Historia
La marquesa de Vila Viçosa o la reina Amelia de Portugal
Después del exilio consiguió un pasaporte que le permitió viajar por Europa
Después del exilio consiguió un pasaporte que le permitió viajar por Europa.
La reina Amelia de Portugal había nacido francesa, como princesa de Orleáns, y gozaba de cortas estancias en su tierra materna. Para ello solía emplear un título de incógnito de inconfundible sabor portugués: condesa de Vila–Viçosa. En «Le Petit Journal» del domingo 15 de noviembre de 1896 se podía leer: «La reina Amelia de Portugal ha pasado algunos días en París. Aprovechando su incógnito, no quería ser otra cosa que la condesa de Vila–Viçosa, ha recorrido los teatros, las tiendas, feliz y afable por todos los lugares donde ha pasado. Son verdaderas vacaciones las que pasó esta bella y joven reina en un país que le agrada infinitamente. Pues es preciso decir bien alto que aunque pertenezca a una familia proscrita, la hija del Conde de París nunca ha olvidado un instante que era francesa». Años más tarde,
en 1902, en Cap Martin, visitó a la emperatriz Eugenia tras lo cual volvió a París bajo el mismo título de incógnito. En aquella ocasión, Loubet, presidente de la República, estaba sobre aviso, por lo que la visitó acompañado de su ministro de Asuntos Exteriores.
El marquesado, que no condado, de Vila–Viçosa existe en la Casa Real de Portugal y de hecho, en 1461, Fernando II, duque de Braganza, fue el I marqués de Vila–Viçosa, además de IX conde de Barcelos, V conde de Ourém, III conde de Arraiolos y III conde de Neiva. El cariño de la Casa de Braganza al Santuario de Nossa Senhora da Conceição de Vila–Viçosa es muy antiguo e intenso. Está dedicado a la patrona de Portugal. La iglesia es además la matriz de Vila-Viçosa y está situada dentro de los muros medievales del castillo de la villa. El edificio actual es resultado de una reforma efectuada en 1569, reinando don Sebastián de Portugal. Según la tradición,
la imagen de la patrona de Portugal fue ofrecida por el condestable Nuno Álvares Pereira, que la adquirió en Inglaterra.
Patrona
Esa imagen, por provisión regia de Juan IV, refrendada por la cortes, fue proclamada patrona de Portugal el 25 de marzo de 1646. Desde entonces solo los monarcas de la dinastía de Braganza colocaron la corona real en su cabeza. Está cubierta de ricas vestiduras, muchas ofrecidas por las reinas y demás damas de la Casa Real. El 6 de febrero de 1818 Juan VI erigió el Santuario en sede de la nueva Orden Militar de Nossa Senhora da Conceição de Vila-Viçosa, agradeciendo así a la patrona la resistencia nacional a las invasiones francesas.
Una vez exiliada en Inglaterra, tras la revolución que destronó a su hijo el rey Manuel II, la reina Amelia solicitó del gobierno británico la expedición de un pasaporte que le permitiera viajar sin demasiados inconvenientes. Se accedió, librándose el documento a favor de la marquesa de Villa–Viçosa, Marie–Amélie Louise Hélène. Profesión: Cruz Roja Inglesa. Nacida en: Twickenham. Domiciliada en: Richemond (Inglaterra). Edad: 49 años. Talla: 1,82 metros. Cabellos: oscuros. Frente: común. Cejas: negras. Ojos: castaños. Nariz: común. Barba: nada. Mentón: redondo. Rostro: oval. Color: ordinario. Signos particulares: ninguno. Como tal marquesa de Vila–Viçosa viajó en agosto y septiembre de 1912, acompañada de sus amigos Pepita y Antonio, y para servirla, de Marie Girard, su doncella de cuarto. Visitó así Bruselas, Brujas, Namur, Luxemburgo, Mainz, Frankfurt–am–Main, Hanau, Banberg, Nuremberg, Coppet (el famoso castillo de Madame de Staël), y una vez en Italia, Milán y Stressa, donde se alojó en el Hotel Regina.
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