Ciencias humanas
El padre de la genética
Ayer se cumplieron once años del fallecimiento de uno de los descubridores de la estructura del ADN, Francis Crick. Su trabajo cambió la ciencia y la medicina para siempre
Ayer se cumplieron once años del fallecimiento de uno de los descubridores de la estructura del ADN, Francis Crick. Su trabajo cambió la ciencia y la medicina para siempre.
Usted y yo somos, entre otras muchas cosas, una sopa de genes. Buena parte de lo que tenemos, de lo que parecemos, de cómo nos comportamos... está dictado por la información que aparece inscrita en el interior de las células, en forma de una cadena molecular que llamamos ADN.
Que algunos rasgos físicos se transmiten mediante herencia a través de sustancias celulares es algo que se sabe desde hace siglos, pero la forma que tiene ese paquete de información, la auténtica cara de los genes, era un misterio hasta hace bien poco. Tanto que no fue hasta 1953 cuando la ciencia descubrió la estructura molecular del ADN. El hallazgo pasa por ser uno de los más trascendentales de la historia de la ciencia. De hecho, todo lo que hoy ha dado de sí la genética (desde la medicina forense a la cura de enfermedades o la manipulación de alimentos) se lo debemos al descubrimiento del aspecto físico del ADN. Los autores del hito fueron James Watson, un biólogo molecular estadounidense que aún vive, y Francis Crick, médico británico que falleció tal día como ayer de 2004.
Crick comenzó a trabajar con Watson en su laboratorio de la Universidad de Cambridge en 1951. Ambos habían manifestado previamente su preocupación por entender cómo la información genética puede «empaquetarse» en un sustrato físico que sea transmisible de padres a hijos. Para comprenderlo utilizaron imágenes celulares tomadas al microscopio de rayos X por otros dos científicos: Maurice Wilkins y Rosalind Franklin. De su estudio dedujeron que el ADN es una molécula que tiene forma de hélice. Cada molécula de ADN está constituida por dos cadenas o bandas formadas por innumerables eslabones de compuestos químicos. Entre las dos cadenas se forma una suerte de escalera de caracol helicoidal. El «pasamanos» de la escalera está formado por la unión de una molécula de azúcar (desoxirribosa) y un fosfato. Los peldaños están formados por unos compuestos nitrogenados llamados bases (adenina, guanina, timina y citosina). Toda la información que heredamos de nuestros padres depende de la forma que adquiere esa escalera.
Watson y Crick fueron capaces de determinarla feacientemente. No sin cierta controversia: durante años se han sembrado muchas dudas sobre la legitimidad del uso que realizaron del material de Rosalind Franklin (parte del trabajo fue empleado sin consentimiento de su autora). A pesar de todo, ambos recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962. No en vano, desentrañar la forma del ADN fue el primer paso para poder sintetizarlo, analizarlo, copiarlo y manipularlo. Fue la puerta de entrada a la era de la genética.
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