Casa Real
Vacaciones en Zarzuela, del Plan B al Plan C
La inestabilidad política ha complicado el descanso de los Reyes, que hasta mediados de agosto no disfrutarán de sus vacaciones privadas. Además barajan pasar por Río en plenos Juegos Olímpicos.
La inestabilidad política ha complicado el descanso de los Reyes, que hasta mediados de agosto no disfrutarán de sus vacaciones privadas. Además barajan pasar por Río en plenos Juegos Olímpicos.
La situación política que vivimos afecta a lo cotidiano y, por supuesto, también a las vacaciones estivales de Felipe VI y de Doña Letizia. Si hasta la fecha no había habido ningún problema logístico ni de agenda, más allá de la curiosidad por conocer el destino vacacional de la Familia Real, este año la decisión se complica. Todo apunta a que el matrimonio y sus hijas pondrán rumbo a ese destino «privado» a partir del 13 de agosto. Pero, ¿qué ocurrirá las dos semanas previas? Aún es una incógnita.
De momento, sobre la mesa tienen las piezas de un puzle político por encajar. Los partidos deben llegar a un acuerdo para formar la XII Legislatura y para evitar así una tercera convocatoria electoral. A lo largo de este año, la agenda de Felipe VI ha estado condicionada por un Gobierno en funciones. Una tesitura que le ha obligado a renunciar a viajes oficiales al extranjero y dedicarse más a recorrer la geografía española e inundar la agenda de actos «caseros», premios, visitas domésticas, condecoraciones y mucha audiencia, dado el perfil bajo que requiere una situación de interinidad como la actual. Ha sido un año de reinado doméstico o, empleando una expresión moderna, un reinado «cocoon». Las vacaciones también se presentan como una incógnita que esta semana podría aclararse.
Un misterio por resolver
Agosto es el mes de descanso de la Familia Real. A estas alturas de julio deberían tener planificadas tanto las vacaciones públicas como las privadas. Tradicionalmente, la Reina Sofía era la primera que abría Marivent, donde poco después se instalaba Don Juan Carlos. Don Felipe y Doña Letizia también optaron por ese sistema tanto para la ida como para la vuelta. O bien se iba ella antes con las niñas o bien regresaba sola y, después, lo hacía el Rey Felipe. Esto ha sucedido siempre a finales de julio. De este modo, el Rey solía estar para el inicio de su regata de vela en Palma de Mallorca. Tanto Don Juan Carlos como Felipe VI han formado parte de ese evento deportivo y más este año que celebran su 35 aniversario. En el Real Club Náutico de Palma de Mallorca están convencidos de que contarán con el monarca y que navegará a bordo del «Aifos», embarcación propiedad de la Armada Española.
El problema vendría derivado de la ronda de consultas. Si Rajoy no sale investido en el primer intento, habría que celebrar una segunda o incluso una tercera votación y, si entonces saliera, habría que oficiar la sesión de investidura, el juramento o promesa de los ministros, etcétera. Y toda esta situación se tiene que aclarar en quince días para que Felipe VI llegue a tiempo para regatear en su Copa de Vela. A esto se añade otro asunto. El día 5 se inauguran los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y, claro, aunque viaje en el avión oficial, son ocho horas de vuelo. No ocurriría lo mismo si las cita olímpica se celebrara en algún país europeo, lo que permitiría un desplazamiento más rápido. De ahí que, en previsión de todas las eventualidades, el departamento de seguridad de la Casa Real deba tener un plan B, e incluso un C, preparado. Por ello, ya ha desplazado a Brasil un retén oteador para organizar con seguridad una eventual visita del Rey Felipe a la ceremonia de inauguración, al desarrollo de alguna de las pruebas que tengan participación española o a la clausura de los Juegos Olímpicos, el próximo 21 de agosto.
Todas las posibilidades están en el aire. Si asistiera a la inauguración de Río el 5 de agosto, se perdería la tradicional entrega de los trofeos náuticos de la 35 Copa del Rey Mapfre de Vela, que tendrá lugar el sábado día 6 en Mallorca. Tampoco sería extraño que se dejaran ver a partir del día 13 de agosto con las niñas en alguna de las pruebas con participación española. Así, podrían aprovechar para calmar las especulaciones que todos los años surgen sobre el paradero de la Familia Real en sus vacaciones privadas. Es una estrategia que siempre ha dado muy buenos resultados. Para esas «sorpresas» planificadas, la Casa Real ya tiene preparado un plan alternativo y por ello han visitado el terreno brasileño a custodiar. La última pieza del puzle a encajar sería saber cuándo hacer el tradicional posado veraniego, que una vez más estará marcado por la formación o no de Gobierno. Así pues, este año hasta podría ser el lunes 8 de agosto. Para marcar la fecha de la tradicional recepción real al Gobierno, instituciones y sociedad balear, en el Palacio mallorquín de la Almudena, hay que esperar a que se acabe la incertidumbre política. Nadie, de momento, ha recibido un «save the date», una reserva de día para el encuentro. Este año, más que nunca, las vacaciones regias están en el aire.
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