexposición mediática. No olvidemos que Sánchez también llegó a intervenir en «Sálvame», aunque en conversación privada con su presentador Jorge Javier Vázquez, cuando éste anunció que dejaría de votar al PSOE si no se abolía el Toro de la Vega.