Fauna

¿Los animales son buenos padres?

Los lobos mantienen contacto con sus hijos mediante juegos, lametones y rituales de defensa
Los lobos mantienen contacto con sus hijos mediante juegos, lametones y rituales de defensalarazon

Existen muchas referencias científicas que demuestran que una buena cantidad de peces y aves muestran comportamientos paternales en la cría. Los machos se preocupan por el cuidado de la prole y establecen lazos con ella. Pero, conforme los estudios en animales se refieren a especies más parecidas a la nuestra (mamíferos), los datos son menos definitivos. Sólo entre un tres y un cinco por ciento de los mamíferos son decididamente monógamos y entre ellos no todos exhiben un comportamiento paternal. El ratón de Califormia (Peromyscus californicus) muestra el mismo afecto por las crías en machos y en hembras. Los padres construyen nidos, transportan a la prole, lamen y limpian a los pequeños, la alimentan y pasan largos espacios de tiempo en contacto físico con ellas. Los machos progenitores presentan niveles de prolactina en plasma considerablemente superiores a los no progenitores (muy similares a los de las hembras madres) y manifiestan un impulso hacia el cuidado de los retoños de otras parejas que no está presente entre los jóvenes que aún no han sido padres.

Entre los lobos también se aprecian conductas paternales interesantes. Estos animales mantienen una férrea estructura jerárquica a la hora de alimentarse en grupo. A los más pequeños de la camada los alimentan la hembra alfa (la madre) y otras hembras. Éstas experimentan un estado de pseudopreñez, una suerte de embarazo psicológico en contacto con crías ajenas, que se refleja en el aumento de sus niveles de prolactina. Los machos también participan en la alimentación de los recién nacidos, regulando las cantidades de comida repartidas, y mantienen contacto con ellos mediante juegos, lametones y rituales de defensa. El parto siempre ocurre en primavera: momento del año en el que ambos sexos registran su mayor presencia de prolactina en sangre.

Los tamarinos y los titíes son dos tipos de monos calitrícidos muy estudiados en los que se reconoce una intensa inversión paternal. Viven en grupos familiares en los que la tarea de cuidar a la progenie se comparte entre ambos miembros de la pareja. Estos monos suelen parir gemelos, que son transportados en la espalda del padre, con quien comparten el alimento. En el caso del tití común, se ha descubierto que los padres cuentan con una concentración de prolactina en sangre mucho mayor que los «no padres». Para los tamarinos, el proceso es similar. Sus niveles de esta hormona suelen empezar a ascender dos semanas antes del parto de la pareja y siguen creciendo hasta dos semanas después del nacimiento de la prole. Es decir, la razón del aumento hormonal no es el contacto con las crías (como ocurre en el caso de los roedores), sino que el propio embarazo de la pareja genera algún tipo de modificación endocrina en el macho. ¿Quiere eso decir que, en cierto modo, los machos también se quedan «embarazados»?