Papel
¿Es el momento de comprar un coche eléctrico?
Un vehículo de este tipo permite superar las restricciones al tráfico en las urbes
Un vehículo de este tipo permite superar las restricciones al tráfico en las urbes.
Las restricciones de acceso al centro de las ciudades derivadas de los altos índices de contaminación; el precio al alza de los carburantes y sus previsiones de aumento para los próximos meses, y la cada vez mayor autonomía de los coches eléctricos (hasta 600 km con una sola carga) están siendo determinantes en el aumento de ventas de estos modelos. Sólo de enero a agosto las matriculaciones de eléctricos se duplicaron respecto a 2015. Sin embargo, todavía sigue siendo anecdótico en términos globales; en ocho meses se han vendido 2.942 unidades propulsadas por electricidad de un total de 800.000 turismos.
A día de hoy, y visto el precio de los utilitarios, ¿a quién le merece la pena cambiar su coche por uno eléctrico? «Hay que evaluar si de verdad se necesita tener un coche o moto en propiedad. Por ejemplo en la ciudad de Madrid se cuenta, además del transporte público, con soluciones de bicisharing, motosharing y carsharing 100% eléctrico que solucionan las necesidades de movilidad rodada de muchos ciudadanos en su vida diaria y que evita costes recurrentes como el parking, el mantenimiento, los seguros o el combustible. El vehículo ha sido por lo general un símbolo de estatus social y cuesta renunciar a él, aunque prácticamente no se utilice», opina Arturo Pérez de Lucía, director gerente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico.
En un contexto en el que las ciudades serán cada vez más eficientes o inteligentes, donde la economía colaborativa tendrá cada vez más peso, «se acabarán adquiriendo principalmente servicios de movilidad (se estima que cada coche de carsharing elimina entre 15 y 20 vehículos particulares de la circulación, en Madrid hay unos 3.000 usuarios) y fuera de las megaciudades se seguirá apostando mayoritariamente por adquirir un vehículo en propiedad. Siguiendo ese análisis, si se llega la conclusión de que se necesita un vehículo en propiedad, hay que evaluar si el vehículo eléctrico cumple, o no, con las necesidades propias de movilidad rodada o, al menos, con el 90%, porque lo ineficiente e incongruente es comprarse un vehículo que responda al 10% de las necesidades», dice Pérez. La forma más gráfica para explicarlo es su propio caso. «Vivo a 24 kilómetros de Madrid y tengo un coche eléctrico que puede recorrer 250 kilómetros reales. Realizo unos 1.500 kilómetros al mes de media. Mis costes por la electricidad que consumo para ese kilometraje están en torno a 23 euros/mes. Si fuera un vehículo de combustión, podría multiplicar por 10 fácilmente ese coste. El mantenimiento del coche eléctrico es ridículo porque carece de motor y por tanto de piezas de rozamiento y desgaste. Y respecto a otro de los mitos del eléctrico, yo he renovado este año mi coche con una versión con mayor autonomía y pago por un seguro a todo riesgo con franquicia de 300 euros un total de 100 euros/año. Los ahorros me han permitido que cuando he tenido que realizar un viaje largo para el que mi vehículo eléctrico no estaba preparado por autonomía o por falta de infraestructuras de recarga, he alquilado un híbrido enchufable grande y me ha salido mucho más barato», explica Pérez de Lucía.
Coches impresos en 3D
El proyecto LSEV se basa en la fabricación de un coche por medio de la impresión 3D. La iniciativa es de la compañía italiana XEV, que prevé hacer llegar al mercado su primer modelo en 2019. Su precio rondará los 8.500 euros. A nivel mecánico, el LSEV será propulsado por un motor eléctrico capaz de otorgar 150 kilómetros de autonomía y alcanzar los 70 km/h. A ello se suman aspectos como la reducción del número de piezas del vehículo (57 componentes frente a los 2.000 de un modelo tradicional) y un recorte en costes de producción de hasta un 70%. Compañías más conocidas como Honda ya han desarrollado antes este tipo de vehículos. En su caso, la firma cuenta con un vehículo de reparto impreso en 3D, pequeño y versátil, para cumplir con los requerimientos de la empresa Toshimaya, que necesitaba hacer repartos por las estrechas carreteras de la ciudad de Kamakura. Y en la misma medida, la empresa Local Motors, en Arizona, que creó el primer coche impreso en 3D listo para ser conducido, producirá por impresión 3D 50 microbuses eléctricos Olli este año.
4,5 billones de colillas acaban cada año en los espacios naturales
Actualmente se venden 6 billones de cigarrillos al año en todo el mundo. De ellos unos 4,5 se convierten en «basuraleza», un término creado para el proyecto Libera, una iniciatva de la organización conservacionista y ambiental SEO/BirdLife, en alianza con Ecoembes, para concienciar y movilizar a la ciudadanía para mantener los espacios naturales limpios. Según el informe sobre la presencia de colillas en espacios naturales, éstas representan el 13% de total de desperdicios que se en encuentran en el entorno. De hecho, cada colilla puede llegar a contaminar hasta ocho o 10 litros de agua; y hasta 50 litros si es agua dulce. En el caso de los grandes depredadores marinos, como las aves y los cetáceos, la ingesta de colillas es habitual, y puede causar toxicidad directa, así como una cierta sensación de saciedad que, en casos extremos, puede conducir a la muerte por inanición.
✕
Accede a tu cuenta para comentar