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Made in Spain

Beatriz de los Mozos, empresaria española: “Emprender en España es difícil, pero crear con alma sigue siendo posible”

La fundadora y CEO de Flabelus conversa con La Razón sobre los orígenes de la marca, la importancia de mantener viva la tradición artesanal y el equilibrio entre crecer como marca y conservar la esencia de un proyecto hecho con propósito y corazón

Beatriz de los Mozos, empresaria española: “Emprender en España es difícil, pero crear con alma sigue siendo posible” Cortesía

Cuando a Beatriz de los Mozos le dijeron que tenía que cuidar su columna, sus zapatos favoritos -las clásicas venecianas- dejaron de ser una opción cómoda para el día a día. Antes de renunciar a ellos, buscó a un artesano y juntos imaginaron un híbrido: la elegancia del calzado veneciano, la estructura firme de la alpargata tradicional española y una suela de goma resistente. De ese experimento casi doméstico nacieron los primeros pares de lo que hoy es Flabelus.

La intuición llegó rápido. En cuanto enseñó el primer prototipo, la respuesta fue tan entusiasta que entendió que no estaba solo probando un zapato nuevo, sino abriendo la puerta a una marca. Ese fue el momento en el que decidió dejar su trabajo y apostar por construir un proyecto propio, con dos pilares muy claros: artesanía y cultura española.

Un icono español, sin caer en el souvenir

FlabelusCortesía

Desde entonces, el reto ha sido reinterpretar códigos muy reconocibles -la alpargata, la veneciana, ciertos colores y texturas locales- sin convertirlos en un souvenir más. De los Mozos asegura que: "Hay que honrar la tradición sin quedarse atrapada en ella. Mantener el color, el carácter y la magia española presentes en cada modelo, pero dialogando con una sensibilidad contemporánea donde pesan la comodidad, la sostenibilidad y la innovación".

En ese equilibrio también está dibujada la mujer que imagina para la marca: "trabajadora, dinámica, fuerte y libre". Una clienta que quiere raíces, pero también futuro; que puede llevar el mismo par para ir a la oficina, coger un avión o terminar el día en una cena, sin que el zapato le pase factura.

La Mary Jane como lenguaje propio

Dentro de ese universo, las Mary Jane se han convertido en un auténtico código interno. De los Mozos tiene claro qué no se toca nunca: la estructura original del modelo, la "base Flabelus", que se mantiene intacta como seña de identidad. A partir de ahí, llega el juego: accesorios, lentejuelas, bordados, tejidos que cambian colección tras colección. "La base es sagrada; lo demás es pura imaginación", resume.

Ese sistema le permite evolucionar sin perder reconocimiento: las siluetas siguen siendo familiares, pero los acabados, colores y materiales abren la puerta a nuevas narrativas cada temporada.

Una fábrica propia en Elche

FlabelusCortesía

En lugar de deslocalizar la producción, Flabelus ha hecho justo lo contrario, levantar su propia fábrica en Elche, uno de los grandes polos zapateros de España. Esa decisión le da un control absoluto sobre procesos, materiales e impacto, aunque suponga ritmos más lentos y costes más altos. "Tener a los artesanos literalmente a un pasillo de distancia nos permite mantener una calidad muy alta y reforzar el valor cultural del Made in Spain", explica Beatriz.

La proximidad también ha cambiado los tiempos creativos: los ajustes, pruebas y mejoras se testan casi en tiempo real con el equipo de producción. Cada innovación se documenta y se incorpora a los sistemas internos de la empresa para que el crecimiento no diluya el saber hacer. Desde el registro de procesos hasta el control de calidad en cada etapa, el objetivo es que el aumento de pares no implique renunciar a la atención al detalle que definía aquellos primeros zapatos vendidos en el salón de casa de sus padres.

Trazabilidad y materiales con propósito

La sostenibilidad no es un claim vacío en el discurso de De los Mozos, sino un criterio de diseño. La marca trabaja con suelas hechas a partir de neumáticos de bicicleta reciclados -un residuo no biodegradable y altamente contaminante cuando se abandona- y apuesta por algodones y terciopelos orgánicos, además de hilos de bambú reciclado. Cada material se elige, dice, por su calidad y por su impacto positivo potencial.

El siguiente paso es un certificado o QR de trazabilidad que permitirá a la clienta seguir el recorrido completo de sus zapatos: dónde se han fabricado, cómo se han transportado, cómo se han manipulado. Más allá de la transparencia, esa herramienta funcionará como una ventana al interior de la fábrica y una garantía de autenticidad frente a posibles imitaciones.

De un salón familiar a un salón global

FlabelusCortesía

Aunque Flabelus está en plena expansión con nuevas tiendas físicas, De los Mozos insiste en preservar la atmósfera íntima de los inicios. "Cada punto de venta se concibe como un salón acogedor donde recibir a "amigas que ahora también son clientas", comenta y agrega que: "Los espacios cálidos y coloridos, están pensados para quedarse, probarse con calma y conversar, más que para una compra rápida y anónima".

También aquí entra en juego la intuición. Antes de abrir en una ciudad, busca una conexión emocional: ritmo, energía y sensibilidad que encajen con el universo de la marca. Luego llegan los datos: comportamiento de la clienta online en esa zona, interés previo, capacidad de aportar algo bonito al día a día de esas mujeres.

Equipo, país y futuro

Para De los Mozos, "formar equipo" significa rodearse de personas en las que confía lo suficiente como para poner la marca en sus manos. Habla de un entramado de manos que construyen juntas, alineadas en respeto, compromiso y trabajo bien hecho, con una idea clara: crecer no debe implicar renunciar a los valores que dieron origen al proyecto.

Cuando se le pregunta por las dificultades de emprender en España, no niega los retos estructurales, pero elige centrarse en lo que la sostiene: la posibilidad de crear con alma, de mantener viva la tradición artesanal y compartirla con el mundo a través de productos Made in Spain. "Cada zapato es una pequeña declaración de amor a la cultura, al talento y a la creatividad del país", señala.

De cara a 2026, sus objetivos combinan ambición internacional -llegar a mercados como China, Japón, Oriente Medio o seguir creciendo en Estados Unidos- y consolidación interna: fortalecer el equipo, sumar nuevas personas al proyecto y escalar sin perder la magia de aquellos primeros pares nacidos, literalmente, para aliviar un dolor de espalda.