Palma de Mallorca
Quadrat, una buena mesa en Palma
Simon Petutschnig, de origen austriaco, se ha formado con Sergi Arola y Paco Pérez
Existen hoteles para dejarse atrapar, perderse en ellos y no abandonarlos jamás. Sant Francesc es uno de ellos. Situado en el mismo casco antiguo de Palma, a escasos metros del Ayuntamiento y de la Catedral, ocupa un edificio protegido del siglo XIX, que pertenecía a una familia indiana, de cuyas paredes cuelgan cuadros de arte contemporáneo, así como una cuidada selección de fotografías, que combinan con los muebles firmados por Antonio Citero, Jaime Hayon, Stephen Burks, Paola Navone y Philippe Starck, entre otros.
Pero entremos en la cocina, que es nuestro cometido. El restaurante se llama Quadrat, ya que está situado en las antiguas cuadras del edificio y, al frente de los fogones se encuentra Simon Petutschnig. De origen austríaco, se ha formado tanto en establecimientos de su país, como en Suiza, Alemania e Italia. Ya en nuestro país, aprendió el buen hacer de Sergi Arola, en el Hotel Arts, así como en Alkimia, de Jordi Vila, en Miramar, de Paco Pérez, en Llança, y en el hotel Majestic, asesorado por Nandu Jubany.
En Palma, elabora una culinaria mediterránea con influencias de la isla y asiáticas. Un claro ejemplo es el dim sum de porçella mallorquina (la lechona de la isla), que se ha convertido en uno de los platos estrella de la carta. Ésta anuncia, además, un pan de cristal con tomate y aceite de oliva y unas croquetas, con una bechamel suave y cremosa y un sabor intenso a jamón de quitar el hipo. La ensalada de tomate con caballa marinada, canómigos y piñones resulta tan refrescante como la de queso de cabra, higos y vinagreta de frutos secos, perfectas para degustar después de un chapuzón en la piscina. El tartar de atún rojo con emulsión de wasabi con aguacate y crujiente de alga nori y el pulpo a la brasa, acompañado de unas patatas en texturas con toques picantes y ácidos, también tiene sus adeptos para iniciar un almuerzo.
Lo cierto es que se trata de platos de elaboración fácil y sencilla a base de ingredientes identificables, filosofía de un restaurante de precio más que asequible, ya que propone un menú ejecutivo que no supera los 25 euros, mientras que comer a la carta, ronda los 35. Imprescindibles son también los mejillones de roca al vapor con aroma de cítricos y mantequilla de hierbas, lo mismo que el huevo de corral a baja temperatura con parmentier de jamón y chips de patata y el carpaccio de bacalao con gel de naranja y toques asiáticos. Del apartado de los arroces, nos quedamos con los dos, con el meloso de sepia y gamba con alioli de romero y con el de verduras con bombones de tomate y albahaca. Un bocado divertido, colorido, sabroso y aromático... y con sorpresa.
En cuanto a los pescados, la oferta se reduce a tres propuestas igual de aconsejables: una lubina con alcachofas salteadas con espuma holandesa y aire de lima, el rodaballo, un mar y montaña, que llega a la mesa acompañado de un pimiento rojo escalibado y chorizo y crumble de oliva negra, mientras que el salmón comparte plato con una fresquísima ensalada con hinojo y pomelo y crema de eneldo. El solomillo de ternera, por su parte, Simon lo sirve con un puré de boniato con pak choy salteado y salsa teriyaki. Para terminar, un postre refrescante ,compuesto por frutas del bosque con tomillo e infusión de fresa y yogurt.
PARA NO PERDERSE
Dónde: Sant Francesc, 5. Palma de Mallorca.
Tel: 971 495 000.
Precio medio: 35 euros.
Web: hotelsantfrancesc.com.
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