Gastronomía
Luna llena en la Playa de Luanco
Cristina Arias sirve el menú «selenizado», compuesto por platos asturianos de mercado
Cristina Arias sirve el menú «selenizado», compuesto por platos asturianos de mercado
Los huevos de aldea con patatas y trufa, las vieiras sobre crema de calabaza y velo ibérico y el pulpo braseado «Fran Portela» con patata y emulsión de piquillos son algunos de los bocados imprescindibles de La Playa Luanco, un espacio, situado a pie de playa, de parada obligada si se encuentra en la Asturias Occidental, justamente en la citada villa marinera y alrededores.
Su propietaria, Cristina Arias Sopeña, ha hecho de este rincón un referente de la buena mesa asturiana los 365 días del año lejos de ser el clásico restaurante de temporada. La suya es una cocina de mercado, que busca aprovechar y ensalzar las materias primas, tanto las procedentes del mar como de la tierra, con las que llena la despensa. Para comenzar, recomendamos echar un vistazo al apartado «Pecear», compuesto por manjares para dar rienda suelta al arte del picoteo. Destacan las croquetas de jamón ibérico, las zamburiñas gratinadas, las tortillitas de bogavante y los huevos a baja temperatura con estofado de setas.
La carta es sencilla y atractiva. Sobre todo, porque anuncia las delicias de la cocina asturiana. Lo suyo es degustar los pescados del Cantábrico. Tome nota, aunque lo suyo es dejarse asesorar por el personal de sala. Triunfan los «fish and chips» de merluza, el pixín negro con verduritas y el bacalao confitado con pisto, aunque nosotros nos decantamos por un sobresaliente calamar encebollado con arena en su tinta y por unos salmonetes, que llegaron a la mesa acompañados de un espectacular arroz meloso. No se olvide de preguntar por el pescado del día, suele ser una de las mejores opciones. Y ya que hemos mencionado los arroces, estrellas de la casa también son el preparado con pitu «empadronado» en gozón, el meloso con almejas y el de bogavante, marisco que, incluso, se lleva la palma al compartir plato con unos tagliatelle, cuya unión convierten el bocado en una receta para repetir, como también lo es el ravioli de pitu de caleya con manzana en texturas. En cuanto a los postres, Cristina sugiere armonizarlos con un trago dulce, entre ellos, un Apóstoles, un Palo Cortado viejo, de la D.O. Jerez. Un pecado sería privarse de la crema casera de arroz con leche, de la tarta de queso marañuela con puré de frambuesa y de la imprescindible degustación de quesos de la tierra con membrillo. La misma que no falta en el brunch (20 euros) a disfrutar los fines de semana y festivos. Lo completan el clásico jamón ibérico con pan y tomate y los huevos benedictine para acompañar una ensalada de canónigos con nueces y cebolla caramelizada, entre otras sugerencias.
Además de la carta, el comensal tiene la opción de pedir el menú degustación (45 euros). Un desfile de recetas que definen la filosofía gastronómica de la cocinera con platos como las sardinas, tan de temporada, servidas con tartar de tomate y fresa y el pixín negro con verduritas. Una advertencia, las noches de luna llena, es decir, las del día 31 de julio y el 29 de agosto preparan los que denominan menús «selenizados». Y si la del pasado estuvo protagonizada por bocados como los pececitos de foie con compota de manzana y pan de cristal y el pulpo a la parrilla con emulsión de piquillos, los de las siguientes citas mantendrán el mismo nivel. Sólo tiene que reservar su mesa.
PARA NO PERDERSE
Dónde: Avda. Gallo, 82. Luanco, Asturias.
Tel.: 985 88 12 02
Plato estrella: Las vieiras.
Precio medio: 35 euros.
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