Carmen Lomana
Carmen Lomana: «Si alguien me dice una grosería por la calle me vuelvo y le contesto»
«Vengo con este conjunto con un paisaje italiano». Y es que nadie duda de que si alguien sabe vestirse adecuadamente para cada ocasión esa es Carmen Lomana. Uno de los rostros más conocidos de la alta sociedad madrileña acude a su cita con LA RAZÓN ataviada con prendas vivas en las que predomina el color naranja y que recuerdan al verano, el que precisamente iba a ser el tema principal de la conversación. Pero como la empresaria no tiene pelos en la lengua, al final la charla se desvía hacia el conflicto secesionista y el feminismo, dos de los asuntos más candentes hoy en día en el país. Tampoco evita opinar sobre la canción que debería haber ido al Festival de Eurovisión. Este verano está siendo más movido de lo habitual.
¿Cómo lleva el calor en Madrid?
El calor no me molesta. Es más, me encanta, porque con 40 grados estoy feliz. Es verdad que nunca había estado aquí hasta tan tarde, pero este año tengo trabajo. Lo llevo bien, me encanta Madrid en verano. En verdad, Madrid me encanta siempre.
¿Qué costa ha elegido para pasar las vacaciones?
Me voy a Celorio, en Asturias, y a Marbella. Nada más.
¿Cuáles son sus mejores recuerdos del verano?
Sin duda los mejores fueron de pequeña y adolescente en Asturias. Luego los de Menorca con mi marido Guillermo. Disfrutaba mucho. Ahora también, porque la vida son etapas y cada una tiene su encanto. Después de quedarme viuda, cuando me volví a enamorar, también tuve veranos muy buenos.
¿Su plan ideal para estas fechas?
Dejarme llevar por la vida y hacer solo lo que me apetece. No tener horarios, no escuchar noticias e informarme lo justo. A veces ni lo justo, porque desconecto, algo que no puedo hacer el resto del año. Y disfrutar de mis amigos. Mucho sol, mucha playa y mucho mar. Comidas en los chiringuitos, ver puestas de sol... Eso es lo que me hace feliz.
Eso le iba a preguntar. ¿Le va el rollo chiringuito?
Lo adoro. Mi sueño es tener un chiringuito y ver atardecer con mis amigos oyendo música todos los días cerca del mar.
En los chiringuitos suenan las canciones del verano.
No me gustan, suelen ser bastante horteras. Ha habido canciones que han sonado mucho en verano y que han tenido su gracia. Por ejemplo, la de «Despacito» a mí me pareció la bomba. A mucha gente le parecerá lo que le parezca, pero tiene un ritmo que te envuelve y si la escuchas no pueden parar de bailar. Cuando los niños sienten eso mismo es porque es una canción muy buena. Mis sobrinos de uno y dos años oyen «Despacito» y se ponen como locos a bailar y a dar pataditas en la silla.
¿Ha cantado ya eso de «Pa' mala yo»?
¿Es la de «Chico malo»? La he escuchado, es muy pegadiza. Esa es la canción que tenía que haber ido a Eurovisión. Nunca entendí por qué no la mandaron en lugar de a esa pareja de cursis que ya sabía yo que no iban a ganar. Era lo menos pegadizo, más aburrido y más antiguo que se puede imaginar.
Veo que no le ha gustado «Tu canción».
La escuché porque me indigné mucho con el libro de «España de mierda». Era un momento en el que teníamos muchos problemas con los separatistas catalanes y a este chico, que es catalán, se le ocurre sacar este libro. Y la niña todo el rato repitiéndolo. En el momento en que insultan a mí país ya me da igual el contenido del libro, ya no lo soporto.
¿Cree que encendió aún más los ánimos?
Creo que la gente joven tiene más criterio del que nos imaginamos y además tienen sentido de patria, sentido de lo que es España. Sus padres les han educado bien, y les han enseñado el respeto a su nación, que es lo mínimo que puede tener un ser humano. Seguramente esto no les ha gustado nada.
El desafío independentista y el auge del movimiento feminista han marcado la agenda los últimos meses.
A mí me gustaría saber por qué las feministas solo apoyan a las mujeres de izquierdas. Me gustaría ver a todo ese grupo de feministas enloquecidas defendiendo a Inés Arrimadas del «bullying» que padece en Cataluña. O defendiendo a Cristina Cifuentes cuando la acusaron de haber sido amante de otro compañero del PP. ¿A quién le importa eso? Acusan de eso a una mujer de izquierdas y se monta la mundial. Hasta en el Parlamento. Pero las de derechas parece que no tenemos derecho a nada.
¿No se siente representada?
Me parece tan falso y tan de doble moral que no lo aguanto. Como eso de que ahora los de Podemos quieren poner una ley para evitar que nos digan piropos por la calle. Cada mujer es diferente y habrá algunas a las que les encante y otras que lo aborrezcan. Pero para eso estamos, para defendernos. A mí si alguien me dice una grosería por la calle yo me vuelvo y le contesto. Lo dejo «quieto parao».
Entonces no está a favor de denunciar.
Me parece una idiotez. Estos políticos de tres al cuarto están todo el día sacando leyes absurdas que a los españoles no nos benefician en nada porque no hacen que nuestra vida sea mejor. Me enerva tanto papanatismo y tanta tontería, entre otras cosas porque entre las mujeres hay un terrible clasismo y sectarismo en función de la ideología que tengan. Yo, que soy una mujer muy libre, muy liberal y con mucho sentido de la justicia no lo puedo soportar.
Volvamos al verano. ¿El calor derrite el glamour?
El calor es maravilloso porque te vuelve mucho más sexy. Te quitas ropa, te pones en traje de baño y te liberas de tanto suéter y tanto abrigo. No hay nada más favorecedor para las mujeres que el verano. Y también para los hombres, porque les podemos ver el cuerpo en la playa. Es donde pueden lucir todo lo que se han machacado en el gimnasio durante el año.
¿Su prenda estrella?
Un short y un traje de baño. También me encantan lo vestidos hippies de estilo «boho chic». Un look ideal es una camisa de seda remangada con un pantalón corto. En general, para el verano apuesto por la ropa fácil, yo no me pongo un tacón ni loca en verano. Hay que descansar y dejar las peluquerías y el maquillaje para cosas puntuales.
¿Qué opinión le merecen las «influencers»?
Me parece la palabra más tonta que he escuchado en mucho tiempo. Muchas son muy monas pero otras lo único que hacen es lucir cuerpo, trasero, postureo. De las que son más o menos conocidas ninguna lleva su ropa, son como muñecas. Hasta cierto punto puede estar bien para personas que no tienen ni idea de cómo vestirse. Lo que pasa es que no sé si las fotos son reales, pero está bien porque hacen soñar.
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