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Laura Santolaya: «Mi sueño es ser más conocida que los Sanfermines»

Laura Santolaya. Creadora de P8LADAS/ Su mensaje, contrario al habitual, le ha hecho no sólo convertirse en algo distinto, sino lograr ser una «antiinfluencer» muy poderosa. Sus seguidores la veneran. Su sueño: «Trabajar en pijama y mostrar que no todo es tan idílico y perfecto en las redes sociales»

Laura Santolaya. Creadora de P8LADAS
Laura Santolaya. Creadora de P8LADASlarazon

Su mensaje, contrario al habitual, le ha hecho no sólo convertirse en algo distinto, sino lograr ser una «antiinfluencer» muy poderosa. Sus seguidores la veneran.

Rebelde, incorrecta y algo canalla». Así definió en un artículo Laura Santolaya a su personaje, P8ladas. Nació en el blog de esta licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, titulado «Prohibido escuchar canciones ñoñas», y se convirtió en una «herramienta» para contrarrestar toda esa idiotez que embriaga las redes sociales y trata de mostrar el mundo perfecto en el que, por supuesto, no viven los que lo enseñan, porque no existe. Su crítica repleta de ironía y su mensaje contrario al habitual le ha hecho no solo convertirse en algo distinto, sino lograr ser una «antiinfluencer» mucho más poderosa que tantos «influencers». Sus seguidores, que son muchos, la veneran y su personaje, al paso que va, se convertirá en un clásico... Parece que lo de ir contracorriente, puede (y casi debería decir que debe) funcionar.

–¿Qué eso de ser una «antiinfluencer»? ¿Usted lo es?

–Antinfluencer (así, todo junto) es el hashtag bajo el que empecé a publicar historias en mis redes sociales haciendo todo lo contrario a lo que suelen hacer los influencers. Sacaba fotos a platos de comida vacíos, desayunos sin chía, daba las gracias al conductor del autobús en lugar de a mi chófer privado o enseñaba las facturas de los restaurantes en los que había tenido que pagar, en lugar de aquellos a los que me invitaban.

– Ya veo. Así que usted ha probado que se puede comportar de manera contraria a los «influencers» y conseguir ¿cuántos seguidores?

–140.000 en Instagram, 60.000 en Facebook y 8.000 en Twitter. Es que se puede. No hay que comportarse de la manera en la que la mayoría lo hace para tener seguidores en redes sociales.

–Alguien pensará que lo suyo, aunque diferente, también es puro postureo.

–¿No tratan las redes sociales de eso? En realidad lo que hago es reírme un poco de toda la parafernalia que rodea a los «influencers» y mostrar que no todo es así de idílico y perfecto, que tiene un punto decadente.

–Cuénteme quién se esconde tras P8ladas, quién es Laura Santolaya y cuáles son sus ambiciones.

–Soy una pamplonica cuyo sueño es trabajar en pijama y que su trabajo sea tan conocido como los Sanfermines.

–Y ¿cuáles han sido los referentes de su trabajo, el ejemplo a seguir, aunque no trabajaran en pijama?

–De pequeña tenía todos los cómics de Astérix y Obélix y Tintín, pero mis preferidos eran Garfield y los de Ibáñez: 13 Rue del Percebe, el botones Sacarino, Rompetechos... Desde los quince años devoro todo lo que escribe Eduardo Mendoza y admiro a Forges. Consumo mucho humor, desde weblogs como The Oatmeal, viñetas como las de Sarah Andersen o vídeos como los de Pantomima Full.

–Tiene unos cuantos libros publicados, pero antes llegó su blog. ¿Es que no se puede haber nacido en los 80 y no tener un blog?

–Pues yo lo empecé en 2008 y a mí me parece que tener un blog en aquellos tiempos tenía mucho mérito, sobre todo por el tiempo que te costaba subir una foto o navegar por internet. Por no decir hablar de la renuncia a tu vida social: o hablabas por teléfono o te conectabas a internet, todo no se podía tener.

–Lo más destacable del suyo es que emergió entre los demás que se empezaron a contar por millones. Igual que su trabajo en «El País», la seleccionaron en la sección «Se busca talento», ¿cuáles eran sus méritos?

–La verdad es que nunca lo tuve muy claro. Fue la primera vez que me presentaba a un concurso de ese tipo y mandé una viñeta que acababa de hacer sobre el reciclaje de vidrio que decía algo así como «¿Cómo ser responsable con el medio ambiente sin parecer una alcohólica ante todo el vecindario?». A los del concurso les debió hacer gracia y a las dos semanas me llamaron para hacerme una entrevista que titularon «Viñetas, música y chocolate». En el artículo hablaban del blog y destacaban mi sentido del humor, la ironía de los dibujos y que tenía 2.000 seguidores en Facebook, imagínate. Era verano, creo que tenían que rellenar páginas con algo...

–El caso es que, en muy poco tiempo, se ha convertido en una autora con tres libros e ilustraciones en otro...

–Quizá alguien pueda pensar que llevo poco tiempo, pero el año que viene hará diez años que creé a P8ladas, mi personaje, con el que he dibujado más de 2.000 viñetas. Mi primer libro, «Los lunes me odian», era una recopilación de dibujos y textos de los comienzos del blog. «Crónicas de la adolestreinta» me sirvió como terapia en una época difícil y con «Prohibido escuchar canciones ñoñas» he disfrutado como nunca de mis dos pasiones: dibujar y la música. Me divierte inventarme historias, cuando deje de pasármelo bien, dejaré de dibujar.

–¿Cuál es su secreto de su éxito?

–La gente me suele decir que se siente identificada con mis dibujos, que se ríen porque cuando ven una viñeta mía piensan eso de «a mí también me ha pasado». Muchos me dicen que acuden a mis redes sociales como terapia cuando quieren desconectar, evadirse y echarse unas risas.

–¿Es usted más, periodista, ilustradora, cuentacuentos...?

–Me considero humorista gráfica, aunque más de lo primero, pues nunca aprendí a dibujar ni tengo formación en temas de diseño gráfico. En mis viñetas prima el chiste antes que la ilustración y me cuesta dibujar algo sin incluir algún mensaje.

–¿Y qué tiene que ver usted con el personaje?

–Supongo que mucho. P8ladas es una versión exagerada de mí misma y, quizá, de muchas personas. Me gusta exagerar sus comportamientos y sus chistes a veces hasta el absurdo. La creé porque a través de ella podía decir muchas cosas que yo no me atrevía.

–¿Su «rebelde con causa» nació al tiempo que su blog?

–En 2008 empecé el blog «Prohibido escuchar canciones ñoñas», en el que comencé a publicar relatos cortos. Lo abrí para evadirme de un trabajo absorbente, estresante y agotador. Ahí podía hablar libremente y de manera anónima de mis jefes, de mis compañeros y de las cosas que me pasaban en la oficina. Un día intenté dibujarme a mí misma y casi sin querer empecé a sustituir los textos por dibujos con mensaje que se fueron compartiendo rápidamente. Así que sí, casi, casi...

–¿Qué es lo mejor y lo peor de ella?

–Lo mejor es que no tiene pelos en la lengua y lo peor, que, a veces, es un poco «hater», aunque creo que eso no es malo, al menos no mucho.

–¿Y de usted?

–Creo que soy una persona alegre y divertida, pero si me cuentas alguna historia, es posible que te veas reflejada en una de mis viñetas.

–¿P8ladas es su manera de demostrar su compromiso?

–A veces con mis dibujos trato de criticar cosas que no me gustan o con las que no estoy de acuerdo. Otras veces no soy tan intensa y dibujo por puro placer, sin criticar nada, solo porque me apetece hacer un chiste tonto.

–¿Cree que una viñeta puede hacer más pupa en las conciencias que muchos discursos?

–Sin duda. Las imágenes se difunden más rápido y su mensaje se expande más fácilmente. Oscar Wilde dijo que el buen humor te hace reír durante cinco segundos y te hace pensar durante diez minutos.

–¿A quién o a qué le gustaría señalar con el dedo a través de P8ladas?

–A todo lo que rodea a las redes sociales.

–¿Dónde nació Laura?

–En Pamplona en 1982, por eso lo de los Sanfermines.

–¿Se siente orgullosa de su personaje?

–Sí, mucho, aunque debo confesar que me arrepiento de no haberme apuntado a clases de dibujo.

–Pues va por tan buen camino que parece que ya es hora de perdonarse. ¿O es de esas personas a las que les cuesta trabajo perdonar?

–Qué va. En eso no tengo problema: perdono y olvido a veces hasta sin querer.

–Pues si olvida mucho, ya sabe, rabitos de pasa o un buen café que despeja la memoria.

–Te aseguro que no salgo de casa sin tomarme un buen café por la mañana.

–Dicen que el café ayuda con las disciplinas y los sueños ¿es verdad que el suyo es ser locutora de radio o estrella de rock?

–Bueno, de mayor me gustaría ser locutora de radio, sí. Y si volviera a nacer, sería sin duda estrella de rock.