Carme Chaparro

Carme Chaparro, en la joya de Asia

Hace 20 años, la periodista descubrió el cóctail de culturas que es este país.

Carme Chaparro, en la joya de Asia
Carme Chaparro, en la joya de Asialarazon

Hace 20 años, la periodista descubrió el cóctail de culturas que es este país.

Periodista, presentadora de Noticias Cuatro y escritora premiada y alabada por la crítica gracias a su primera novela, «No soy un monstruo», Carme Chaparro es de esas mujeres todoterreno que compatibiliza de forma casi milagrosa su trabajo diario con sus inquietudes literarias y su papel de madre. A finales de junio presentaba su segunda novela, «La química del odio», éxito asegurado, y hoy rescata del pasado para nosotros un viaje que realizó hace ya casi 20 años, pero que recuerda con especial emoción: Líbano.

«Fue una experiencia maravillosa, es un país que tenemos tan cerca y es tan bonito y tan desconocido... Recuerdo que ibas por la playa andando y te encontrabas restos de valijas romanas. Y en el Valle de la Becá, en el templo de Baalbek, se conservan restos romanos en un estado magnífico. Arqueológicamente es una joya. Y ahí están, sin que nadie los visite porque es Líbano. Es una pena. Hay una mezcla de culturas brutal, desde la parte árabe más tradicional a los cristianos más liberales. Había mujeres haciendo “footing” en biquini por La Corniche de Beirut, que es el paseo marítimo. Ya entonces la ciudad era muy moderna. Una noche fuimos a un bar que estaba recién inaugurado. Líbano se recuperaba entonces de una guerra fratricida y este bar era un antiguo refugio antiaéreo que a mitad de la noche abría la compuerta superior y veías las estrellas mientras te tomabas una copa. Así era todo. Te metías en un zoco árabe, cruzabas la calle y pasabas a un bar tan moderno que ni siquiera en España los teníamos. Es una mezcla maravillosa de convivencia entre religiones y culturas». Sabe de lo que habla. A diario informa sobre situaciones bélicas en la zona que están acabando con pueblos enteros. Por eso reivindica el destino. «Son muy generosos. Y muy hospitalarios. Quizá por herencia fenicia. Hoy, la guerra de Siria ha llenado el país de campos de refugiados. Cuando nosotros fuimos ya había varios de palestinos y tuvimos la suerte de poder entrar en algunos de ellos. Estar ahí como periodista y escuchar esas historias te sobrecoge. Los campos eran casi ciudades, porque los refugiados no podían ejercer determinadas profesiones y si te sacabas un título de doctor y eras palestino, solo podías practicar la Medicina dentro del campo. Así que comenzaron a construir sus viviendas con ladrillos y a manejar su propia economía». Hoy, esos campos de refugiados se han multiplicado, pero los restos arqueológicos y los lugares emblemáticos siguen allí. Y su generosidad y belleza se mantienen. «Paisajísticamente también es maravilloso porque tienes el mar y, justo al lado, una cordillera de montañas con nieve. Y la comida es una delicia, te sentabas en cualquier sitio y lo primero que te ponían era una fuente gigante de fruta y verdura. Todo muy abundante y muy fresco, muy mediterráneo. Es de los mejores viajes que he hecho a todos los niveles, también emocional».

Hotel

Miramar hotel resort & spa

Dirección: Kalamoun, Tripoli 1212, Líbano. Teléfono: +961 6 400 704. Precio medio: 186 € - 190 €. Web: Miramar-lb.com

Restaurante

Abdul rahman hallab & sons

Dirección: Riad El Solh Str., Tripoli, Líbano. Teléfono: +961 6 444 445. Web: Hallab.com.lb. Tipo de comida: libanesa, de Oriente Medio, mediterránea, opciones vegetarianas y veganas.

Ruta

BEIRUT

Desde el Malecón Central a la Mezquita Omari, uno de los edificios más antiguos de la ciudad, construido en 1187. Antes albergaba el templo de Júpiter. Saqueada durante la guerra civil, ha sido restaurada gracias a los benefactores.